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Ilustración Miguel Tellado

Ilustración Miguel TelladoPaula Andrade

El Perfil

Tellado, el dóberman de Feijóo para morder los tobillos a Sánchez

No duda nunca en meterse en cuantos charcos se presentan y es partidario, según cuentan en Génova, de elevar los decibelios contra el presidente del Gobierno

Miguel Tellado Filgueira (Ferrol, 49 años) es desde esta semana el objetivo a batir por el sanchismo. Como buen periodista antes que fraile de la política, sabe servir titulares demoledores: «Sánchez debería irse de este país en un maletero». Solo esas nueve palabras pronunciadas hace unos días le han convertido en la diana contra la que el orfeón mediático apunta sin piedad, sobre todo ahora que su amigo y jefe, Alberto Núñez-Feijóo, lo ha nombrado portavoz del PP en el Congreso, es decir, punta de lanza de la oposición en esta legislatura de ruido y furia. Como ejemplo, un botón: el medio escrito más sanchista de la mañana saludó su designación advirtiendo de los recelos que despertaba «en sectores del PP» por su «falta de idoneidad». El líder popular ha querido con su ascenso acabar con la tricefalia que mandaba en el partido. Cuca Gamarra compaginaba el trabajo de portavoz parlamentaria y secretaria general, el propio Tellado era el «arreglalotodo» orgánico al frente de Organización y Elías Bendodo ejercía de coordinador general, cargo que ahora desaparece porque en puridad era más propio de partidos que gobiernan que de los que ejercen la oposición.

Ahora el ferrolano es el encargado de mantener bajo control al grupo parlamentario sin descuidar su encargo mayor: morder como buen dóberman político los tobillos del Gobierno y rentabilizar las tensiones internas de la coalición que apadrina el fugado Puigdemont. Pero guardar la disciplina entre los 137 diputados populares es también vital porque nadie olvida en Génova que el motin del grupo parlamentario le hizo perder el pulso final a Pablo Casado. La elección para la portavocía de su lugarteniente en Galicia ya es en sí una declaración de intenciones del expresidente de la Xunta sobre el cariz implacable de la oposición parlamentaria que va a ejercer el partido mayoritario en la Cámara.

Enfrente tendrá a Patxi López y probablemente a los ministros más hoolingans de Pedro, sobre todo a Óscar Puente, con el que ya las ha tenido tiesas, desde que el nuevo portavoz desenmascaró al ministro de Transportes cuando tuvo un encontronazo con un ciudadano que le afeó los pactos con el forajido de Waterloo en el AVE y Puente aprovechó para explotarlo declarándose víctima de acoso generado por la hostilidad del PP. Y no solo se ha enfrentado con Puente, sino que en la propia investidura del reelegido presidente protagonizó un duro cruce de reproches con Francina Armengol. Para acompañarle en la portavocía contará con dos figuras parlamentarias acostumbrados a sacar los dientes contra la izquierda: Cayetana Álvarez de Toledo y Rafael Hernando.

Tellado ha tenido su propia transición política; fue durante su época universitaria miembro de un sindicato estudiantil cercano al BNG, de donde saltó a periódicos locales en los que ejerció de informador hasta que en 2003 fue nombrado jefe de prensa del exalcalde popular de su pueblo, Juan Juncal. Tras pasar por la Diputación de Coruña, en 2012 entra en las listas autonómicas del PP y obtiene escaño en el Parlamento gallego. En 2016 Feijóo nombra al que ya era portavoz parlamentario, su número dos y desde entonces ambos jamás se separan. Hasta el punto de que el experiodista dirige las campañas más exitosas del hoy jefe de Génova, consiguiendo mantener a la derecha gallega como una excepción hegemónica cuando en el resto de España Vox y Ciudadanos fragmentaban al electorado conservador. Allí, Feijóo y Tellado consiguen inopinadamente que ambos partidos sean extraparlamentarios.

En 2022, cuando el PP sufre la mayor crisis interna de su historia, con el enfrentamiento del entonces líder, Pablo Casado, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, Feijóo ocupa como figura de consenso el trono de Génova y Tellado no duda un segundo en acompañar a su mentor a Madrid, donde busca reeditar los laureles gallegos que por el momento han chocado con un ecosistema mucho más fragmentado y caro para el buscado gobierno popular. Porque ejerce de poli malo, aunque con una afabilidad que le reconocen hasta los adversarios, no duda nunca en meterse en cuantos charcos se presentan y es partidario, según cuentan en Génova, de elevar los decibelios contra Sánchez y sus alianzas tóxicas con los separatistas. El hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo será ahora la caja de resonancia del amigo fiel de Feijóo.

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