Fundado en 1910

Una lista negra la señala por sus críticas de la norma

Irene Aguiar: «El fraude en la ley trans es imposible de demostrar porque el cambio de sexo es a voluntad»

La abogada canaria ha sufrido un duro señalamiento desde que, en su comparecencia en el Congreso, denunció las incoherencias e injusticias del texto promovido por el Ministerio de Igualdad

Graduada en Administración y Dirección de Empresas y Derecho por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y Máster en Derecho y Gestión Deportiva ISDE-Club Estudiantes-Grant Thornton, Irene Aguiar (Las Palmas de Gran Canaria, 1993) es, por encima de todo, una apasionada del derecho y del deporte. Asesora jurídica en Sport&Music Law, ayuda a clubes y entidades deportivas, deportistas y federaciones, profesionales o amateur en todo tipo de deportes, para crecer y a resolver los problemas y dificultades que surgen en su día a día. Además, es miembro de diferentes juntas electorales de federaciones deportivas de de diversos comités disciplinarios.

-¿Cómo una abogada especializada en derecho deportivo se ve envuelta en una batalla jurìdica contra la ley Trans actual?

- Llegué un poco al tema por casualidad, a partir de un estudio doctrinal de la nueva Ley del Deporte de Canarias, en 2019. Me encontré con un concepto que me sorprendió bastante, y creo que a cualquier jurista, que es el «sexo sentido». Me dije a mí misma: «¿El sexo se siente?, el sexo se tiene». A partir de ahí empecé a tirar de un hilo en el que me choqué con todas las leyes trans autonómica que yo, la verdad, desconocía absolutamente. Y todo lo conecté con la cuestión trans en el deporte.

- Hablemos, pues, del deporte... ¿qué efectos está teniendo la ley Trans en la competición femenina y en la psicología de las deportistas?

- Con toda la normativa vigente se ha pasado por encima de lo que debería ser la igualdad en la competición. Y esto empezó hace veinte años desde que, en 2003, el Comité Olímpico Internacional sacó sus primeras directrices para permitir que los hombres participaran en la categoría femenina con determinados requisitos como haber pasado por una operación, por ejemplo. El tema es que da igual cuánto se opere uno o cuántas hormonas pueda tomar, el sexo no se puede cambiar, es inmutable. Se pasó por alto todo esto y la ventaja inherente al sexo masculino permanece y claro que está afectando a las deportistas, hasta en tres aspectos distintos. Se vulnera la integridad de la competición; la propia práctica deportiva cuando una mujer va a acceder a la competición y se queda fuera porque en su lugar ha entrado un hombre o en el marco de las lesiones; y, por último, en la salud mental de las deportistas.

Irene Aguiar durante la entrevista en El DebateThorun Piñeiro

- ¿Quiere decir que se están dando competiciones desiguales en nombre de la igualdad?

- Estás permitiendo a personas de un sexo participar en la categoría del sexo contrario. Esto que es impensable en otro tipo de categorías –como por edad o por peso– con el sexo sí se permite. Y cuando alguien compite en una categoría que no se corresponde con su sexo, genera desigualdad porque se parte de una desventaja. Algo tan absurdo como permitir a un deportista doparse. Es injusto y tiene consecuencias para el resto generando una clara discriminación hacia el resto de competidoras.

Da igual cuánto se opere uno o cuántas hormonas pueda tomar, el sexo no se puede cambiar, es inmutable

- ¿Qué tipo de discriminación?

- Nada más y nada menos, y está pasando, que los ingresos de las mujeres deportistas que pueden perder contratos, patrocinios, becas... También en el ámbito de la salud. La física porque estamos hablando de que en deportes donde hay contacto se produce un riesgo para las mujeres deportistas. Es cierto que la práctica de cualquier deporte implica la posibilidad de lesiones pero no es lo mismo si chocan dos coches todoterreno a 80 kilómetros por hora que si choca un todoterreno a 80 Km/h contra una moto a diez km/h. Siempre va a salir malparada la moto. En el deporte, lo mismo. No es igual enfrentar dos cuerpos grandes con mucha potencia que si la potencia y tamaño característicos del sexo masculino los enfrenta a un cuerpo que es relativamente mucho menor. Los riesgos de lesiones aumentan.

