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Ana Martín

Feijóo se ve tentado de plantar a Sánchez: han tenido cuatro reuniones y el presidente lo enredó en todas

Hasta ahora, el líder del PP siempre ha acudido a la llamada del presidente porque cree que es su deber. Pero esta vez se está haciendo de rogar más que nunca: está escarmentado

Madrid Actualizada 04:30

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en la reunión del pasado 9 de octubre en el CongresoEFE

El año enfila su final con una pregunta en el aire: ¿Habrá quinta reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo antes de las Campanadas? Sánchez tiene pocas ganas. Feijóo, ninguna. Y menos aún después del pacto de los socialistas con Bildu en Navarra. Sin embargo, es habitual que el presidente del Gobierno y el líder de la oposición se reúnan al comienzo de una nueva legislatura. O era habitual.

La relación entre Sánchez y Feijóo es manifiestamente mejorable, por no decir mala. En los actos del 6 de diciembre ni se saludaron estando a pocos metros. Esa mañana, el líder de los populares se enteró por los periodistas de que el presidente había contado que tenía previsto convocarle a una reunión en la Moncloa.

Desde que Feijóo fue elegido presidente del PP ambos han mantenido cuatro encuentros, y ninguno salió bien. Aun así, hasta ahora el líder de la oposición nunca ha rechazado acudir a la llamada de Sánchez porque cree que es su deber. Pero en esta ocasión está viéndose tentado de plantarle. De momento se está haciendo de rogar.

La primera reunión de Sánchez y Feijóo, el 7 de abril de 2022 en la MoncloaEFE

La primera vez que se vieron a solas fue el 7 de abril de 2022 en la Moncloa. Y Feijóo pagó la novatada. Antes de acudir a la Moncloa, el líder de los populares pidió a Sánchez pactar un orden del día del encuentro, que es exactamente lo que está pidiendo ahora por escrito. Pero, en aquella ocasión, el equipo del presidente respondió que no hacía falta porque eso sería encorsetar la reunión. Feijóo se presentó en la Moncloa con las manos en los bolsillos, como quien dice, y se encontró con que Sánchez desplegó ante él un documento de 11 peticiones al PP. Más de lo que le había exigido jamás a cualquiera de sus socios.

Para completar la encerrona, después del encuentro compareció la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, para quejarse de la poca profesionalidad de Feijóo. «Buena disposición, pero poca concreción y ninguna documentación», afirmó. «Nosotros vamos documentados a las reuniones», se regodeó. Feijóo se quedó boquiabierto.

Esa lista de Sánchez era lo más parecido a pedirle a Feijóo un cheque en blanco: renovación del Consejo General del Poder Judicial; renovación del Tribunal Constitucional; reforma del artículo 49 de la Constitución; eliminación del voto rogado para facilitar la participación política de los españoles residentes en el extranjero; regreso del PP al Pacto Antitransfuguismo y por la Estabilidad Institucional; Plan nacional de Respuesta a las Consecuencias Económicas y Sociales de la Guerra de Ucrania; acuerdo para la transición energética, la Agenda 2030 y para garantizar unos precios de la energía asequibles y estables en el contexto de la guerra; apoyo y coordinación en torno a los Fondos Europeos y al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; blindaje del Pacto de Estado contra la Violencia de Género; política exterior; y Ley de Seguridad Nacional y estrategia de ciberseguridad.

El segundo encuentro, también en la Moncloa, fue el 10 de octubre de 2022Borja Puig de la Bellacasa

La segunda reunión se produjo el 10 de octubre de 2022, también en la Moncloa. Ambos se vieron forzados a citarse después de que el entonces presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, dimitiera para obligar al PSOE y al PP a entenderse de una vez.

Estuvieron tres horas reunidos. A mitad del encuentro se incorporaron el ministro Félix Bolaños y el vicesecretario de Asuntos Institucionales del PP, Esteban González Pons. Parecía que la cosa había ido bien, según ambas partes. «El presidente del Gobierno y el líder de la oposición han acordado dar un último intento a la negociación para dar una solución rápida al bloqueo del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional», se felicitó el ministro de la Presidencia a su término.

