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Pedro Sánchez y Guillermo Fernández Vara, en un mitin en abrilEva EscoPSOE

Barómetro de encuestas

Sorpresa en Extremadura: el PP y Vox pisan los talones a Vara tras una gran remontada

El ascenso de los populares y la irrupción de los de Abascal en el Parlamento regional auguran un 28-M de infarto en la tierra del «AVE» más lento de España. El PSOE se ve lastrado por Sánchez

La fuerte subida del PP y la irrupción de Vox en el Parlamento de Extremadura amenazan el futuro de uno de los barones con más auctoritas del PSOE, Guillermo Fernández Vara, que es también el secretario de Política Autonómica del partido.

El barómetro de encuestas que publica El Debate, con la media ponderada de las cuatro últimas, sitúa al PP y Vox pisando los talones al candidato del PSOE. A poco más de tres semanas para las elecciones, lo único que está claro es que Fernández Vara perderá la mayoría absoluta que obtuvo en 2019. La media de sondeos le sitúa en 29 escaños, a cuatro de la cifra mágica.

Todas las encuestas pronostican que Vara perderá la mayoría absoluta

A partir de ahí, en el mejor de los casos conseguiría seguir gobernando gracias a la ayuda de Unidas Podemos, que podría conservar sus cuatro escaños actuales o perder uno y quedarse con tres. En el peor de los casos para el presidente extremeño, éste vería como la popular María Guardiola firmaría la jubilación política del socialista, con la ayuda de los de Santiago Abascal.

Todas las encuestas coinciden en pronosticar un arreón del centro derecha, hasta el punto de que la noche del 28 de mayo en Extremadura tal vez acabe en foto finish reñida.

En el caso del PP, subiría siete escaños, de los 20 que logró hace cuatro años con José Antonio Monago hasta los 27 de ahora. Vox, por su parte, entraría con fuerza en el Parlamento extremeño bajo la capitanía de Ángel Pelayo, su candidato y exportavoz de Vox en el Ayuntamiento de Mérida. Los sondeos le dan entre cinco y seis escaños, así que su resultado final será clave para decantar la balanza.

Vecinos y parejos

El caso de Extremadura guarda ciertas similitudes con el de Castilla-La Mancha. En ambos, el PSOE obtuvo mayoría absoluta en 2019. También en ambos, actualmente Ciudadanos es la tercera puerta política y va camino de desaparecer.

En una y otra comunidad, el nivel de rechazo a Pedro Sánchez ha crecido exponencialmente, fruto de las políticas del Gobierno central respecto al campo. La polémica más reciente es la resolución del Ministerio de Transición Ecológica que ordena la demolición de la presa de Valdecaballeros, en Badajoz, y contra la que ha presentado un recurso el Gobierno de Fernández Vara. Es, según él, un «disparate». El Ministerio de Teresa Ribera se ha mostrado dispuesto a reconsiderar su postura: las elecciones están demasiado cerca.

En última instancia, en las dos comunidades el número de diputados de Vox (que actualmente no tiene representación en ninguna de ellas) será determinante para el cambio. «El resultado dependerá del rechazo a Sánchez y de Vox», asegura un miembro de la dirección del PP de Castilla-La Mancha, y lo mismo para el caso de Extremadura.

En este último, hasta el CIS alertó al PSOE en diciembre de que Fernández Vara podría sucumbir en estas elecciones, en medio de un clima de malestar ciudadano.

La gota que ha colmado el vaso es el tren que une Madrid y Badajoz: los socialistas hicieron creer a los extremeños que la alta velocidad había llegado a la Comunidad después de 15 años de promesas incumplidas. Sin embargo, la realidad era un gato y no una liebre: lo que el propio Sánchez inauguró en verano es un Alvia que circula a 90 kilómetros por hora, frente a los 300 kilómetros por hora que alcanza el que une Madrid y Barcelona.

En diciembre, la borrasca Efraín abrió un socavón de 20 metros de diámetro en el asfalto de la N-523, la carretera nacional que une Cáceres y Badajoz. A día de hoy ahí sigue, tal y como denunció el diputado del PP por Badajoz Víctor Píriz el pasado 19 de abril en el Congreso. Hace una semana, el delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza, declaró que la obra «progresa adecuadamente». Pero también reconoció que hasta el verano no estará terminada, siendo optimistas.

Si Fernández Vara logra mantenerse en el poder, encarará su cuarto mandato. Si no, sería la segunda vez en democracia que el PP gobernaría una tierra que solo dirigió entre 2011 y 2015.