Pero, también la salud mental porque creo con todo esto se está perdiendo la empatía por las mujeres. He hablado con mujeres deportistassobre ello y han roto a llorar, mezcla de la impotencia y de la presión que tienen: «Hay un hombre que participa en mi competición y no puedo decir nada». «No tengo nada en contra de esta persona. De hecho, me cae bien. Pero sé que es un hombre aunque él se identifique como mujer y no puedo decir nada porque si lo digo me van a cancelar», se lamentan.

Y luego es que tienen que compartir vestuario con esta persona...Hay un testimonio que me parece muy relevante, el de Riley Gaines, en Estados Unidos, que tuvo que compartir vestuario con Lia Thomas, quien antes era Will Thomas. Es un caso muy conocido porque Gaines no contaba con el escenario de tener que compartir vestuario con esta persona y le suponía un auténtico trauma del que nadie le avisó, para el que nadie le pidió consentimiento. Un buen día se vio en el vestuario con un hombre desnudo con su genitales expuestos y que, además, se auto identifica como mujer lesbiana. Habrá mujeres a las que no les importe compartir vestuario con un hombre con sus genitales intactos, pero... ¿y qué pasa con las que sí?

- Se ha referido a la cultura de la cancelación que usted ha sufrido. Esta misma semana su nombre aparecía en una lista 'negra' de negacionistas de la realidad trans. ¿Cómo lo gestiona?

- Con mucha sorpresa porque desde un principio hablo del tema desde un ámbito estrictamente académico y empecé a recibir un odio fruto de unas reacciones bastante viscerales que me impactaron bastante. Hay quien, en privado, me ha dicho que mi posición es radical y a mí me impacta mucho. Mi posición es tan radical como decir que como los sexos son diferentes, necesitamos categorías por sexos en el deporte. Pues a mí eso radical no me lo parece. Se me ha llegado también a conectar con determinadas vertientes políticas, partidos,... cuando esto no es una cuestión política. Estamos hablando de la realidad material, de la biología. Es como si ahora se empieza a defender que la tierra es plana y si yo digo que la Tierra es redonda pues ya soy facha.

Al final yo tomé una vez una decisión que fue defender este tema porque me especialicé en el derecho deportivo, que me apasiona, porque quería cambiar algo. Yo tengo mucho interés por los derechos de las mujeres y quería dedicarme a algo que tuviera que ver con los derechos de las mujeres. Llegó el día en que me vi con esto entre manos, ya te digo sin quererlo, y tomé la decisión de de hablar sobre ello porque nadie lo hacía. Y llegará el día de mañana, dentro de diez años, en que esto se haya perpetrado, perjudicando a todas las mujeres deportistas, vulnerando sus derechos y yo no quiero quedarme de brazos cruzados pasase lo que tuviera que pasar.

Irene Aguiar en la redacción de El DebateThorun Piñeiro

La cuestión trans no debería ser una cuestión política, estamos hablando de una realidad biológica

- De sus palabras se deduce que la causa trans se ha ideologizado hasta el extremo de generar desigualdad para las mujeres y arrollar la causa feminista...

- Absolutamente. Y no es una ideología trans activista sino una corriente muy particular que se ha adoptado por personas y sectores que se autodefinen como feministas cuando perjudican, frontalmente, los derechos de las mujeres. Por una simple razón, porque se obvia la realidad y obviar la realidad tiene consecuencias en muchísimos ámbitos. El problema es que se ha creado una ideología. Todos estamos de acuerdo en que las personas trans, como cualquier otra persona, tienen el derecho de poder vivir en paz, sin ningún tipo de persecución, sin ningún tipo de discriminación. Pero cuando sobre esta premisa se nos obliga a negar la realidad, negar que el sexo existe o pretender creer que el sexo se puede elegir y cambiar... por ahí hay personas que que no pasamos.

- ¿Qué opinan las asociaciones trans de todo esto?

- ¿Las asociaciones? No lo sé. Sí que conozco personas individuales que dicen no estar de acuerdo. Se identifican como mujer trans pero biológicamente tienen claro que «soy un hombre, ése es mi sexo. Y, de hecho, paso por unos procesos muy complicados para intentar asemejarme físicamente lo que es una mujer, porque yo tengo un problema que se llama disforia de género y para mi felicidad necesito llevar a cabo esta serie de tratamientos, pero mi sexo no ha cambiado».

