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Carlos Iturgaiz es presidente del Partido Popular en el País Vasco

Salida de prisión de Iñaki Bilbao

Iturgaiz: «Si fuera por el etarra que han soltado, ahora no estaría haciendo la entrevista, estaría muerto»

El pasado lunes fue puesto en libertad el etarra Iñaki Bilbao, acusado, entre otros delitos, por realizar seguimientos a Carlos Iturgaiz, presidente del PP en Euskadi

¿Qué le pasa por la cabeza a una persona cuando la persona que ha querido asesinarle, que ha querido matarle, sale de la cárcel? El etarra Iñaki Bilbao Gaubeka quedó este lunes en libertad tras cumplir una condena de 25 años de prisión. Entre sus objetivos se encontraba el presidente del Partido Popular en el País Vasco, Carlos Iturgaiz. «Tuve a tiro a Iturgaiz en una concentración por la liberación del industrial Cosme Delclaux» declaró ante el juez. Pero no se atrevió a disparar porque él estaba solo e Iturgaiz tenía a sus escoltas. El pasado verano el Gobierno vasco le concedió el tercer grado; la Audiencia Nacional se lo revocó porque no había pedido disculpas de una forma sincera. Hoy se encuentra ya en libertad.

¿Qué se siente cuando sale de la cárcel alguien que ha afirmado que le ha tenido a tiro?

–Se siente que vas a tener otra vez en la calle a una persona que te ha intentado matar, que gracias a la Divina Providencia no lo consiguió y que lo peor es que ese criminal se declaraba orgulloso de la pertenencia a una banda terrorista que ya que ha asesinado a cientos y cientos de personas, inocentes, porque todas las víctimas del terrorismo son inocentes. Este individuo ha pagado, ha cumplido su condena de 25 años, pero sigue siendo una persona llena de odio, llena de radicalidad, porque en ningún momento ha pedido perdón a las víctimas del terrorismo o a mí mismo por el intento de asesinato.

Iturgaiz en el homenaje al concejal Jesús María Pedrosa

Si te lo encontraras por la calle ahora que está en libertad, ¿qué harías? ¿qué sentirías?

–Es natural de un municipio muy cercano a donde yo vivo. Yo, para comenzar, si le reconociera la cara haría lo que hago con esta gente: ni dirigirles la palabra, ni decirle absolutamente nada. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. No quiero saber absolutamente nada de estas personas, porque si fuera por este criminal yo no estaría haciendo esta entrevista contigo. Estaría en el cementerio y mi familia me pondría flores en cada aniversario. Como te decía, todo mi mayor desprecio ante estos criminales de la banda terrorista ETA. Pero no por mi caso personal, sino por todo lo que nos han hecho. Ni perdono ni olvido el daño que han causado a la sociedad vasca y del resto de España, el daño que han hecho a las víctimas, a los heridos y a las familias de las víctimas del terrorismo.

La sensación es que estás siempre en el corredor de la muerte

Me llama la atención la frialdad con la que dice que si por este tipo fuera estaría en el cementerio.

–No es sólo este desgraciado, son muchos desgraciados que han intentado matarme a mí y a compañeros míos. Está este caso de Iñaki Bilbao. Pero también en el cementerio de Zarauz nos colocaron una bomba trampa dentro de una maceta de flores y no explotó gracias a los inhibidores que llevaba mi escolta. Luego otros comandos de ETA me tenían como objetivo y han intentado atentar. La sensación es que estás siempre en el corredor de la muerte. Está en la diana toda mi juventud y gran parte de mi vida, hasta que ETA desapareció o ETA dejó de matar hace unos pocos años. Entonces, me han limitado la vida. La vida mía y la de mi familia. Y nos han acosado, han hecho que no viviésemos como cualquier familia pudiera vivir en nuestro país o en Europa o en el mundo. Eso, como te decía, es difícil de perdonar y olvidar. Por lo menos en mi caso.

Esta campaña electoral, ¿la ha vivido de una forma diferente sabiendo que, en principio, no le van a matar?

–¿Qué diferencia tiene? Hemos podido volver a ganar la calle, hacer mítines en la calle. Antes siempre teníamos que estar a resguardo, en locales cerrados, vigilados, donde tenían que pasar los de explosivos, los perros, etcétera. Luego, en otras campañas, cuando ETA nos asesinaba había muchas veces más escoltas que asistentes al acto. Porque todos los cargos íbamos con nuestros escoltas y sumaban más los escoltas que los asistentes. La gente, además, tenía mucho miedo de ir a los actos del Partido Popular porque no sabías dónde te podían poner una bomba. Ellos lo intentaron. Si lo hicieron en un cementerio, se atrevían a hacerlo en cualquier sitio. Y una tercera diferencia es que esta campaña la he podido hacer porque este pájaro falló en sus objetivos y he podido cumplir una campaña más al frente del Partido Popular del País Vasco. Es un orgullo poder seguir representando estas siglas. Porque por eso me querían matar, por ser el presidente del Partido Popular del País Vasco.