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Greenpeace se suma a la desesperación política de la izquierdaGreenpeace

Acusación

Greenpeace traiciona 50 años de ecologismo por el activismo de izquierdas

La ONG ataca al PP con argumentos extraños y al margen de su actividad medioambiental

Los nervios de la izquierda ante un posible vuelco electoral en España que suponga la llegada del PP al poder, incluso algún posible pacto con Vox, hacen que hasta organizaciones medioambientales se quiten la careta y traicionen sus ideales.

En su perfil de Twitter, Greenpeace dice que «es una organización ecologista y pacifista, económica y políticamente independiente, no acepta donaciones ni presiones de gobiernos o empresas».

Doñana

Esta definición y más de medio siglo de historia se han eliminado de un plumazo con un tuit en el que la ONG, que ingresó en 2021 más de 400 millones de euros, ataca al PP en una imagen que incluye la cara de Alberto Núñez Feijóo.

Se podría entender que Greenpeace cargue contra PP y Vox por las políticas de Doñana, al fin y al cabo, es su cometido como ONG dedicada al medioambiente, pero han decidido saltarse todas las líneas rojas y lanzar un mensaje de que el PP tiene un programa B para el 23-J en clara referencia al pasado del partido político.

La organización que presume de tener más de tres millones de miembros (de todos los signos políticos) y casi seis mil empleados, no duda en cargar contra los populares desde cualquier flanco, no solo el ecológico. Aseguran que pretende «censurar la cultura, que los ricos no paguen impuestos, quitar el tope al gas para que las eléctricas se forren, volver a un SMI de 735 euros, permitir subidas del alquiler, negar la violencia machista y obstaculizar el derecho al aborto».

Desesperados

Greenpeace entra desesperadamente a la defensa de los programas políticos de la izquierda y solo se ocupa de su negociado cuando denuncia que el PP «no va a hacer nada contra el cambio climático».

Desmentir o no estas acusaciones es algo que debería hacer el propio PP, pero llama la atención que una organización «políticamente independiente» no dude en hacer campaña en favor de los partidos de izquierda en España.

Algo así se puede ver en sus redes sociales cuando se posiciona de nuevo con la extrema izquierda y pide «restituir los derechos a la libertad de expresión, reunión e información reformando la Ley Mordaza en los primeros 6 meses de legislatura».

La conciencia ecológica tiene un precio y, como demuestra el tuit de Greenpeace, se puede vender al mejor postor.