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Pedro Sánchez, este domingo en Vitoria

Pedro Sánchez, este domingo en VitoriaEFE

Giro de guion

Otegi sale al rescate de Sánchez ante el desplome de la campaña del PSOE

Desde el pasado miércoles, los pactos del presidente con Bildu se han convertido en elemento disruptivo y central de la campaña, con el consiguiente daño a los socialistas

Justo el día en el que Pedro Sánchez debatirá con Alberto Núñez Feijóo en el Senado por última vez antes de las elecciones del 28 de mayo, Arnaldo Otegi ha salido en su rescate. Bildu ha desactivado la bomba que había adosado a los bajos de la campaña del PSOE al retirar a los siete terroristas con delitos de sangre que había incluido en sus candidaturas electorales. Si salen elegidos no tomarán posesión del acta de concejal, sino que correrá turno.

Desde que COVITE denunció la incorporación de 44 etarras a las listas de la coalición abertzale, el pasado martes, los pactos de Sánchez con Arnaldo Otegi se han convertido en elemento disruptivo y central de la campaña, con el consiguiente daño a los socialistas. En cada entrevista a cada candidato del PSOE, la pregunta era obligada.

Para el presidente, presentarse este martes en la Cámara Alta con semejante lastre político y moral era garantía de derrota parlamentaria ante el líder de los populares, a 12 días de la cita con las urnas. Su sociedad con Otegi ya le arruinó la rueda de prensa en la Casa Blanca el pasado viernes, desde donde reprochó a Bildu sus listas, pero con la boca pequeña: «Hay cosas que pueden ser legales, pero no decentes», sostuvo.

¿Motu proprio?

Otegi ha quitado a Sánchez un gran peso de encima, mientras la oposición se pregunta si Bildu ha tomado la decisión motu proprio o si ha negociado con el PSOE este paso atrás para no perjudicar a los socialistas. Porque la izquierda abertzale necesita a Sánchez fuerte. Ya lo dijo en junio de 2022 su portavoz en el Congreso, Mertxe Aizpurua, con tremenda franqueza: otra legislatura de Sánchez es «lo mejor que le podría pasar no solo a Euskal Herria Bildu, no solo a la ciudadanía vasca, sino también a la ciudadanía del Estado español».

De momento, la portavoz del Gobierno ha marcado posición en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministro: «Para participar en la vida pública hay que hacerse cargo del respeto a las víctimas. Esto nunca tendría que haber ocurrido», según Isabel Rodríguez.

A las cuatro de la tarde, el presidente se pronunciará en el Senado. No parece que Sánchez vaya a presumir precisamente de haber doblado el brazo a Bildu, puesto que en los últimos días su Ejecutivo no ha dado la más mínima señal de tener voluntad de recurrir las candidaturas señaladas por COVITE, bien a través de la Fiscalía o de la Abogacía del Estado.

Durante la última semana, los socialistas han mantenido una estrategia errática, fruto de la incomodidad que les ha producido este cisne negro en campaña. En estos siete días, los españoles han visto a ministros huyendo de los micrófonos para no tener que pronunciarse; a la vicepresidenta Nadia Calviño negando que existan pactos con Bildu; al castellano-manchego Emiliano García-Page diciéndole a Sánchez a la cara en un mitin que él no va «ni a la vuelta de la esquina» con los asesinos de ETA; y a la portavoz del PSOE, la también ministra Pilar Alegría, compareciendo en vídeo para no responder a las preguntas de la prensa.

Por su parte, Feijóo ha celebrado esta victoria de la «democracia, la dignidad y la decencia de la mayoría de los españoles». Y no gracias a Sánchez, sino «a pesar» de él, porque «eligió dejar solos a los españoles», según Feijóo.

El siguiente objetivo del PP es que la retirada se extienda a los otros 37 candidatos de Bildu sin delitos de sangre pero condenados.

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