Hay un corte muy famoso de la Veneno que decía: «Yo no soy mujer, yo soy hombre. Mujer, la que me parió». Y lo cierto es que muchas personas trans piensan lo mismo. El problema al que se enfrentan es que si lo dicen, también son atacadas.

Irene Aguiar asesora deportiva jurídicaThorun Piñeiro

- Hablamos de hombres que se identifican como mujeres trans, ¿y a la inversa?

- Ha habido casos. Y, normalmente, no se les pone problema para participar deportivamente en la categoría masculina porque, a priori, no hay una ventaja de partida y por lo tanto no supone ningún problema. En algunos deportes, como por ejemplo el rugby, se les pide a las deportistas que pases algunas prueba físicas previas y que rellenen una exención de responsabilidad a la Federación. En estos casos lo que sucede en la práctica es lo contrario de lo que vemos cuando un hombre pasa a una categoría femenina. Las mujeres que compiten con hombres empeoran en su rendimiento deportivo. Los hombres que compiten con mujeres pasan del ranking 400 en la categoría masculina, al uno en la categoría femenina.

- ¿ Cómo darle la vuelta a todo esto? ¿Es una posible solución permitir que compitan como mujeres aquellos hombres que no hayan pasado la pubertad como hombres?

- Es una pregunta para la que todavía no tengo respuesta. Es la solución por la que han optado la Internacional de Atletismo muy recientemente y, también, con anterioridad, la Internacional de natación. Yo para poder responderla tendría que saber, y no lo sé, si hay o no hay diferencias entre hombres y mujeres antes de la pubertad.

He visto y he leído autores que sostienen que ya existen algunas diferencias antes de esa edad, no sólo en lo estrictamente físiológico sino en otra serie de desventajas que tenemos las mujeres respecto de los hombres que afectan en el ámbito del deporte y que no se están teniendo en cuenta en este debate. Los ciclos menstruales, por ejemplo, afectan al rendimiento deportivo según bastantes estudios. Hasta tal punto que ahora se desarrollan, incluso, entrenamientos específicos según el momento del ciclo menstrual en el que se encuentra la deportista, período en el que es más propensa a tener determinadas lesiones. Luego está el embarazo. Por mucho que un hombre no haya pasado la pubertad masculina, nunca se va a poder embarazar. Y el embarazo es una desventaja en el deporte. Y la crianza del hijo, una serie de desventajas que no podemos negar. Y todo esto es independiente de la pubertad masculina.

Además, si en el deporte buscamos como uno de los valores que se promulgan la salud de los deportistas, no pasar la pubertad masculina implica pasar por una serie de procesos que pueden ser muy perjudiciales a la salud y esto en una edad muy temprana. Estamos hablando de que finalizan el proceso antes de los nueve, diez años... Quizás son personas que no están preparadas para tomar esta decisión. Yo no lo sé. Pero si me preguntan si hubiera podido tomar todas las decisiones que hubiera querido a los diez años, me hubiera arrepentido de muchísimas. Y son decisiones irreversibles.

Hay cosas que no se pueden decidir. El sexo no se puede elegir por mucho que lo diga una ley que, en realidad, la mayoría no sabe ni en qué consiste

- ¿De qué manera ha empeorado la nueva ley trans las cosas en nuestro país?

- La ley afecta en muchos ámbitos. Yo hablo del deporte porque es de lo que conozco pero, evidentemente, afecta a muchos ámbitos más porque, como comentaba antes, estamos hablando de realidad. Negar la realidad tiene consecuencias y el deporte es sólo uno de las áreas donde se producen las consecuencias. Pero hay otras como, por ejemplo, las cárceles. También a nivel estadístico es relevante porque si el núcleo de la ley trans es permitir a cualquier persona mayor de 16 años y 14, según los casos, poder acudir al Registro Civil a cambiar la mención registral del sexo entonces, estadísticamente, un hombre podrá contabilizar como mujer y una mujer como hombre. Y esto tiene consecuencias. Las estadísticas, al final, son la información de la que nos podemos nutrir para estudiar la realidad y dar respuesta a los problemas que se puedan dar. Si alteramos la información, que es poder, y no refleja la realidad, ¿de qué estamos hablando?.

