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Yolanda Díaz e Irene Montero, en una imagen de archivoRicardo Rubio / Europa Press

Fricciones en la coalición

Montero se coloca del lado de Iceta en su guerra con Díaz por el caso Rubiales

La ministra de Igualdad se alinea con el PSOE enmendando la plana a la vicepresidenta segunda después de ser purgada de las listas de Sumar

El polémico beso del presidente de la Real Federación de Fútbol, Luis Rubiales, a la jugadora de la selección Jenni Hermoso ha provocado un enfrentamiento doble en el seno del Gobierno de coalición. Por un lado, entre el socialista Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte, y la vicepresidenta segunda del Ejecutivo, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, y, por otro, entre la propia Díaz e Irene Montero, quien, pese a pertenecer a la misma facción dentro del Gobierno, se ha aliado con el ala socialista.

En una entrevista que TVE le ha realizado a la dirigente de Podemos, Montero ha respaldado el proceder del Ejecutivo, a diferencia de las declaraciones que ha venido realizando la líder de Sumar a lo largo de los últimos días, criticando la lentitud del Ejecutivo –en concreto del titular de la Cartera de Deportes– a la hora de tratar de purgar a Rubiales después del famoso «piquito».

«El gobierno tenía la obligación de actuar con contundencia y efectivamente hay unos tiempos y unos trámites» que «tienen que seguir su curso», según ha defendido Montero, quien ha destacado que de todo el revuelo que «más allá de lo que pueda pasar en términos administrativos y también legales, porque también la Fiscalía está dando los pasos que tiene que dar, lo importante es esa reacción social que le dice claramente a Jenni Hermoso que no está sola».

El Gobierno actúa con lentitudYolanda DíazVicepresidenta segunda

Unas palabras que contrastan con las pronunciadas por Díaz durante las últimas jornadas, que han irritado sobremanera a Iceta. «Yo creo que es verdad que el Gobierno actúa con lentitud, y es más, he lamentado este fin de semana que fuera la FIFA la que hubiera instado la suspensión cautelar del señor Rubiales», apuntaba esta semana una Díaz cuyo veto a Montero de las listas de Sumar en las pasadas elecciones del 23 de julio no le está saliendo gratis.

El principal damnificado de este fuego amigo, sin embargo, está siendo el dirigente catalán del PSC, quien, según publican varios medios, trató de frenar a Díaz, pero sin éxito y que se defendía públicamente de los ataques este martes, alegando que el Ejecutivo estaba siendo «muy escrupuloso» con la gestión del polémico caso y el futuro del presidente de la RFEF.

«Estamos a la espera de conocer si el tribunal incoa el procedimiento contra Luis Rubiales como infracción muy grave. Una vez el tribunal admita a trámite la denuncia podremos convocar en 48 horas a la Comisión Directiva del CSD, donde vamos a proponer la suspensión del expresidente de la RFEF hasta que no se produzca la resolución definitiva del tribunal», ha apuntado, destacando la «separación de poderes» y el respeto a la Ley del Deporte. En concreto, al artículo 62, que es el que permitiría suspender a Rubiales.

Unos argumentos que no parecen haber convencido a la vicepresidenta segunda, que ha pedido no solo la cabeza de Rubiales, muy próximo al PSOE, sino también la de los seleccionadores de fútbol femenino y masculino, Jorge Vilda y Luis de la Fuente, respectivamente.