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Abogada de la AVT

Carmen Ladrón de Guevara: «El acercamiento de los presos, por desgracia, ya no va a tener vuelta atrás»

La abogada de la Asociación Víctimas del Terrorismo acaba de publicar un libro con el que pone nombres y apellidos a las víctimas del terrorismo de extrema izquierda

Casi se podría decir que Carmen Ladrón de Guevara ha acuñado un nuevo término, terrorismo de extrema izquierda, porque es un concepto que en España apenas se había utilizado. Sin embargo, en su libro Las víctimas del terrorismo de extrema izquierda en España acredita la existencia de hasta dieciséis grupos terroristas con esta ideología como los GRAPO, el FRAP, Terra Lliure... que han provocado 120 asesinatos si no se tienen en cuenta los de ETA.

–Hablamos de víctimas del terrorismo de extrema izquierda, un concepto del que no se había hablado demasiado hasta ahora.

–Este terrorismo no se había etiquetado de una manera tan directa. El título Las víctimas del terrorismo de extrema izquierda en España quizá era el que menos me gustaba porque me parecía demasiado descriptivo. Y ha sido lo que más ha molestado. Las críticas por parte de un sector muy concreto de la sociedad española han sido feroces, señal de que hemos acertado y que, efectivamente, había que poner el foco en esa etiqueta. En España ha habido terrorismo de extrema izquierda que ha asesinado a casi mil personas.

Hasta ahora se conocían algunos de los grupos, pero no se englobaba con ese punto de vista ideológico.

–Cuando hice el informe sobre los casos sin resolver de ETA, me pidieron que lo hiciera de los GRAPO. El problema era que no había una obra de referencia. Yo no tenía un listado de referencia de víctimas de los GRAPO. Esa fue la primera dificultad y fue cuando me di cuenta de que tampoco estaba muy claro cuántas víctimas habían asesinado. Lo que pasa es que eso sucedía no solo con los GRAPO sino también con esos otros grupos de extrema izquierda que, aunque en menor medida, también han asesinado en España. Si digo que ahí hablo de 16 grupos terroristas, además de ETA, la verdad que la gente se sorprende.

Carmen Ladrón de Guevara es la autora de Las víctimas del terrorismo de extrema izquierdaJorge Ruiz

¿Hay algún rasgo que unifique a estos grupos de extrema izquierda?

–Tienen una característica que los unifica pero que no fue buscada: La mayoría de los atentados se producen en un cuerpo a cuerpo y lo hacen con arma blanca o lo que tienen a mano. En el caso del FRAP, por ejemplo, los primeros asesinatos fueron a raíz de la manifestación del 1 de mayo del 73, que es esa manifestación en la que el padre de Pablo Iglesias repartió panfletos y fue detenido. En esos panfletos se hacía un llamamiento a los simpatizantes a acudir armados con lo que pudieran, con palos, con hachas, con sierras. Y de hecho los dos policías asesinados en la manifestación fueron por un hacha y el otro, que muere un mes después, por un golpe en la cabeza. Eso también ha facilitado la resolución de muchos de estos atentados porque han actuado cuerpo a cuerpo, a cara descubierta y los terroristas eran menos. Por lo tanto, un miembro participaba en varios atentados y además, como estaban tan orgullosos de lo que hacían, lo reconocían sin ningún género de dudas.

Muchos grupos en los que de los que mencionas en el libro tienen un solo asesinato; ¿esto quiere decir que tenían quizás menos apoyo social que el que ha tenido ETA?

–Menos apoyo social y menos medios. Al final quien ha perdurado han sido los GRAPO, que tenían más apoyo social en determinados ambientes de ciudades muy concretas de Galicia o de Zaragoza o en Cataluña. El resto tenían los medios muy limitados. Actuaron también en un periodo de tiempo muy concreto, que eran esos últimos años de la dictadura, años de la Transición. Surgen realmente de la izquierda del Partido Comunista. Su principal finalidad era ir contra el Partido Comunista oficial de Carrillo, que consideraban que se habían vendido.

La abogada de la AVT y escritora en la redacción de El Debate durante la entrevistaJorge Ruiz

En este libro mencionas las todas las víctimas con nombres y apellidos cuando hasta ahora eran números.

–Este libro lo que pretende es llenar un vacío existente con esas víctimas que en algunos casos estaban olvidadas y en otros casos eran totalmente desconocidas. De hecho el modelo que sigo es el libro Vida rotas, que se hace sobre víctimas de ETA. La estructura es la misma y poniendo el foco en las víctimas, en quiénes eran, por qué, cómo fueron asesinadas. Y también intento poner luz sobre los responsables. Era importante conocer a los responsables de esos atentados, saber quiénes fueron y saber qué pasó con ellos, si fueron juzgados o no fueron juzgados, cuánto cumplieron de condena.

Muchas de estas víctimas pertenecen a la AVT en la que trabajas, igual que víctimas de ETA. ¿Qué tal llevan el fin del acercamiento?

–Están siendo momentos muy complicados. Está generando que las víctimas dejen de confiar en las instituciones y dejen de confiar en la justicia. Las víctimas en España han sido un ejemplo. No se han tomado la justicia por su mano porque han confiado en que se iba a hacer justicia. Pero ahora las estamos fallando porque están viendo que los asesinos de sus familiares se están viendo beneficiados por un cambio en la política penitenciaria, que además viene impuesta por los que son socios del Gobierno. Cuando hemos llamado a las víctimas para informarles del acercamiento a mí me decían: '¿y no podemos hacer nada?' No, yo no lo podía recurrir. Tampoco puedo recurrir las progresiones al tercer grado del Gobierno vasco. Y eso es una impotencia. Pero eso es política penitenciaria y es legal, pero tampoco es necesario. O sea, es tan legal hacerlo como no hacerlo. Nosotros hemos hablado con unas 200 víctimas y las reacciones, en la mayoría de los casos, han sido de enfado, de indignación, de frustración y en muchos casos ha habido que ponerles en seguimiento psicológico. Ese es el día a día de la asociación.

Si hubiera un cambio de Gobierno, ¿ tampoco tiene vuelta atrás?

–Para empezar, lo que ha hecho este Gobierno es derogar la política de dispersión. Ha acercado a todos sin exigirles nada a cambio. Y lo ha hecho, no como un medio para reinsertar, sino como un fin. Ha sido el fin en sí mismo para contentar a sus socios de Gobierno. Puede haber un cambio de gobierno pero veo muy complicado una reversión teniendo en cuenta que las competencias penitenciarias ya están cedidas al Gobierno vasco. El modelo penitenciario vasco es diferente, parte de otros parámetros, valora otras cosas. La reinserción la valora de una manera diferente y yo veo muy complicado ahora que tienen ellos ya las competencias cedidas, que puede haber informes contrarios que aconsejen alejar a alguien. Entonces, el tema del acercamiento, por desgracia creo que no va a tener vuelta atrás.