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Rubalcaba y Sánchez en una foto de archivo del año 2015EFE

Las declaraciones de Rubalcaba que desmontan todos los argumentos de Sánchez para su investidura

«Tú no puedes hacer depender la estabilidad del Gobierno de España con alguien cuyo objetivo político es irse de España, romperla», defendía el exsecretario general del PSOE en 2016

«¿De verdad se puede gobernar España con alguien que quiere romper España?». Para Alfredo Pérez Rubalcaba no cabía posibilidad alguna de hacer lo que Pedro Sánchez se plantea hacer hoy, y lo que ha hecho durante esta legislatura: ya no solo pactar, sino hacer depender el Gobierno nacional del separatismo.

Las declaraciones del que fuera secretario general del PSOE en una entrevista concedida a Antena3 en 2016, de las que se han hecho eco las redes sociales esta semana ante el contexto de búsqueda de apoyos para la investidura tras el 23-J, desmontan las opciones del actual líder del partido para volver a ser investido y reeditar su Ejecutivo con la formación morada, ahora Sumar, apoyado por ERC, Bildu, el PNV y ahora también Junts, el partido de Puigdemont.

«Imagínese la que tendríamos montada si hubiéramos ido a una investidura con el apoyo de Podemos, que está en el derecho de autodeterminación, y de los independentistas, que ni le cuento. ¿Qué estaríamos diciendo hoy a los españoles? ¿Cómo estaríamos justificando la estabilidad de nuestro Gobierno?», explicaba Pérez Rubalcaba en su entrevista con la periodista Susanna Griso.

El exdirigente socialista afirmaba que gobernar España es algo muy complicado que exige «apoyos parlamentarios sólidos», si lo que se quería era un buen Gobierno. De no ser así, el resultado sería «chapucear». Ante el argumento de «vamos a sentarnos con ellos (con los independentistas) y acabarán siendo buenos», Rubalcaba advertía de la posibilidad de sentarse con ellos y «acabar siendo malos y que no te hagan caso». «Tú no puedes hacer depender la estabilidad del Gobierno de España con alguien cuyo objetivo político es irse de España, romperla, porque este es el problema», sentenciaba.

De hecho, la posibilidad de pacto con los independentistas fue lo que motivó el desencuentro entre Rubalcaba y Sánchez cuando este era ya secretario general. Por otro lado, Rubalcaba admitió tras las elecciones del 26-J en 2016 que él era partidario de haber dejado gobernar a la lista más votada, al PP entonces liderado por Mariano Rajoy, a través de la abstención para evitar una nueva repetición electoral.

Después de las elecciones del pasado 23 de julio, Pedro Sánchez, que no ha sido la lista más votada y por lo tanto no ha ganado las elecciones, ha quedado en manos de todas las formaciones independentistas y, entre ellos, del prófugo de la justicia española Carles Puigdemont, presidente de Junts. Sánchez salió al balcón de Ferraz la noche electoral con aire de victoria, aplaudido y vitoreado por los suyos, conocedor de que la suma PP y Vox que le sacaría de la Moncloa, no era suficiente, en contra de lo que pronosticaban las encuestas.

Hace unos días, el presidente del Gobierno en funciones se mostraba confiado de que sería investido con el voto de grupos parlamentarios que no le apoyaron en la anterior legislatura y llamó a «traducir» lo que entendió como una mayoría social a una «mayoría parlamentaria en el Congreso».

El líder del Partido Popular, que fue la lista más votada y le sacó una ventaja de 14 escaños, Alberto Núñez Feijóo,trabaja por su parte para recabar apoyos para su investidura. La carta que le remitió a Sánchez, ahora de vacaciones en Marruecos, urgiéndole a una reunión para mantener un «diálogo responsable» para lograr la estabilidad política e institucional en España fue rechazada por el dirigente socialista. Los populares le insisten en que rectifique, pero Sánchez parece haberse decantado ya, de nuevo, por otros compañeros de viaje para la nueva legislatura.