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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro SánchezEFE

Sr. Sánchez, Societat Civil Catalana el 8-O: ¿Eh, qué duele?

Cuando mire suplicante a su alrededor no va a encontrar absolutamente a nadie, pues su tropa habrá huido en busca de anonimato y acomodo disfrutando del botín que usted les ha regalado

Sr. Sánchez. Aunque entendemos que es usted inmune a los valores del ser humano y al ridículo, le queremos recordar algunas cosas que le producen dolor incluso a usted.

Le duele la existencia de Societat Civil Catalana que le ha sacado varias veces centenares de miles de personas a la calle al grito de querer ser ciudadanos libres e iguales, incluyendo la presencia entonces del don nadie Sr. Illa que hoy sigue sin ser nadie por traidor, o el Sr. Iceta ministro de la vergüenza cultural y deportiva.

Le duele que los ciudadanos salgan a la calle de forma limpia, ordenada y pacífica ya casi en toda España sin que haya que lamentar hechos violentos como les pasa a ustedes y a sus mercenarios.

Le duele la educación, contundente, pero educación, sin capuchas ni fuego porque nosotros no quemamos nada ni a nadie.

Le duele que usted en el fondo no domina a los ciudadanos y tan solo se le someten aquellas personas e instituciones a las que compra en el mercado de los despojos.

Le duele, le tiene que doler mucho tan solo recibir los aplausos de sus inútiles seguidores a sueldo o de aquellos que una vez cubiertos sus anhelos y expectativas le abandonarán en el basurero solo y desnudo con la simple satisfacción de que al menos no le disparen un tiro en la nuca.

Nos duele profundamente que ordene y mande en nuestra nación un delincuente fugitivo. Nos duele asistir a la demolición de nuestras instituciones fundamentales

Le duele no poder salir a la calle sin que le abucheen y le insulten necesitando siempre la protección de su cordón de seguridad y guardaespaldas que pese a todo no pueden silenciar el «que te vote Chapote» y otras lindezas.

Le duele que va usted a pasar a la historia de España, de Europa y de Occidente como el peor dirigente político, ególatra, psicópata del poder, analfabeto de la ética que solo sabe pasear su primitiva estética de pantalón pitillo por las alfombras, cielos y palacios. Eso, Sr. Sánchez, al mirarse al espejo le debe doler mucho.

Verá usted, por todos los dolores que nos está infringiendo y que le voy a enumerar a continuación, los ciudadanos españoles le vamos a desalojar de su, que es nuestro, palacio, apear de su sillón y descabalgar de los aviones oficiales. Usted ya no es España, no es español, es un sátrapa sin tierra ni valores, ni ética ni convicciones, movido solo por el lujo, el poder y su guillotina particular.

Manifestación en Barcelona el pasado 8 de octubreEFE

A los españoles nos duele cada día que nos mientan, que nos traten como ganado a quienes hay que degradar y humillar encarcelados en el redil por sus pastores mercenarios que acabarán, cuando saltemos la valla, huyendo despavoridos como conejos al monte.

Nos duele profundamente que ordene y mande en nuestra nación un delincuente fugitivo cobardemente en un maletero que con su equipo de asalta caminos se ríe de todos nosotros y lo que es peor, de usted.

Nos duele asistir a la demolición de nuestras instituciones fundamentales colocando en los centros de mando y decisión a toda una tropa de escoria nacida en las bandas callejeras.

Nos duele que haga usted la vista gorda, o quizás apoye, a una coral femenina de saltimbanquis que como risueña cuchipandi han cambiado la camiseta y el vaquero por la pasarela de la moda en nuestras millas de oro de marcas, peluquerías, chóferes y guardaespaldas. Y da igual aquí que en la Quinta Avenida de Nueva York o el Boulevard Saint Germain, mientras salen convictos, violadores y asesinos a la calle de nuevo.

Duele cuando con toda impunidad por medios de comunicación o portavoces gubernamentales, cada vez que alguien alza la voz se le califica de facha

Es una tortura ciudadana poner en el disparadero al género masculino en la sospecha de delincuencia natural admitiendo además que en el género humano hay más especies que en el mundo de los tiburones o las arañas.

Nos duele que dilapiden el dinero de todos, producto de nuestro esfuerzo, en frivolidades, malversaciones, compras e inversiones en el mercado negro de las influencias y los delitos al más puro estilo de los traficantes del Soho o Canal Street.

Es muy doloroso no poder acudir a la mayoría de los medios de comunicación supuestamente libres y constatar que están comprados, poseídos y sometidos al dictado del poder que paga, incluidos periodistas, directores o presentadores de informativos en programas de televisión. Duele mucho comprobar que las cosas que pasan ni se mencionan o se tergiversan, pues lo que al poder le interesa es siempre portada mientras se censuran firmas u opiniones del disidente.

Duele cuando con toda impunidad por medios de comunicación o portavoces gubernamentales, cada vez que alguien alza la voz se le califica de facha, franquista o nazi cuando no de super ultraderecha con condena a soga o paredón. Pero hay tolerancia, silencio y amnistía cuando el vociferio proviene de las manadas comunistas antisistema, delirantes independentistas o portadores de cartucheras listas a desenvainar.

Todo eso duele mucho, Sr. Sánchez, pero vaya usted preparándose porque su dolor no ha hecho más que empezar y es todavía joven. Va a suplicar desesperadamente que le apliquemos una anestesia que no va a llegar y soportará a pelo todo aquel dolor que ha infringido a los españoles durante los últimos años.

¿Y sabe? Cuando mire suplicante a su alrededor no va a encontrar absolutamente a nadie, pues su tropa habrá huido en busca de anonimato y acomodo disfrutando del botín que usted les ha regalado.

Sr. Sánchez, ¿puede haber algo más doloroso que la soledad?