Fundado en 1910

Carles Puigdemont (Junts) y Pere Aragonès (ERC), este lunes, en FranciaEFE / David Borrat

El independentismo desempolva el relato del «Estado opresor» tras la detención de boicoteadores de la Vuelta

Tanto Junts como ERC comparan a España con una dictadura por el apresamiento de cuatro personas que pensaban ejecutar actos vandálicos contra este evento ciclista

Los partidos separatistas catalanes Junts y ERC han aprovechado la detención, este sábado, de cuatro personas en Lérida por preparar actos contra la Vuelta ciclista 2023 para desempolvar el relato del «Estado opresor» que va en contra de Cataluña. Todo ello después de que las dos etapas de esta competición hayan sido alteradas por los secesionistas, que han colocado clavos o untado de jabón el firme para tratar de boicotearla, poniendo en riesgo la vida de los corredores.

Laura Borràs y Jordi Turull, presidenta y secretario general de Junts, el partido del expresidente catalán prófugo de la Justicia, Carles Puigdemont, pidieron este domingo la libertad de los detenidos, ya que «protestar no es delito», según Turull, uno de los cabecillas del procés, y porque estas «detenciones preventivas son propias de regímenes autoritarios y caducos», en palabras de Borràs.

Por su parte, Oriol Junqueras y Marta Rovira, presidente y secretaria general de ERC, y también protagonistas del golpe del 1 de octubre de 2017, han cargado contra la Policía Nacional por actuar «contra las libertades fundamentales y los derechos humanos» –una de las características de las dictaduras– y han enmarcado la actuación policial dentro de la persecución al independentismo y de «represión política». Algo que contrasta con los indultos de los que gozan ambos gracias al Gobierno de Pedro Sánchez.

«Hacer visible el conflicto»

Y es que desde el independentismo, pese a estos favores políticos y la impunidad en la que han quedado los hechos contra la integridad territorial española sucedidos hace menos de seis años, se sigue persiguiendo presentar la situación como la de un conflicto entre España –«el Estado» y Cataluña –y su «pueblo»– y por ello aprovechan cualquier evento con repercusión internacional para tratar de vender ese relato.

Así, por ejemplo, desde Òmnium Cultural, una de las dos organizaciones, junto a la ANC, que instigaron el golpe del 1-0, ya habían llamado a portar banderas independentistas para que fueran recogidas por las cámaras que cubren el evento deportivo a lo largo y ancho del globo. Su fin: «hacer visible el conflicto político catalán en el mundo», explicaron hace unos días.

Ahora, los separatistas exprimen estas detenciones para volver a publicitar su causa. Varias decenas de personas se han manifestado este lunes ante los juzgados de Solsona, en Lérida bajo el lema «Libertad detenidos» y varias banderas independentistas y esta tarde, a las ocho, hay otra convocatoria para pedir lo mismo en Vic (Barcelona). Mientras, lo que recorre el mundo son los vídeos de los clavos y el jabón sobre el pavimento, ennegreciendo la imagen de uno de los mayores eventos ciclistas mundiales.

Finalmente, este lunes han sido puestos en libertad provisional los cuatro detenidos, acusados de delitos desórdenes públicos, contra la seguridad vial, pertenencia a grupo criminal y contra el medioambiente.