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El máximo representante de Bildu, Arnaldo Otegi, durante un acto reciente en BilbaoH. Bilbao / Europa Press

Diario de campaña (II)

Sangre en las urnas. El desafío

Los terroristas manchados de sangre inocente deberían estar alejados de por vida de la sociedad pero ¡ay, amigos! Aquí parece que vale todo hasta olvidar las lágrimas vertidas por la muerte

España sobrevivió a unos años de tinieblas, explosiones, amputación de vidas de seres inocentes, tiros en la nuca e insoportables torturas, saliendo adelante en el camino a pesar de amenazas y extorsiones. Tanto terror y sangre derramada.

Muchos de los crueles asesinos, despiadados matarifes, aunque no todos ni mucho menos, acabaron con sus huesos en la cárcel hasta que un miserable Su Persona en nombre del PSOE, que se dice pronto, ha blanqueado a esa escoria de la sociedad permitiendo no solo que se presenten con auténtica chulería de matón de barrio en sentido literal, sino que aparezcan en listas electorales para ser votados por otros miembros de la tribu. Y todo ello tan solo para proteger un sillón de poder.

Los terroristas manchados de sangre inocente deberían estar alejados de por vida de la sociedad pero ¡ay, amigos! Aquí parece que vale todo hasta olvidar las lágrimas vertidas por la muerte.

Pero de todo ello lo que más duele es la chulería, las caras derramando odio y el desafío jugando con el choteo de comedia de si algunos irán, o no, o renunciarán una vez elegidos como a quién se le escapa la risa. Dramáticamente gracioso.

Me puedo explicar que Sánchez venda su alma al diablo pero que los candidatos socialistas sea cual sea su nivel y condición, callen cobardemente, se pongan de perfil o escondan sus siglas me parece una vergüenza inadmisible que no debiera engañar a nadie.

Ahora ya no es momento de timideces y titubeos. Ni un solo voto a papeletas ensangrentadas pues la sangre no se limpia con lágrimas.

¿Quedará alguien para tomar el timón?