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El presidente y fundador de Coalición por Melilla, Mustafa AberchanEP

Investigación

La cúpula de Coalición por Melilla fue monitorizada en Marruecos reuniéndose con miembros de la oligarquía de Mohamed VI

Los agentes que investigan el intento de fraude electoral tienen constancia de reuniones con el Majzén marroquí, el entorno de poder de la monarquía alauita

La cúpula de Coalición por Melilla, en el punto de mira por la compra de votos por correo en la ciudad autónoma, se reunió en Marruecos con miembros de la oligarquía de Mohamed VI antes de que se llevaran a cabo el intento de fraude electoral. Los servicios de información de la Policía Nacional tienen monitorizados a varios enviados de Mustafá Aberchán, líder de la formación melillense, un político con antecedentes por haber intercambiado dinero por votos en comicios anteriores.

Tal y como ha podido saber El Debate, Aberchán envió a finales del mes de abril a tres personas de su máxima confianza a Rabat para que se reunieran con miembros del Majzén marroquí, personas del entorno del Rey de Marruecos, Mohamed VI. Los agentes policiales ubican estos encuentros en un «conocido hotel de Casablanca». Los desplazamientos de los enviados por el partido melillense, según los investigadores, se llevaron a cabo por vía aérea y terrestre.

Este hecho, unido a la financiación de más de 2 millones de euros, que es la cantidad en la que la Policía cifra la compra de votos por correo, hace sospechar a los investigadores que las autoridades marroquíes tenían «pleno conocimiento» de los acontecimientos que iban a tener lugar en Melilla. Por el momento, la investigación judicial se está llevando a cabo con el máximo sigilo en el marco de una causa que se encuentra bajo secreto de sumario.

Hasta ahora se han registrado diez detenciones en Melilla, aunque la cifra de imputados supera los 60, la mayoría de ellos «melillenses de origen marroquí», según los informes de la Policía Nacional. El peso de la investigación se está llevando a cabo desde la Comisaría General de Información, ubicada en Madrid, aunque también están colaborando la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y la Unidad Central de Droga y Crimen Organizado (UDYCO).

11.000 votos por correo

Desde Correos aseguran que en Melilla 11.707 personas han solicitado el voto por correo postal. En cambio, las oficinas radicadas en la ciudad autónoma tan sólo han recibido 1.802, por lo que 10.000 aún se encuentran en paradero desconocido. La Policía estima que la red investigada ofrecía entre 50 y 200 euros a cada persona que se prestaba a vender su papeleta.

El Debate desvela hoy que los agentes sospechan que la organización usó el ‘método Hawala’, para no dejar ningún rastro. Este método consiste en el uso de intermediarios para depositar dinero en efectivo. Con este método se pueden mover millones de euros, dólares o cualquier divisa sin que se sepa con exactitud cuál es el origen del dinero.

Melilla está blindada por tierra, mar y aire. Como consecuencia de estos hechos, la ciudad autónoma está plagada de agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que velan por la seguridad de los comicios electorales que se llevarán a cabo este domingo en toda España. Tanto el aeropuerto como el puerto de la ciudad autónoma cuentan con fuertes medidas de seguridad. También las oficinas de Correos.

El porcentaje de voto por correo, según un acta de la Junta Electoral de Zona emitida el pasado jueves, es muy superior a la ya alta cifra que se registró en las elecciones generales de noviembre de 2019: 10,96%. También supera con mucho el porcentaje de voto por correo en las elecciones locales de mayo de 2019: 7,78%. «Estas cifras son insostenibles, y sin mayor esfuerzo intelectivo hacen pensar que pudieran existir irregularidades en el proceso de voto por correo», asegura la Junta Electoral de Zona.

El 17 de mayo sus jueces ordenaron a los funcionarios de Correos de Melilla exigir el DNI a quien llegara a la oficina a entrar uno o varios votos por correo. Si quien se acerca no es el propio votante, deberá mostrar una solicitud cursada por el votante original ante la Junta Electoral acreditando estar impedido de acudir él mismo. Para cuando se aplicó esta exigencia, la Policía ya había destacado dentro de las oficinas de Correos agentes de información sin uniforme con orden de identificar a aquellos que llegaran a Correos con más de un sobre en las manos para votar