Pero, después de 17 días de negociaciones discretas entre él mismo y González Pons, todo saltó por los aires. Feijóo cortó por lo sano cuando el propio presidente confirmó que iba a modificar el delito de sedición a petición de ERC. Después resultó que el PSOE y sus socios lo suprimieron del Código Penal, directamente. Bolaños acusó a Feijóo de ser una marioneta: «Hay unas fuerzas muy poderosas en la derecha más extrema que le han doblado el pulso al señor Feijóo», denunció.

Según contó González Pons días después, en esa reunión el presidente del Gobierno se comprometió delante de Feijóo y de él mismo a no tocar «el tema de la sedición». También a comunicar por adelantado al PP cuáles iban a ser los dos candidatos propuestos por el Gobierno para el Constitucional, de manera que los populares pudieran comprobar que no entraba «ningún afín a ERC».

En una reciente entrevista en Herrera en COPE, Feijóo recordó aquel capítulo y cómo durante la negociación Bolaños trató de negar la evidencia de un acuerdo con los independentistas. «El señor Bolaños nos mintió. Yo se lo he dicho después al señor Sánchez: tu ministro nos mintió. Y el señor Sánchez se calló», señaló.

Tuvieron que pasar las elecciones municipales, autonómicas y generales para que ambos dirigentes volvieran a verse las caras en privado. En esa ocasión, la iniciativa partió de Feijóo, dentro de su ronda de contactos cuando fue designado por el Rey candidato a la investidura. Feijóo envió un wasap a Sánchez instándole a mantener una conversación para cerrar un encuentro. Éste le envió un wasap de vuelta respondiendo que, mejor que hablar ellos, lo más oportuno era que sus respectivos gabinetes se pusieran en contacto para cerrar la fecha.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, el 30 de agosto en el CongresoEFE

La cita fue el 30 de agosto en el Congreso. Para entonces, la relación entre ambos ya era irrecuperable. Estuvieron reunidos apenas 45 minutos. El Gobierno en funciones se había ocupado de calentar el encuentro, acusando al líder del PP y ganador de las elecciones de estar haciendo «perder el tiempo a todos». Desde la sala de prensa de la Moncloa, horas antes la ministra portavoz llegó a calificar de «paripé» y «folclore» la investidura de Feijóo.

Éste llevó a Sánchez una propuesta que logró sorprender a su interlocutor: le pidió que dejara gobernar a la lista más votada durante una legislatura de dos años, un tiempo en el que los dos principales partidos impulsarían seis pactos de Estado: Pacto de Regeneración democrática, Pacto por el Estado de Bienestar, Pacto por el Saneamiento Económico, Pacto por las Familias, Pacto Nacional del Agua y Pacto Territorial.

Los socialistas se burlaron de él. «Hemos pasado de querer derogar el sanchismo a rogar al sanchismo», declaró la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, al término del encuentro.

La última reunión hasta la fecha fue el 9 de octubre en el CongresoEFE

La cuarta y última reunión se produjo con motivo de la investidura de Sánchez, también en el Congreso, el pasado 9 de octubre. Y también fue fugaz, de apenas 45 minutos. El líder del PSOE no se anduvo con rodeos y acusó a Feijóo, directamente, de «agitar la calle», en alusión a las manifestaciones contra la amnistía celebradas en toda España. Le pidió que respetara y asumiera los resultados electorales, contención y, cómo no, que dejara de bloquear la renovación del CGPJ.

El presidente del PP le respondió que lo mejor que podía hacer era convocar elecciones el 14 de enero, para que los españoles se pronunciaran sobre su amnistía. Feijóo le preguntó por sus pactos con Junts y ERC, pero obviamente Sánchez no soltó prenda. Eso sí, según contó después notó al entonces candidato «muy seguro» de que iba a sacar la investidura adelante, como así fue.

Aunque de sobra escarmentado, apenas dos meses y medio después Feijóo vuelve a verse en la misma tesitura.