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Sánchez mantiene en secreto tanto su candidato a presidir el Congreso como las negociaciones con el independentismo

Crónica política

La negociación de Sánchez para presidir la Mesa del Congreso: secretismo y favores al separatismo

El PSOE no quiere revelar cuál será su candidato a presidir la Mesa del Congreso de los Diputados. El elegido debe agradar al separatismo, del que Sánchez necesita el apoyo

A pocos días de la constitución de las Cortes, la futura composición de la Mesa del Congreso de los Diputados sigue siendo un misterio. Los partidos separatistas, de los que Pedro Sánchez necesita apoyo, no parecen tener especial interés en conseguir una silla en el órgano. Sin embargo, las votaciones para su composición dilucidarán si el candidato socialista reúne los escaños necesarios para ser investido presidente.

La Mesa consta de nueve puestos: cuatro vicepresidentes, cuatro secretarios y un presidente. Por los resultados obtenidos en las elecciones, tanto a PP como a PSOE les corresponden cuatro puestos para cada uno. El nombramiento del presidente se producirá tras una votación en el Congreso de los Diputados donde desde cada uno de los escaños se emitirá una papeleta con un voto. Será elegido el que obtenga el voto de la mayoría absoluta. De no darse así, ganará el que reúna más votos.

Más allá de la importancia de la Mesa, órgano rector de la Cámara, el mapa que se dibuje la próxima semana indicará si Sánchez ha sido capaz de convencer a los partidos separatistas para reeditar su mandato. Por su parte, los independentistas han dejado claro que su interés no está en conseguir una silla en la Mesa, sino que sus pretensiones van más allá: quieren que se celebre un referéndum de independencia y, además, que se lleve a cabo una amnistía a los casi 4.000 encausados por el procés. Además, exigen tener grupo propio en el Congreso a pesar de no reunir los requisitos para ello. Esto último lo dan por hecho.

Por su parte, PNV y ERC tendrán la posibilidad de presidir comisiones a cambio de sus votos a favor.

Aunque su objetivo no sea sentarse en la Mesa, Sánchez necesita de su apoyo para hacerse con la presidencia del órgano. Para ello se pueden dar dos escenarios: o Junts elige al candidato propuesto por el PSOE y el puesto queda cubierto en primera vuelta o tendrá que repetirse la votación y, en lugar de siete, se necesitarían tres apoyos del partido de Carles Puigdemont. En cualquier caso, el candidato socialista necesitará del favor de la formación del exvicepresidente catalán fugado.

El candidato ‘perfecto’

Contentar a todos no es sencillo. Por este motivo, el PSOE busca un candidato que no resulte incómodo a los partidos secesionistas. Lo hará, además, eligiendo entre sus filas. La número dos de ERC en las elecciones del pasado 23 de julio, Teresa Jordà, confirmó que su intención no es optar a la presidencia de la mesa sino que su partido está conforme con que el puesto lo ocupe un socialista.

Por el momento, Sánchez prefiere mantener silencio sobre el nombre elegido hasta tener seguros los apoyos para su aprobación. El presidente en funciones quiere evitar dar un paso en falso que le dificulte aún más la constitución de las Cortes y, especialmente, la posterior investidura.

¿Tiene el PP posibilidades?

La peor de las opciones para el PSOE pasa por un posible, aunque improbable, golpe de efecto de Junts. La formación separatista puede votar en contra facilitando que la presidencia recaiga en el Partido Popular y presionar así a los socialistas de cara a la negociación de la investidura.

Sería en segunda votación cuando el PP podría conseguir una mayoría simple si Sánchez no obtiene la aprobación de su partido.