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Montaje Esther López

A la caza del cómplice del conductor que atropelló a Esther López

Los investigadores sospechan que alguien ayudó al principal sospechoso a borrar los datos del atropello del ordenador interno de su automóvil

Los coches modernos registran infinidad de datos en el ordenador central que tienen. Algunos son simplemente estadísticos para el conductor: el consumo o la velocidad media cada 100 kilómetros. Sin embargo, también se registran datos de presión de ruedas, averías e incluso impactos. Un golpe con el coche queda registrado en la computadora central.

Esos datos pueden consultarlos los mecánicos, pero no es normal que un usuario medio sepa acceder a ellos y aún menos borrarlos. El principal sospechoso de la muerte de Esther López tiene una agencia de viajes: ni es mecánico del automóvil ni tiene un taller. Estas certezas hacen concluir a los investigadores que alguien le ayudó a borrar los datos del ordenador correspondientes al día del atropello de la joven.

Han puesto en marcha una nueva estrategia que estaría cerca de poder dar sus frutos. Pero antes demos contexto a la noticia: el 13 de enero de 2022, Esther López desaparece en Traspinedo, Valladolid. Durante los siguientes días la buscaron sin descanso, pero no fue hasta el 5 de febrero que un paseante la localizó muerta, tirada en una cuneta de la carretera que llevaba al pueblo.

El estudio forense reveló lesiones que solo eran compatibles con un atropello. Con el paso de los meses, las pesquisas situaron bajo el foco de la sospecha a Óscar, amigo de Esther, que también fue la última persona que estuvo con ella. Al analizar su vehículo observaron varios desperfectos, abolladuras y arañazos, que coincidían con las lesiones de la joven de 35 años.

Pero el vehículo del sospechoso, un Volkswagen T-Rock de color gris, todavía tenía secretos por descubrir: «Existe un primer borrado de eventos y averías registradas mediante diagnosis electrónica de las diferentes unidades. Se intenta codificar una nueva llave del vehículo sin éxito alguno, no siendo posible por el tipo de llave». Ese mismo día «se intenta programar la unidad de motor, sin éxito alguno, quedando registrado en la unidad electrónica. Se ha realizado un borrado intencionado de diferentes eventos y averías relacionados con la manipulación electrónica, impidiendo saber y recopilar información en las fechas del hecho investigado».

El informe de la Guardia Civil concluye que el borrado de los datos tuvo que hacerlo un experto. Durante meses se ha tratado de dar con su paradero, pero ahora se está más cerca que nunca. La jueza instructora ordenó a las compañías telefónicas que informasen de qué teléfonos estaban cerca del principal sospechoso a la hora y los dos días que se produjeron los borrados.

Los resultados acaban de llegar: nueve compañías los han aportado. Ahora la investigación está buscando coincidencias y en el caso de que no las haya, un mecánico entre todos los números de teléfono.