La movilización de PP y Vox contra el sanchismo rompe la barrera de los 12 millones de votos

La movilización del centro derecha después de casi cinco años de sanchismo ha alcanzado cotas históricas. Tanto, que el martes Alberto Núñez Feijóo volvió a retar a Pedro Sánchez a que convoque ya las elecciones generales si realmente España va tan bien.

De celebrarse hoy, el PP y Vox romperían juntos la barrera de los 12 millones de votos, que fueron más de los que tuvieron José María Aznar y Mariano Rajoy en sus respectivas mayorías absolutas. En concreto, la candidatura encabezada por Feijóo obtendría 8,13 millones y la de Santiago Abascal, algo más de 3,87 millones.

Por su parte, Sánchez no pasaría de los 6,3 millones de votos, dentro del espectro de una izquierda donde tres son multitud. Yolanda Díaz no lograría el objetivo de dar el sorpasso a Vox, ni acercarse siquiera: Sumar se quedaría en 2,48 millones de votos. Eso sí, casi un millón más que los 1,55 millones que conseguiría Podemos si finalmente decidiera ir a la guerra en solitario.

El promedio de sondeos mensuales que elabora periódicamente Electrocracia incluye por primera vez número de votos, sobre una estimación de participación del 71 %. Es un porcentaje similar al registrado en las generales de abril de 2019, aunque en la repetición electoral de noviembre la participación cayó cinco puntos y medio como castigo de la ciudadanía a la clase política.

El reparto

Ambas formaciones crecen, abonadas por el rechazo al sanchismo y la mayor movilización, pero lo hacen de manera desigual. El PP obtendría el 31 % de los apoyos, que son 10,2 puntos más que en noviembre de 2019. En términos de votos, suponen casi 3,1 millones de españoles más de lo que apostaron por Pablo Casado en noviembre de 2019.

Los populares se benefician de la desaparición efectiva de Ciudadanos, del que absorberían casi 1,1 millones de votos. No obstante, Electrocracia aún otorga a los naranjas algo más de 577.000 votos, condenados a la inutilidad. Porque Cs tiene actualmente una intención del 2,2 %, y es muy complicado que supere el 3 % en cualquier circunscripción (condición sine qua non que establece la Ley D'Hont en la asignación de escaños en unas generales).

Vox, por su parte, crecería 214.000 votos. En porcentaje de voto retrocede tres décimas, del 15,1 % al 14,8 % actual. La explicación de lo que aparentemente es contradictorio se encuentra en ese aumento de la participación que augura Electrocracia respecto a los últimos comicios de hace tres años y medio.

La movilización récord del centro derecha es uno de los factores que más preocupan en la Moncloa y Ferraz, porque la izquierda está más apática. Si bien es cierto que, en las últimas semanas, la presentación de Sumar ha reactivado ligeramente a sus bases.

Por eso, los socialistas contrataron hace unos meses los servicios de Aleix Sanmartín, un consultor político afincado en México, con 15 años de experiencia en campañas electorales, cuyos métodos son muy conocidos en el sector. Y controvertidos. Su especialidad no es movilizar a los propios, sino desmovilizar a los del adversario, como contó El Debate el 24 de enero. «Su especialidad son el juego sucio y las redes sociales. Se dedica a crear perfiles falsos y a intoxicar. Es un killer», lo definía entonces un dirigente del PP andaluz de Juanma Moreno, para el que trabajó en el pasado.

En el año 2011, Rajoy se alzó con la mayoría absoluta con 10,86 millones de votos –el 44,63 % del voto válido– y 186 escaños. Aquellas elecciones tuvieron una participación del 68,94 %. En 2000, Aznar obtuvo la suya con 10,32 millones de votos –el 44,52 %– y 183 escaños. La participación entonces fue del 68,71 %.

Rajoy obtuvo 10,86 millones de votos el año de la mayoría absoluta y Aznar, 10,32 millones

A comienzos de enero, el ex asesor áulico de Sánchez, Iván Redondo, escribió en La Vanguardia: «No se engañen: desde finales del 2021 el PP es primero, en el entorno de los siete millones de votos, con una estrategia clásica; y el PSOE es segundo con seis millones, con estrategias errantes que han debilitado al presidente, su mayor activo». En ese artículo, Redondo se preguntaba si Sánchez podía marcar un «triple» de un millón de votos para acabar poniéndose por delante de su rival.

Sin embargo, el panorama que dibuja Electrocracia es muy distinto: el triple no tendría que ser de un millón de votos, sino de dos millones. Feijóo está a más de 1,82 millones de votos de distancia de Sánchez, según el promedio de sondeos mensuales. «Si España quiere cambio, derogaremos el sanchismo», anunció el líder popular el martes en el Senado. Y ése es el nuevo eslogan del PP.