El retraso de Pedro Sánchez
Ser puntual es como vestir adecuadamente o llevar mascarilla quirúrgica: no lo haces por ti, sino por el que tienes delante
Sin ánimo de ser exhaustivo, ni malintencionado, en una semana común a Pedro Sánchez le ha dado tiempo a borrarse del Premio Cervantes, tachar de «peripatético» al líder de la oposición –sin saber lo que significa– y tener al Rey esperando 50 minutos por Lula da Silva, que para colmo es expresidiario.
El retraso, dicen, se debió a que la delegación brasileña se entretuvo más de lo previsto en Moncloa. En dicha reunión, se firmó entre otras cosas un «memorando de entendimiento sobre cooperación» entre los ministerios de Trabajo de España y Brasil, por lo que no es descartable que Yolanda Díaz se alargase explicando el milagro de los fijos discontinuos o cómo es posible que España tenga todavía una tasa de paro superior a la brasileña.
Después hubo una comparecencia con preguntas que se alargó casi una hora. A diferencia de otras ocasiones, en las que el tiempo o la pereza apremian, el presidente del Gobierno sí quiso responder a los medios.
Quienes nos dedicamos a esto de los periódicos hemos padecido infinidad de retrasos de Sánchez. Raro es el acto o la comparecencia que se hace en la hora pactada. Da igual un mitin en Motilla del Palancar que una rueda de prensa en la Moncloa, donde tenemos entendido que pernocta, no le sale. De hecho, la última vez que demostró compromiso con el reloj y con su palabra fue durante la primavera de 2020, la de la pandemia, cuando nos interrumpía el prime time aprovechando que no había mucho en la tele.
Esta última falta de cortesía para con el Rey, que se une al retraso en el desfile del 12 de octubre y a su ausencia el lunes en la entrega del Premio Cervantes, da buena medida de las calidades del individuo. Y es justo esa reiteración la que invita a pensar que no es un desprecio a las instituciones, sino una forma de estar en la vida.
Al final, ser puntual es como vestir adecuadamente o llevar mascarilla quirúrgica: no lo haces por ti, sino por el que tienes delante.