La mujer que acusa de violación al hijo de Conde-Pumpido: «Me agredió con una calabaza»
Aunque ahora dice lo contrario, la chica reconoce que en un principio le cobró por mantener relaciones sexuales, pero que después ya lo hacía sin dinero
El viernes 3 de noviembre, sobre las diez de la mañana, una mujer de origen brasileño llama a la Policía. Denuncia que Candido Conde Pumpido hijo y dos amigos más le han agredido sexualmente y le han robado el pasaporte. Hasta allí se desplazan varias patrullas de Policía Nacional y Municipal de Madrid. Se encuentran con la denunciante.
Este es el espontáneo relato que la joven les hace frente a la puerta del hijo de Presidente del tribunal Constitucional: «Me acuesto con Cándido desde hace meses. Al principio me pagaba por mis servicios, pero desde enero ya no. Las relaciones son consentidas, pero no llegamos a tener una relación sentimental».
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Una vez dibujado el contexto sigue con su narración: «Sobre las 3:30 de la madrugada del jueves al viernes, Cándido me ha mandado mensajes diciéndome: «Te echo de menos y no veo el momento de abrazarte». Es normal porque hablamos mucho. Fui a su domicilio. Cuando llegó me encuentro a Cándido con dos amigos en un ambiente festivo, consumiendo alcohol y drogas y los tres con ganas de mantener relaciones sexuales conmigo».
Según narra en ese primer momento, ella les anuncia en voz alta varias veces que no se va a acostar con ellos: «No me hacen ni caso y empiezan a desnudarse y a tocarse su miembro. Entonces me agredieron los tres. Intentaron forzarme, pero yo me escapé». Los agentes hacen constar que la vieron con el pelo revuelto y sangre reseca en los labios.
«Me escondí en una habitación. Cándido me habló y me convenció para que abriera. Nada más entrar me agarró del pelo y me agredió sexualmente tanto vaginal como analmente. Me penetró con su miembro viril, con consoladores y hasta con una calabaza. Los otros dos estaban consumiendo cocaína en otra habitación y no estuvieron presentes. Después Cándido me echo de la casa y se quedó con mi pasaporte».
La mujer brasileña denuncia además que en la casa había muchas drogas: marihuana, cocaína, éxtasis. Los agentes se acercan a una ventana que está tapada con un contrachapado: «Hay un agujero del que se desprende un fuerte olor a marihuana».
Al lugar van llegando más patrullas. Los agentes deciden llamar a la puerta en varias ocasiones. Están tocando el timbre y llamando a Conde Pumpido durante «más de una hora, para que proceda a abrir la puerta». Querían identificarle. Como no abre la puerta, dejan una patrulla camuflada a la espera de que abra la puerta y poder detenerlo. Finalmente, tras varias horas, sale y se entrega. Horas después, una jueza lo dejaría en libertad provisional sin medidas cautelares al dar poca credibilidad al testimonio de la denunciante.