Y lo peor del asunto es que esto ha sido una decisión política. Se ha decidido hacer esto y ya está, sin más, porque yo pregunté en su momento por los estudios se habían llevado a cabo en el ámbito del deporte específicamente, y me encontré con la sorpresa de que no se había estudiado de ninguna forma, no se había solicitado ningún informe y no se había llevado a cabo ningún estudio sobre cómo podía impactar todo esto de la ley trans en la práctica deportiva.

Irene Aguiar: «Necesitamos categorías por sexos en el deporte»Thorun Piñeiro

Mi posición es tan radical como decir que como los sexos son diferentes, necesitamos categorías por sexos en el deporte

- Entonces, ¿está reconociendo que hay una posibilidad de fraude de ley?

- Se ha hablado mucho del fraude de ley en la ley trans. El fraude de ley es imposible de demostrar por una sencilla razón: no se exige ningún requisito para cambiar la mención registral del sexo, más allá que acudir al Registro Civil y solicitarlo. Ya está, es a voluntad. No se requiere ser trans. De hecho, se prohibe exigir cualquier tipo de certificación médica. Entonces, desde el momento en que esto es un derecho que se ha consagrado para cualquier ciudadano español se está cometiendo un fraude de ley con los verdaderos trans que sufren disforia de género. Por eso hay personas trans que están en contra de toda esta normativa que, en realidad, es discriminatoria para ellas.

- ¿Qué dicen los registradores de todo esto? ¿Sabe si se han pronunciado al respecto?

- Lo hemos criticado los juristas en general. Precisamente porque el derecho, al final, se tiene que basar en la realidad y aquí lo que se está haciendo es anteponer los sentimientos a la realidad. Algo que hace un tiempo hubiera sido impensable: anteponer los sentimientos a la realidad, que produzcan efectos en la esfera jurídica y perjudicar a terceros con ello.

- ¿Cree que la sociedad es consciente, a pie de calle, de los efectos que está produciendo esto o de cómo a la larga puede perjudicar su realidad como ciudadanos?

- No hay mucha gente que sea consciente de lo que supone este tema. Hablo con la gente y no piensan que sea tan perjudicial o que les vaya a afectar. Me dicen. «Que cada cual se sienta lo que se sienta y que sea lo que quiera ser». Claro, más allá de frases grandilocuentes, no podemos ser lo que queramos ser. Yo podría querer ser un caballo y voy a ser irremediablemente humana. No podemos definir nuestra realidad. Habrá personas a las que oír esto les resulte duro, pero es así. Hay cosas que se pueden decidir y cosas que no. El sexo es una de ellas, no se puede elegir por mucho que lo diga una ley que, en realidad, la mayoría no sabe ni en qué consiste.

Como el discurso que se vende es que la ley trans es para garantizar los derechos de las personas trans... Claro, contra esa proclama es difícil estar en desacuerdo, pero es cuando se empieza a rascar un poco cuando afloran las carencias del asunto. O sea, ¿cuáles son los derechos protegidos? Yo todavía no he tenido respuesta. No existe un derecho a cambiar la mención registral del sexo. Eso no es un derecho. De hecho, se llega a decir que los derechos trans son derechos humanos lo que es del todo incorrecto desde un punto de vista lógico. No es que los derechos trans sean derechos humanos, es que los derechos humanos son derechos humanos y, como tales, son para todas las personas por igual.

- Tres conclusiones de las cosas tal y como son...

- El sexo es un hecho biológico inmutable y no lo podemos elegir. Negarlo tiene consecuencias perjudiciales especialmente para las mujeres y los niños, aunque yo creo que nos atañe a todos. Y, no es una cuestión política sino algo en lo que deberíamos estar todos de acuerdo. Da igual en qué punto del espectro político nos encontremos, hablamos de derechos y de ceñirnos a un hecho biológico, atado al sexo. A los trans se les puede garantizar la igualdad y la no discriminación en todos los ámbitos –en el deporte también– sin necesidad de obviar la realidad biológica.