Nuevo Ejecutivo
Auge y caída de Irene Montero: de autoproclamarse líder del feminismo a ser defenestrada por Yolanda Díaz
Tanto Irene Montero como Podemos han intentado hasta el último momento presionar a Yolanda Díaz para que mantuviera la cartera de Igualdad –el gran estandarte del partido 'morado'– en el nuevo gabinete de Pedro Sánchez. Sin embargo, la formación liderada por Ione Belarra se ha quedado sin ningún puesto en el Consejo de Ministros después de rechazar la oferta de hacer a Nacho Álvarez titular de Derechos Sociales.
Montero ingresó en Podemos en 2014, el mismo año de su fundación. A principios de 2016, sin casi experiencia laboral más allá de haber sido cajera en una tienda, logró el acta de diputada. Tan solo un año después pasó a ser portavoz de su Grupo Parlamentario en sustitución del crítico Íñigo Errejón, y su nombre empezó a ser conocido por su nuevo puesto y por ser la pareja sentimental de Pablo Iglesias.
El acuerdo para conformar un Ejecutivo de coalición entre Iglesias y Sánchez permitió a Montero escalar hasta el la cabeza del Ministerio de Igualdad para posteriormente autoproclamarse tanto líder del feminismo patrio como el baluarte contra el machismo.
Sin embargo, el comienzo de su descenso a los infiernos se produjo cuando Iglesias decidió abandonar su vicepresidencia –para presentarse contra Ayuso en las elecciones autonómicas de Madrid en 2021– y señalar como su sucesora para liderar la izquierda del PSOE Yolanda Díaz.
Al borde de la ruptura
Los cinco diputados de Podemos fuera de control provocan la primera crisis de la coalición
Díaz no quiso en ningún momento embarcarse en un proyecto junto a Podemos, y creó su propio partido político, Sumar, para presentarse a las comicios generales del pasado 23 de julio. De hecho, a la hora de crear las listas electorales la ministra de Trabajó vetó de manera expresa a Montero –que ya contaba con una imagen muy deteriorada– lo que ha obligado a la 'morada' irse del Congreso de los Diputados.
El gran escándalo de Montero al frente de Igualdad fue materializar la conocida como 'ley solo sí es sí', que acabó provocando que más de 1.000 violadores sexuales fueran beneficiados o excarcelados debido a las rebajas de penas que se incluíam. La norma tuvo que ser cambiada por el PSOE y el PP –con el 'no' de Podemos– porque según el Gobierno había provocado «efectos indeseados», aunque desde la formación de Montero siempre han culpado a los «fachas con toga» por no aplicar correctamente la ley.
Ahora, sin Ministerio y sin ser diputada, Irene Montero vislimbra un futuro político completamente incierto, aunque en lo económico tiene derecho a percibir durante dos años más de 60.000 euros anuales.