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Pedro Sánchez y el ministro José Luis Escrivá, el primero en pasar por su platóEFE

Los problemas del presidente

Sánchez tira de los ministros para su campaña ante la desgana de los barones del PSOE

La falta de implicación de los territorios, donde la herida del 28-M está demasiado reciente, ha obligado al equipo del presidente a buscar «fórmulas imaginativas»

La escasa implicación de los barones regionales y provinciales del PSOE en la precampaña de Pedro Sánchez, a quien consideran responsable de la pérdida de poder territorial, ha obligado a sus asesores a inventar fórmulas imaginativas, más allá de los mítines.

Para ello Sánchez ha buscado la complicidad de sus ministros, que no se pueden negar porque de momento lo siguen siendo. Y porque el presidente se ha encargado de colocar en los puestos de salida de las listas al Congreso a todos los que han querido asegurarse un escaño para la próxima legislatura. Que son todos menos Nadia Calviño, porque tiene sus miras puestas en una Vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones, Pilar Llop y José Luis Escrivá.

Entre esas fórmulas creativas está ese formato de entrevistas del presidente a sus ministros que el miércoles estrenó con Escrivá y que este jueves continuó con Luis Planas. El ministro de Agricultura pasó por el plató de Sánchez en Ferraz para hablar de la cadena alimentaria, el campo y la pesca, entre otras cuestiones.

Fue el segundo dentro del espacio «De trabajo con…», que así ha bautizado el PSOE a estos encuentros; en los que Sánchez hace preguntas que, o bien contesta él mismo o bien inducen la respuesta del invitado. Al terminar, Sánchez y Planas se aplaudieron mutuamente, con María Jesús Montero y Pilar Alegría -vicesecretaria y portavoz del PSOE, respectivamente- en primera fila.

El equipo de campaña de Sánchez está encontrando serios problemas para mantener la maquinaria electoral encendida en los territorios. El pasado domingo se las vieron y desearon para llenar el mitin de Dos Hermanas, para el que fletaron autobuses hasta de Aragón. Y eso que la localidad sevillana siempre ha sido el talismán del PSOE.

A ello se une el rechazo que provoca Sánchez entre una parte importante del electorado, y del que en su entorno son conscientes. Tan conscientes que tienen asumido que es imposible luchar contra ello de aquí hasta las elecciones generales. No obstante, contaban con poder tirar de los principales referentes territoriales socialistas para que remen a favor y hagan los coros al presidente. Pero de momento se están encontrando poca colaboración.

De ahí que Sánchez esté tirando de sus ministros y hasta de José Luis Rodríguez Zapatero, que va a tener un papel protagonista en estas semanas porque dicen en la Moncloa que es «un activo y un valor». La primera en ser reclutada fue la vicepresidenta Nadia Calviño, que ni siquiera va en las listas pero que ha pedido un cara a cara con el responsable económico del PP. Y los primeros en ser entrevistados por Sánchez, Escrivá y Planas.

Entretanto, el presidente del Gobierno continúa su ronda de entrevistas en los medios, hasta en El Hormiguero (va la próxima semana), y presionando a Alberto Núñez Feijóo para que debata con él cuanto antes. «Para Feijóo, los debates son como el gimnasio en enero: uno se apunta pero nunca va», ironizó este jueves durante el acto con el ministro Planas.