Un enorme castillo en el aire
Sánchez empuja al Rey a designarlo candidato para una investidura abstracta sin fecha ni votos
Tras entrevistarse con Felipe VI, la única diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, describió gráficamente lo kafkiano de esta segunda ronda de consultas convocada por el Rey tras el fracaso de la investidura de Alberto Núñez Feijóo. «Yo me imagino que el Rey, a sabiendas de que hay grupos que han manifestado la posibilidad de apoyar al señor Sánchez que no van a acudir a la ronda de consultas, recibirá mucha información, seguramente, del propio señor Sánchez. Que será el que tendrá que aportarle cómo van las negociaciones y las posibilidades que hay de que prospere su investidura (…). Y supongo que ésa será la conversación definitiva para que el Rey tome la decisión que tenga que tomar: los apoyos que manifieste tener». Los apoyos que «manifieste tener», señaló Valido. No los que Sánchez tenga, ni los que otros manifiesten darle.
Salvo giro de guion inesperado, empujado por las circunstancias, Don Felipe designará este martes al presidente en funciones candidato a una investidura que, de momento, es un enorme castillo en el aire. Porque, hoy por hoy, la realidad es que Sánchez solo tiene los 121 votos del grupo parlamentario socialista, entre los que se incluye el suyo propio.
Ni siquiera cuenta con los 31 de Sumar, puesto que el acuerdo de gobierno con Yolanda Díaz no está ni hilvanado. Ya se encargó la propia vicepresidenta segunda de dejarlo bien claro: «A día de hoy lamento comunicarles que estamos lejos de alcanzar este acuerdo», aseguró este lunes, tras entrevistarse con el monarca.
Lo hizo en una comparecencia durante la que, para más inri, se adelantó al Rey Felipe y anunció con un día de antelación la decisión del jefe del Estado, como contó El Debate. Porque se refirió a su socio como «el que va a ser, sin lugar a dudas, mañana (por este martes) candidato a la investidura».
Conforme al artículo 99 de la Constitución, el jefe del Estado propondrá a Sánchez candidato a la Presidencia del Gobierno sin haber escuchado a cuatro de sus presumibles socios, ERC, Bildu, Junts y el BNG, decir una sola palabra, ni ahora ni en la ronda de consultas de los días 21 y 22 de agosto, porque a ambas faltaron. También, sin que el único socio parlamentario que este lunes pasó por Zarzuela, el PNV, explicitara la posición de sus cinco diputados.
Además, sin que el líder del PSOE clarifique si piensa seguir adelante con una amnistía que, de facto, supone una enmienda al discurso del Rey del 3 de octubre de 2017, cuando Don Felipe acusó a las autoridades catalanas de vulnerar «de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado».
Y, a mayores, sin que la socia del aspirante a candidato a la investidura le haya adelantado a Felipe VI su apoyo a Sánchez. Todo lo contrario. Puesto que, según Díaz, le dijo al Rey lo mismo que después reiteró en rueda de prensa: «Le hemos comunicado nuestra voluntad de conformar un Gobierno de coalición progresista presidido por el señor Sánchez. Pero también le hemos comentado al Rey que estamos negociando y, a día de hoy, estamos lejos todavía del acuerdo», subrayó.
El candidato del PSOE acudirá este martes a su encuentro con el Rey con los mismos 121 escaños que obtuvo en las elecciones, ni uno más en más de dos meses. Y, por tanto, a falta de 55 para la mayoría absoluta. Tan etérea es su investidura de momento que Sánchez ha dado orden a la presidenta del Congreso de que no fije aún fecha para el debate y votación, por si las negociaciones se tuercen. Así lo hará Francina Armengol, amparándose en los precedentes de Mariano Rajoy en 2016 y del propio Sánchez en 2019.
Al presidente en funciones le gustaría ser investido la tercera o cuarta semana de octubre, después de la Fiesta Nacional y antes del juramento de la Princesa Leonor, que se producirá el 31 de octubre. No quiere eternizar este proceso. Sin embargo, desde el PSOE reconocen que las negociaciones, especialmente con Junts y ERC, se pueden alargar hasta noviembre.
Sánchez buscará el voto favorable de los 31 diputados de Sumar, los siete de ERC, los seis de Bildu, los cinco del PNV y el del BNG. Si consigue el de Coalición Canaria, le bastará la abstención de Junts. Si no, necesitará también el voto favorable de los siete diputados de Carles Puigdemont.
El presidente comparecerá este martes en la Moncloa después de su paso por la Zarzuela. La anterior vez no esperó a que el Rey designara candidato a Alberto Núñez Feijóo, sino que habló antes para contar que le había mostrado a Felipe VI su «disposición» a aceptar el encargo. Un movimiento inesperado con el que obligó al jefe del Estado a elegir entre Feijóo y él.