La resaca del 28-M
Guía para no perderse ante el relevo de los gobiernos de Extremadura, Murcia, Aragón, Baleares y Navarra
Casi un mes después de que se celebraran las elecciones del 28-M, casi la mitad de los gobiernos autonómicos siguen en liza
Hace ya casi un mes de las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo y, aunque hayan quedado un poco opacadas después de la convocatoria de unos comicios a nivel general para el próximo 23 de julio, la realidad es que la resaca postelectoral en algunas comunidades autónomas está siendo dura. Muy dura.
Casi la mitad de los 12 territorios donde los ciudadanos acudieron el 28-M a las urnas siguen sin saber muy bien quién será su nuevo presidente autonómico, en unos relevos que se están tornando muy difíciles, especialmente por las desavenencias entre PP y Vox.
Y es que, sin contar el caso de Asturias, donde, pese a que todavía no hay acuerdo, solo un cataclismo parece que podría evitar un entendimiento entre PSOE y Podemos, en otras cinco regiones está todo completamente abierto y en alguna de ellas, incluso, se cierne la sombra de una repetición electoral.
Extremadura
Extremadura es el paradigma de lo anteriormente descrito e incluso la candidata más presidenciable, la 'popular' María Guardiola, así lo ha explicitado. «Parece que nos obligan a ir a elecciones», apuntaba este martes la polémica dirigente del PP, más alineada en algunos aspectos con partidos de tendencias más izquierdistas. «Yo no voy a firmar un acuerdo de gobierno ni un pacto asimétrico, y ya no de condiciones.
No voy a regalar consejerías y no voy a entrar en batallas culturales que están superadas», abundaba en este sentido Guardiola ese mismo día para evidenciar una falta de acuerdo con los de Santiago Abascal que ya le ha costado a la derecha la Presidencia de la Cámara y que puede costarle a los extremeños el nadar en la incertidumbre política antes de tener que volver a pasar por los colegios electorales.
Todo ello si finalmente no resurge de sus cenizas el médico forense Guillermo Fernández Vara, de quien se daba por hecha su marcha de la política y ahora va a acudir a la sesión de investidura pidiendo al resto de fuerzas parlamentarias que se abstengan.
Región de Murcia
En Murcia parece que la sangre no llegará al río de la derecha, aunque nunca se sabe. El portavoz del Gobierno regional en funciones, Marcos Ortuño, indicaba este miércoles que el PP no es partidario de repetir las elecciones autonómicas porque «no benefician a la Región de Murcia». Un argumento al que añadía una petición a Vox, que no bloquee la investidura del presidente en funciones, Fernando López Miras, porque no hay alternativa posible.
Ortuño quiso desmarcar la situación murciana de la extremeña, aunque es cierto que hay bastantes similitudes y pocas diferencias: la principal, que en el caso de Extremadura, la del PSOE fue la lista más votada y en Murcia lo fue la 'popular'. Sin embargo, en ambas comunidades autónomas se replica el toma y daca entre Vox y el PP, quien le ha ofrecido a los de Abascal acuerdos pero no así entrar en el Ejecutivo.
Aragón
En Aragón, está encima de la mesa un acuerdo entre el PP y Vox para que éstos últimos apoyen a los 'populares' a cambio del asiento principal en la Mesa de las Cortes –que se constituyen este viernes– si no consiguen entrar en el Ejecutivo.
En paralelo, el candidato de los 'populares', Jorge Azcón, parece haber amarrado el apoyo del Partido Aragonés (PAR), aunque está por ver en qué términos. Azcón, pretende gobernar en solitario, aunque con el voto afirmativo de los aragonesistas, que, a cambio, piden diversas medidas, como la mejora del transporte sanitario o la negativa a llevar a cabo el futuro trasvase del Ebro.
Islas Baleares
En las Islas Baleares, los 'populares' y Vox han firmado un preacuerdo programático y encima de la mesa de negociación está también una presidencia de la Cámara autonómica por parte del partido de Abascal, de la mano del diputado Gabriel Le Senne. Un acuerdo que, si nada cambia, permitirá al PP de Marga recuperar el Gobierno insular gracias al voto favorable de Vox en la sesión de investidura que convertiría en presidenta autonómica a Marga Prohens.
Este acuerdo, sin embargo, está pendiente del que el PP se comprometa a cumplir las medidas propuestas por Vox, por lo que, como en otras regiones, todo dependerá de que las formaciones de derechas logren un acuerdo que convenza a las dos partes, a diferencia de lo ocurrido en Extremadura. «No podemos permitir que se vuelva a no cumplir con la palabra dada en un acuerdo», advertía este martes el secretario general de Vox, Ignacio Garriga.
Navarra
Navarra es quizás la autonomía donde más difícil es descifrar el jeroglífico de los pactos de gobierno, marcados por los reproches y hasta por los plantones. Este miércoles estaba previsto que se reuniera el PSN de María Chivite junto a sus previsibles socios de Gobierno o, al menos, de investidura, Geroa Bai –la marca del PNV en la Comunidad Foral–y Contigo Navarra, la filial de Podemos en esa región.
Los nacionalistas conservadores boicoteaban esa reunión con su ausencia y lo justificaban en que los socialistas navarros no habían aclarado «el papel institucional de cada socio en la legislatura». Chivite tensaba la cuerda y también se ausentaba de un encuentro en el que la máxima interesada es ella, al tratar de renovar su mandato allí.
Las tres formaciones anteriormente citadas están obligadas a entenderse entre ellas si quieren gobernar, pero además deben sumar en la ecuación el apoyo de alguna manera de EH Bildu, aunque sea con su abstención. De no conseguir un entendimiento, Navarra enfilaría el camino de una repetición electoral.