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Miguel Ángel Revilla, en el programa de Telecinco La última nocheMediaset

El ocaso de un presidente que parecía eterno

Revilla, entre lágrimas: «La gente ya se ha aburrido de mí»

El líder del PRC, de 80 años, trata de reponerse de su salida de la Presidencia de Cantabria después de 16 años al frente

El veredicto de las urnas colocó fuera de la Presidencia de Cantabria al quien la ostentó durante más tiempo. 16 años en total, en dos etapas diferentes. A sus 80 años, el político que todavía lidera el Partido Regionalista Cántabro (PRC), Miguel Ángel Revilla está tratando de acostumbrarse a su nueva vida, en la que ya no es la celebridad y el mandatario que fue.

En una reciente aparición televisiva –otro de los escenarios que más llenaban la vida de Revilla–, el expresidente cántabro, entre lágrimas, admitía que para él todo tiempo pasado fue mejor, al menos en cuanto a popularidad. «La gente ya se ha aburrido de mí», confesaba con ojos vidriosos a la periodista Sandra Barneda, presentadora del espacio de Telecinco La última noche.

Con profundo pesar, Revilla reconocía que se ha despedido de un cargo que parecía difícil disociar de su nombre con «pena», dado que los mejores años de su vida los había pasado al frente del Gobierno de una pequeña comunidad autónoma surgida tras la Transición y que históricamente tan solo había sido la provincia de Santander, dentro de la región de Castilla la Vieja.

Me siento muy orgulloso de lo que he hecho por CantabriaMiguel Ángel RevillaSecretario general del PRC

«Me siento muy orgulloso de lo que he hecho por Cantabria. En los ochenta la gente no sabía ni dónde estábamos, no teníamos ni nombre», explicaba el político regionalista, que ha sido relevado por María José Sáenz de Buruaga, del Partido Popular.

El todavía secretario general del PRC ha vivido en sus últimos meses de Gobierno una de las etapas más difíciles de sus distintos mandatos, fruto del estallido del caso Carreteras, una trama de corrupción de empresas que obtenían adjudicaciones de obra pública a cambio de mordidas.

Una millonaria trama corrupta que le costó el cargo al «mejor hombre» de su Gobierno, el exresponsable de la Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo, José Luis Gochicoa, que presentó su dimisión tras conocerse el escándalo.

Un caso que los cántabros castigaron en las urnas y que ensombreció la época final de un hombre que llevaba ostentando cargos políticos desde el Franquismo, cuando militaba en Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, conocida como «el Movimiento».