Su mayor debilidad
El equipo de Sánchez asume que el rechazo que provoca no tiene remedio: lo han intentado todo
El antisanchismo es eso, y quedó de manifiesto el 28 de mayo. ¿Qué hacer? En el partido han concluido que la única opción es que las principales voces del PSOE hagan los coros al presidente
Nadia Calviño reconoció el pasado fin de semana, sin pretenderlo, que la opinión de buena parte de los españoles sobre Pedro Sánchez no es buena. «El carácter de nuestro presidente se aleja mucho de la imagen que algunos han tratado de construir. Que, en mi experiencia de estos cinco años, no se corresponde en absoluto con la realidad», señaló la vicepresidenta económica.
En la Moncloa y en Ferraz han asumido que Sánchez tiene un problema muy serio de imagen y de credibilidad a ojos de una parte importante del electorado. Y que, como consecuencia, su sola presencia genera rechazo para muchos ciudadanos. El antisanchismo es eso, y quedó de manifiesto en las pasadas elecciones del 28 de mayo: alcaldes y presidentes del PSOE se llevaron una bofetada cuyo destinatario era otro.
«Hay gente que realmente lo odia. Despierta tanta animadversión como Hillary Clinton en aquella campaña de las presidenciales de 2016 contra Donald Trump», se lamentan desde el equipo de campaña socialista, aún por designar formalmente. Por aquel entonces, Barack Obama acusó al candidato republicano de agitar las más bajas pasiones de sus simpatizantes contra su rival demócrata. Entre ellas, el machismo. Curiosamente, Sánchez y la exsecretaria de Estado estadounidense se entrevistaron la semana pasada en la Moncloa.
En la sala de máquinas del candidato del PSOE saben que tendrá que lidiar con esa debilidad y que no tiene remedio. No quieren ni van a esconder a Sánchez, porque obviamente el candidato es él. Tampoco pueden diluir su presencia, y de hecho este lunes pidió seis debates cara a cara a Alberto Núñez Feijóo.
La estrategia del presidente
Sánchez cree que puede despedazar a Feijóo en prime time: «En el cara a cara, se lo come»
La cuadratura del círculo es muy complicada. ¿Qué hacer, pues? En el partido han concluido que la única opción es que las principales voces del PSOE hagan los coros a Pedro Sánchez: él será el protagonista indiscutible, pero el partido tirará de sus principales referentes territoriales para que remen a favor y adviertan a sus conciudadanos de lo que está en juego el modelo de España para los próximos años: «La España de los avances sociales frente a la España de los retrocesos», resumen en Ferraz.
En el PSOE buscarán que las principales voces del partido hagan los coros a Pedro Sánchez
De ahí que, la semana pasada, Sánchez detuviera la marcha de Guillermo Fernández Vara, que llegó a anunciar su retirada de la política y la reincorporación a su plaza como forense. El extremeño es secretario de Política Autonómica del partido y goza de gran predicamento en las filas socialistas. De manera que su implicación es clave.
También Ximo Puig adelantó días atrás que se quedará en las Cortes valencianas para liderar la oposición al futuro gobierno del PP y Vox. En el caso de la balear Francina Armengol, su implicación irá un paso más allá: liderará la candidatura de las islas al Congreso para luchar contra el «trumpismo español», según ella.
Movilizar a los grandes nombres de un partido que ha perdido casi todo su poder territorial será la parte fácil, entre comillas. Lo difícil será conseguir la participación de los cuadros intermedios.
Nada ha funcionado
En el pasado, el equipo del presidente ya lo intentó todo para dulcificar su imagen y resintonizar con la opinión pública. Pero nada ha funcionado. Inauguró el curso político en la Moncloa junto a medio centenar de ciudadanos anónimos, todos ellos previamente seleccionados. Y resultó que entre los elegidos había varios cargos socialistas.
En octubre se entrevistó con representantes del colectivo de camareras de piso Las Kellys de Palma de Mallorca. En noviembre recibió en su despacho a un grupo de jóvenes españoles que iba a participar en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Egipto. En diciembre mantuvo un encuentro con jóvenes en Nájera (La Rioja) para presentar el Proyecto G30 Juventud La Rioja.
En enero fue la famosa partida de petanca del presidente con un grupo de pensionistas de Coslada, todos cargos del PSOE en esa localidad. Ese mes también jugó una partida de ajedrez -en la Moncloa- con la ajedrecista iraní Sara Khadem, exiliada en España.
En febrero jugó un partidillo con jugadores de la selección española en silla de ruedas y se entrevistó con niños y jóvenes representantes de los Consejos Locales de Participación Infantil. También de visita a casa de una joven pareja de Parla, receptores ambos del salario mínimo. Lo que no contó es que uno de ellos era el hermano del líder de las Juventudes Socialistas en el municipio.
La Moncloa también cerró una biblioteca pública de Fuenlabrada para grabar a Sánchez charlando con cuatro jóvenes beneficiarios de las becas del Ministerio de Educación. Y se reunió con cinco de los 165.000 refugiados ucranianos que ha acogido España.
Este mismo lunes, el portavoz de campaña del PP, Borja Semper, afeó al presidente que se sienta más cómodo en un plató que en la calle, en alusión a los abucheos que recibe casi cada vez que sale de la Moncloa.
El fin de semana, todo el Gobierno y el PSOE la emprendieron contra El Mundo por publicar un descarnado reportaje sobre el presidente. «Ninguna descalificación podrá ocultar la realidad. Pedro Sánchez es el principal activo que tiene el PSOE. Ha protegido al país en circunstancias difíciles, ha impulsado su modernización y ha logrado que España sea respetada en la comunidad internacional», señaló indignada en Twitter la vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.