Otra noche para olvidar
Sánchez cae atrapado en el duro duelo entre Abascal y Díaz por el tercer puesto
El presidente asistió tibio, apocado y aún convaleciente de su cara a cara con Feijóo a un tenso intercambio de golpes entre su socia y el candidato de Vox. El debate fue desigual
A Yolanda Díaz le duró poco la «declaración de intenciones» -así la denominó- que hizo en su intervención inicial en el debate a tres. Justo después de que Xabier Fortes recordara por primera vez de muchas a lo largo de la noche que Alberto Núñez Feijóo no había querido debatir en la televisión pública.
La candidata de Sumar afirmó entonces que había ido allí a «hablar de los problemas de la ciudadanía», erigiéndose en portavoz de millones de españoles y de sus preocupaciones diarias. Pero los espectadores pronto comprobaron que su objetivo no era ése, sino atacar a Santiago Abascal para arrebatarle el tercer puesto en las elecciones del domingo. Tratando de captar, especialmente, el voto femenino.
Para no dejar lugar a dudas, la propia Díaz lo reconoció abiertamente en el tercer bloque, cuando quedaban unos minutos para el final del debate. Los más trepidantes. «Yo voy a gobernar con Pedro Sánchez para seguir ganando derechos (…). Y pido la reflexión a la gente que tenga dudas porque nos estamos disputando la tercera posición con Vox, y el señor Abascal va a ser vicepresidente del señor Feijóo, si le da la mayoría», alertó.
Inmediatamente después, se produjo uno de los momentos cumbre del debate, cuando la candidata de Sumar sacó el comodín de Marcial Dorado y le preguntó a Abascal «cómo se siente» con esa relación pasada de Feijóo con un narcotraficante. «¿Cree que esto es normal en una democracia solvente?». Probablemente, Díaz habría imaginado muchas respuestas en su cabeza al preparar el debate, pero ninguna como la que le dio el candidato de Vox: «A mí lo que no me parece normal es atacar así a una persona que no está (…). Usted tiene fotos gravísimas apoyando a Hugo Chávez, apoyando a dictaduras y apoyando la ruina de Venezuela».
Mientras, Sánchez asistía en silencio al intercambio de golpes entre Díaz y Abascal desde su atril, sin querer interrumpir. Al presidente se le notó aún convaleciente del cara a cara con Feijóo: tanto miedo tenía a recaer que estuvo apocado durante todo el debate, tibio, poco convincente. Y eso que desde el principio se vio claramente que el debate a tres era, en realidad, un dos contra uno: Pedro y Yolanda -así se dirigieron amigablemente él a ella y ella a él - contra Abascal y contra el ausente Feijóo. «A Feijóo le da vergüenza aparecer junto al señor Abascal, pero son un tándem, un dúo», sostuvo el candidato del PSOE, dando por hecho que formarán un gobierno de coalición si la derecha gana. El de Vox le replicó: «El señor Feijóo le ha ofrecido un pacto a ustedes, no a mí».
La segunda derrota de Sánchez
El presidente fue el gran derrotado del último debate de la campaña, y ya van dos. Sánchez quedó atrapado entre la espada del candidato de Vox, que le reprochó sus leyes de género, sus pactos con Bildu (aunque se trastabilló al decir que los de Arnaldo Otegi votaron a favor de la reforma laboral, cuando lo hicieron en contra) y la inconsistencia de sus cifras económicas; y la pared de la candidata de Sumar, que llegó a pedir «concentrar el voto» de la izquierda en su partido y no en el PSOE.
De nuevo, el PSOE había fanfarroneado los días previos e inflado las expectativas sobre el papel que jugaría Sánchez, advirtiendo del tremendo error que corría Feijóo por no comparecer. De nuevo, humo. El presidente del Gobierno ni siquiera fue capaz de mirar a cámara durante su minuto de oro, sino que tuvo que bajar la vista constantemente al papel para leer sus promesas a los ciudadanos. La última palabra que pronunció fue un «adelante» -el eslogan del PSOE en esta campaña- que no pudo sonar más desapasionado.
Un duelo de alto voltaje
Así pues, los mejores minutos los protagonizaron Abascal y Díaz, cada uno pensando en sus respectivos electorados. La táctica de la vicepresidenta segunda consistió en utilizar golpes de efecto y frases efectistas con vistas a su difusión en las redes sociales. Y, sobre todo, en valerse de su condición de mujer para recriminar al candidato de Vox su rechazo a las leyes de género.
«Le pido que deje de reírse de nosotras (…) ¿Sabe por qué nos matan a las mujeres en nuestro país? Porque somos mujeres», le espetó mientras le mostraba una fotografía de dos diputados de Vox en la Comunidad Valenciana riéndose, según ella, durante un minuto de silencio por una mujer asesinada. «Las mujeres de nuestro país no se lo vamos a permitir, ya lo hicimos con Gallardón. Yo no le tengo miedo, señor Abascal», continuó.
Abascal sacó a relucir el caso de Ramiro Santalices, un antiguo asesor que tuvo Díaz y al que la Policía detuvo por consumir y compartir material pedófilo. La candidata de Sumar siempre ha sostenido (este miércoles, también) que fue ella quien le denunció, pero el caso nunca se aclaró, como contó El Debate en diciembre de 2021.
El candidato de Vox apretó a sus adversarios con las leyes del ‘solo sí es sí’ y trans, mientras el presidente y su socia trataban de escabullirse. Abascal hizo una pregunta a ambos que ninguno de los dos contestó, haciéndose evidente su incomodidad: «¿Qué es para ustedes una mujer exactamente?» Díaz salió al quite y le hizo a Abascal exactamente esa misma pregunta. «Si ustedes piensan que un hombre que se autopercibe de género femenino es una mujer, ustedes están muy equivocados y ponen en riesgo a las mujeres», continuó él.
En el minuto de oro, Díaz hizo un llamamiento a los votantes para frenar un Gobierno de Feijóo y Abascal, echándose sobre la espalda el peso de la movilización del electorado de izquierdas. «Te necesitamos a ti. Vota por ti», sostuvo. Y Abascal insistió en la idea de que el cambio solo será real si es con Vox. «No basta con echar a Pedro Sánchez. Solo Vox se atreve al cambio de rumbo necesario».
El veredicto del PP llegó en forma de whatsapp a la prensa apenas unos minutos después de terminado el debate. Y fue el esperado: «El debate habrá servido para convencer a muchos indecisos de que ninguno de los tres candidatos merece su confianza y que Feijóo es la única alternativa posible. El PP ha salido ganando», según fuentes populares.