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Las claves

Sánchez forma un Gobierno de resistencia con Bolaños de artificiero y su núcleo duro intacto

El presidente del Gobierno no quiere experimentos al comienzo de una legislatura que se prevé un campo de minas. Los fichajes de Óscar Puente, Mónica García o Jordi Hereu aderezan la mezcla

La revolución que muchos pronosticaban en el Consejo de Ministros no ha sido tal. La reducción de carteras, tampoco, puesto que seguirá habiendo 22. Pedro Sánchez conserva a su núcleo duro en un Gobierno de resistencia, con cuatro vicepresidentas -Nadia Calviño, Yolanda Díaz, Teresa Ribera y María Jesús Montero- y un superministro, Félix Bolaños. El presidente deja para más adelante la sustitución de la vicepresidenta económica, si es que en diciembre se confirma su elección como presidenta del Banco Europeo de Inversiones.

El ministro de la Presidencia suma a sus competencias las de Justicia, en una decisión tan inédita como sorprendente. Bolaños ha sido el negociador en jefe de la proposición de ley de amnistía y es una especie de artificiero para Sánchez. Puesto que esta legislatura se prevé un campo de minas, ahí estará él para intentar desactivarlas.

Bolaños y la ministra de Hacienda, que se hace con la cuarta Vicepresidencia, son las personas que más salen reforzadas en un nuevo Ejecutivo continuista. Tiene su explicación: este mandato la producción legislativa se espera muy limitada, por la precariedad parlamentaria de la coalición y porque el corpus ideológico ya está hecho, así que Sánchez no ha querido probar demasiados experimentos al comienzo.

Sigue hasta Fernando Grande-Marlaska en Interior, cuya salida se daba casi por descontada. También continúan Margarita Robles en Defensa, José Manuel Albares en Asuntos Exteriores, Luis Planas en Agricultura, Diana Morant en Ciencia -sumando Universidades- y Pilar Alegría en Educación -sumando Deportes-. Esta última será también la portavoz del Ejecutivo. Hasta ahora lo era del PSOE, así que también en el partido habrá algún cambio.

Isabel Rodríguez, hasta ahora portavoz y ministra de Política Territorial, se mantiene en el Consejo de Ministros pero cambia esa cartera por la de Vivienda y Agenda Urbana. Y José Luis Escrivá pasa de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones a Transformación Digital, de nueva creación.

El PSOE recupera Igualdad, como estaba previsto. El presidente ha encomendado la cartera a una desconocida para la política nacional: Ana Redondo, mujer de confianza del exalcalde de Valladolid Óscar Puente, de quien fue concejala. El propio Puente, un político polémico, se hace con el Ministerio de Transportes, de donde sale Raquel Sánchez.

En Política Territorial, que añade Memoria Democrática, entra como refresco el expresidente de Canarias Ángel Víctor Torres. Y en Seguridad Social la actual consejera de Economía del Gobierno de Navarra, Elma Saiz. Asimismo será ministro el exalcalde de Barcelona Jordi Hereu, que se hace con Industria, como en su día Joan Clos, que también fue ambas cosas.

Sumar mantiene cinco ministerios, pero sin Igualdad y sin Podemos, a pesar de que los morados amenazan con ser un constante elemento desestabilizador de la frágil mayoría parlamentaria de la coalición.

La líder de Más Madrid, Mónica García, será la ministra de Sanidad, uno de los pocos nombramientos que se daban por hechos. El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, se convierte en ministro de Cultura; y la de IU, la eurodiputada Sira Rego, se encargará de una cartera nueva: Infancia y Juventud.

Derechos Sociales y Agenda 2023, al que se añade Consumo, será para el exdirigente de Podemos Pablo Bustinduy, que Díaz repescó hace unos meses tras su mal final con Pablo Iglesias. Así que el escarnio para Podemos es doble.

En el ala socialista hay cinco sacrificados: Miquel Iceta, Raquel Sánchez, Pilar Llop, Héctor Gómez y José Miñones. El paso de este último por el Consejo de Ministros ha sido especialmente breve: fue nombrado titular de Sanidad a finales de marzo. A ellos se suman las bajas de Irene Montero, Ione Belarra, Alberto Garzón y Joan Subirats.