Madrid Sin seguro, sin haber pasado la ITV y siete kilómetros en dirección contraria: el nuevo kamikaze de la M-50
Erick, colombiano de 34 años, circuló en sentido contrario por la M-50 y se empotró contra el vehículo de Juan Manuel: él perdió la vida, pero al girar el volante salvó la de su hijo y la de su mujer
Todo parece indicar que después de haber bebido, Erick, de 34 años, se montó en su vehículo y se metió en dirección contraria por la M-50 a la altura de Alcorcón. Durante los siete kilómetros que recorrió antes de empotrarse, se cruzó con varios vehículos que le esquivaron de casualidad y le dieron las largas y le tocaron el claxon. Él pudo percibir el peligro, pero hizo caso omiso y siguió.
El mismo despreció que sintió por la vida de los demás en la madrugada del viernes al sábado, es el que sentía por las normas. Conducía un coche de 19 de antigüedad con la ITV caducada y sin seguro. Ambos le tocó renovarlos a principios de este año, pero por lo que fuera no lo hizo. Tras el impacto, él mismo resultó herido grave: posible fractura de pelvis. Por eso no le hicieron prueba de alcohol y drogas en el instante. Era más importante estabilizarle. Sin embargo, la Guardia Civil pidió que se guardara una muestra de sangre para análisis posteriores: aunque está sin confirmar científicamente, parecía que olía a alcohol.
En el coche contra el que chocó viajaba una familia normal: Juan, de 42 años, Clara, de 39 y el hijo de ambos de tan sólo 4 añitos. El kamikaze colombiano arrebató al pequeño la posibilidad de tener padre porque Juan murió poco después del impacto. Durante 30 minutos los sanitarios intentaron sacarle de la parada cardiorrespiratoria, pero no pudieron. Clara y su niño resultaron heridos, trasladados al hospital Doce de Octubre: pero todo apunta a que de las lesiones físicas se recuperarán.
A Juan un maldito Kamikaze le robó la vida. Adoraba a su pequeño y a su mujer. A este padre asturiano le gustaba caminar por la naturaleza, montar en bicicleta, la playa, la montaña, comer cachopos, los coches antiguos y de carreras, las motos, los perros, los caballos, los conciertos y sus amigos. Pero lo que le llenaba era su familia: levantar a su hijo por los aires en la playa, hacer castillos de arena, caminar con él de la mano... De todo eso a su pequeño sólo le quedarán pequeños recuerdos e infinidad de fotografías.
«Ir en un coche en sentido contrario bebido no es un homicidio imprudente», afirma tajante la abogada penalista Bárbara Royo. El homicidio imprudente se castiga con hasta cuatro años de cárcel, pero la condena suele bajar por debajo de los dos años y a pesar de haber robado una vida, no entran en prisión. Esta era la condena habitual, pero Royo fue pionera y logró que por primera vez en la comunidad de Madrid se condenara a dos kamikazes a más del doble de las penas: ocho años de prisión para el kamikaze de la M-50 en 2021 y siete años y algunos meses en 2022 para el de la carretera de Extremadura.
Royo, especializada en siniestro viales, lo tiene claro: «La justicia es muy laxa con los conductores que beben o se drogan y se ponen al volante. Ellos se pueden imaginar que si conducen en esas condiciones son un potencial peligro para el resto y pueden matar a cualquiera con el que se crucen. Con los kamikazes logré un cambio en Madrid. Ahora la lucha es que aumenten las penas contra los conductores borrachos o drogadictos que van en la misma dirección que sus víctimas y los matan. Las familias de muchos de mis clientes entienden que debe ser así y yo también. La justicia debe avanzar en ese sentido».