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De izquierda a derecha: Oriol Junqueras y Gabriel Rufián (ERC) y Arnaldo Otegi (Bildu)EFE / Quique García

Sobrerrepresentación nacionalista

Los socios separatistas de Sánchez condicionan la gobernabilidad de España con la mitad de votos que Vox

ERC, Junts, Bildu, PNV y BNG tienen la llave para que se pueda reeditar un Gobierno de izquierdas pese a obtener apenas el 6,59 % del total de los sufragios y poco más de un millón y medio de papeletas

Las elecciones del pasado 23 de julio han dejado un escenario incierto en el que se prevén principalmente dos posibilidades, toda vez que el Partido Popular, el vencedor de los comicios, tiene prácticamente imposible gobernar junto a Vox y algún otro apoyo que le permitiera alcanzar la mayoría absoluta: la repetición electoral o la reedición de un nuevo Gobierno de izquierdas entre el PSOE y el partido a su izquierda –en esta ocasión, Sumar en lugar de Podemos–, para el que el líder del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, dependería de nuevo de los partidos separatistas.

El 23-J ha arrojado un resultado en el que la suma de los encargados de tratar de conformar un segundo Gobierno Frankenstein tienen aproximadamente la mitad de papeletas que la tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados, la presidida por Santiago Abascal, que ha perdido 19 escaños cuando su apoyo tan solo se ha reducido en un 2,68 %. La Ley D'Hont y el número de escaños por provincia han pintado un cuadro en el que los partidos nacionalistas han conseguido con un escueto 6,59 % del total de los sufragios un puñado menos de asientos que Vox en la Cámara Baja.

El partido de derechas ha logrado 33 escaños con 3.033.744 millones de votos y el 12,39 % del total de sufragios. Los independentistas, con más o menos la mitad del porcentaje de papeletas, han obtenido 26 asientos y, lo que es mucho más importante, la llave para investir de nuevo presidente a un Sánchez con el que se sienten que es más fácil cumplir sus objetivos rupturistas, ya que en la anterior legislatura los ha agasajado con múltiples gestos, como la eliminación del delito de sedición o la rebaja del de malversación, entre otros, que les permite reeditar su desafío al Estado sin apenas consecuencias.

El poder que tienen actualmente estos partidos en el Hemiciclo contrasta de manera nítida con el peso que tienen dentro del conjunto de la sociedad española, a la que, a su pesar, todavía pertenecen. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha sido el partido más votado dentro de este grupo de aliados de Sánchez. El partido representado en el Congreso por Gabriel Rufián, pese a haber perdido casi la mitad de los asientos en la Cámara Baja respecto a los comicios de noviembre de 2019, aun mantiene siete de los 13 que poseía, en virtud de los 462.883 votos obtenidos, que, no obstante, apenas suponen el 1,89 % del total de los sufragios.

Sus principales rivales dentro del espectro independentista, el Junts del prófugo expresidente catalán Carles Puigdemont, logró idéntico número de escaños, aunque con mucho menos apoyo popular: 392.634 sufragios, que suponen el 1,36 % del total de votos válidos recontados este 23-J. EH Bildu, el partido heredero de la banda terrorista ETA, consiguió seis escaños por sus 333.362 votos (el 1,36 % del total) y el PNV, uno menos, con 275.782 papeletas y el 1,12 % del total de los votos.

Los votos no se dan a cambio de nadaYolanda DíazLíder de Sumar

Por último, tanto Sánchez como el Congreso de los Diputados reciben a una nueva fuerza política con representación a nivel nacional que introducirá en el debate público la independencia de otra región, Galicia. Se trata del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), que con 152.327 votos, el 0,62 % del total, ha obtenido un representante en la Cámara Baja.

En total, esta amalgama de nacionalistas e independentistas catalanes, vascos y gallegos suman 1.616.988 votos, poco más de la mitad que Vox, con la diferencia de que esos votos y escaños se tornan como decisivos para la conformación de un nuevo Ejecutivo mientras que los de Vox se presentan como irrelevantes a la hora de poder apoyar un Gobierno encabezado por el presidente de los 'populares', Alberto Núñez Feijóo. Ahora está por ver si Sánchez consigue recabar el apoyo de todos ellos y a qué precio.

La actual vicepresidenta segunda del Gobierno y futurible número dos de Sánchez en un nuevo Ejecutivo de coalición, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, ya lo indicaba este martes cuando se le preguntaba por las negociaciones con estos partidos: «Los votos no se dan a cambio de nada».