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El Rey, junto a Pedro Sánchez, en la inauguración de las Galería de las Colecciones Reales

El 21 de agosto, su turno

El Rey se ve atrapado en medio de los cálculos políticos de Sánchez y Feijóo

Felipe VI se verá abocado a otra ronda de consultas difícil. Desde la Moncloa retan al candidato del PP: «Si Feijóo le quiere decir que va a la investidura será su responsabilidad»

En el último Consejo de Ministros del curso, que fue también el primero con el Gobierno en funciones, reinaron el buen humor y las sonrisas. Salvo en el caso de la defenestrada Irene Montero. Hace una semana, ninguno de los allí presentes imaginaba que el desenlace de las elecciones del domingo iba a ser el que fue: 153 escaños para la suma del PSOE y Sumar y la posibilidad de reeditar la coalición. Aunque sea con el permiso de Carles Puigdemont.

Al comienzo del encuentro, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se saludaron con efusividad y charlaron animadamente en torno a la gigantesca mesa. La Moncloa distribuyó las imágenes para dejar constancia de que el tándem está en mejor forma que nunca tras el 23-J. Bromas de María Jesús Montero por aquí, risas de Pilar Alegría por allá.

El presidente y su socia sienten que tienen la sartén por el mango. Pese a que, desde el lunes, Junts per Catalunya emite señales de que Sánchez y Díaz no deberían estar tan contentos ni dar por sentado que Puigdemont vaya a facilitar la investidura del candidato del PSOE. La militancia y las bases de Junts no son como las de ERC: su estrategia tras el referéndum ilegal ha seguido siendo la de la confrontación con el Estado, no la del entendimiento. En términos electorales, no les ha ido mal.

Sánchez pretende marcar el ritmo y trasladar que no tiene prisa. De momento, el Consejo de Ministros se ha ido de vacaciones cuatro semanas y este agosto el presidente en funciones ni siquiera viajará al Palacio de Marivent para celebrar el tradicional despacho estival.

Desde la atalaya de la Moncloa miran con desdén los movimientos de Alberto Núñez Feijóo. El líder de los populares contó el lunes que él y Sánchez se emplazaron a hablar tras el recuento del voto de los españoles residentes en el extranjero, que se conocerá este viernes. Sin embargo, desde el entorno del presidente en funciones niegan que Sánchez quedara en hablar con Feijóo, que fue el ganador de las elecciones. «Es España la que ha hablado de forma clara», remachan.

En medio del diálogo de sordos, emerge la figura del Rey, al que los cálculos políticos han colocado en una delicada tesitura. Felipe VI es quien tiene el mandato constitucional de proponer un candidato a la investidura. Para ello iniciará una ronda de consultas con los representantes de todos los partidos del arco parlamentario, probablemente el 21 de agosto.

Para Feijóo, ir a una investidura, aunque sea para perderla, sería una forma de poner en marcha el reloj de la repetición electoral (dos meses a partir de la primera votación fallida). Y también de reivindicarse ante los españoles como el ganador de las elecciones, con un discurso de Estado.

Desde la Moncloa retan a Feijóo a que vaya a decirle al Rey que: no solo no cuenta con apoyos, sino que además tiene una mayoría en contra. Y que, aun así, quiere presentarse para perder. «No nos vamos a entrometer en la propuesta del Rey. Si Feijóo le quiere decir que va a la investidura será su responsabilidad», señalan. «El Rey propone, tú puedes intentarlo», añaden. Pero sin terminar de aclarar si también Sánchez tiene intención de postularse ante Felipe VI en esa primera ronda de consultas. Lo que provocaría un enredo aún mayor.

En las últimas horas se ha venido comparando la situación con la vivida el 22 de enero de 2016, cuando Mariano Rajoy declinó el ofrecimiento del Rey para presentarse a la investidura. Una decisión que levantó ampollas en la Zarzuela, hasta el punto de que la Casa del Rey emitió un comunicado inédito, a instancias del jefe de la Casa, Jaime Alfonsín. Éste decía: «En el transcurso de la última consulta, celebrada con Don Mariano Rajoy Brey, Su Majestad el Rey le ha ofrecido ser candidato a la Presidencia del Gobierno. Don Mariano Rajoy Brey ha agradecido a Su Majestad el Rey dicho ofrecimiento, que ha declinado». E informaba de que el monarca abriría una nueva ronda de consultas cinco días después.

El histórico comunicado de la Casa del Rey tras la negativa de Rajoy

Sin embargo, la situación no es comparable. Por aquel entonces eran Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera los que querían forzar a Rajoy a presentarse para que empezasen a correr los plazos. El entonces presidente en funciones y ganador de las elecciones sospechaba que lo que pretendían sus adversarios era quemarle en la pira de una investidura fallida. Y que ése fuera su final político.

Rajoy justificó así su negativa ante la opinión pública y ante su partido: «No solo no tengo todavía una mayoría de votos a favor, sino que tengo una mayoría absoluta acreditada de votos en contra: 180 diputados como mínimo».

Desde entonces, Felipe VI no ha tenido una ronda de consultas tranquila. Y además lleva tres investiduras fallidas: la de Sánchez en marzo de 2016; la de Rajoy en septiembre de ese año; y otra de Sánchez en julio de 2019.