Feijóo: «Pumpido no ha desmentido que fue consultado en la ley de amnistía. Es gravísimo»

Sonríe Alberto Núñez Feijóo cuando El Debate le pregunta si este año esperaba comerse las uvas en Génova 13 en lugar de en la Moncloa. El 28 de mayo probó las mieles de la política; el 23 de julio, las hieles. «Hemos tenido un excelente resultado político en el año 2023. Digamos que hemos cumplido la misión, pero no hemos conseguido el 100 % de los objetivos, que era que hubiese un cambio político en el Gobierno de España», reconoce. «Más de 11 millones de ciudadanos votaron en contra de que Sánchez siguiese de presidente del Gobierno. Esos votos juntos darían más de 190 escaños, pero entre dos -PP y Vox- dan 170 escaños», señala. Pasado el luto, ahora mira a este 2024 de frente.

-¿Sigue queriendo derogar el sanchismo? Porque aquel leitmotiv de la campaña parece haber desaparecido de su discurso

-Yo creo que el sanchismo lo hemos derogado en las elecciones municipales y en las elecciones autonómicas. El PSOE estuvo a punto de desaparecer en las comunidades autónomas. Gobierna por menos de mil votos en Asturias y en Castilla-La Mancha. Y en Navarra gobierna gracias a Bildu y a Nafarroa Bai. Por tanto, los españoles han derogado, quisieron derogar y votaron en contra del sanchismo. Y en las elecciones generales el PP gana al sanchismo con una mayoría absoluta en el Senado y con 16 escaños más en el Congreso. Lo cual no significa que, en un sistema parlamentario, si te faltan cuatro votos para la mayoría absoluta, como fue lo que nos pasó, gobiernan 15 o 20 partidos.

La mayoría de los españoles sigue queriendo derogar el sanchismo

En España lo que está ocurriendo y estamos dando por normal no había ocurrido jamás en 45 años de democracia. Estamos dando por normal que gobierne el candidato que pierde las elecciones, que Bildu decida quién es el presidente del Gobierno, que una persona buscada por el Tribunal Supremo residente fuera de España decida quién es el presidente del Gobierno. Estamos dando por normal una coalición de izquierda populista, que es Sumar, con 15 partidos en su seno. Todo lo que en España no ocurrió en 45 años ocurre en las elecciones y en la investidura de Sánchez en el año 2023. Yo creo que la mayoría de los españoles sigue queriendo derogar el sanchismo.

-¿Anormal es igual que ilegítimo? ¿es éste Gobierno un Gobierno legítimo?

-Jamás me oirá decir usted que este Gobierno es ilegítimo. Es un Gobierno que cumple las normas procedimentales para la elección del presidente del Gobierno. Lo cual es perfectamente compatible con describir los hechos como han ocurrido. Sánchez sacó 179 votos en el Congreso y por tanto es el presidente del Gobierno. Cuestión distinta es que todos sus socios están en contra de la Constitución, de la Jefatura del Estado, de la unidad de la Nación. El propio grupo parlamentario que se sienta en el Consejo de Ministros se denomina Grupo Parlamentario Plurinacional.

Nadie ha discutido la legitimidad del Gobierno de Sánchez. Otra cosa es que a él le guste hacerse el ofendido

Si el presidente del Gobierno de la Nación española tiene en su seno a la vicepresidenta y a ministros y ministras que están en contra de la unidad de la Nación española, comprenderá usted que eso es legítimo, pero no es normal. Y hacen falta muchas tragaderas para ser presidente del Gobierno a cualquier precio, yo no las tengo. Nadie ha discutido la legitimidad del Gobierno de Sánchez. Otra cosa es que a Sánchez le guste hacerse el ofendido, pero no habrá visto una declaración mía diciendo que este Gobierno es ilegítimo.

-¿Tan difícil es la comunicación entre usted y Sánchez que necesitan la mediación de la Comisión Europea?, ¿no es eso trasladar que el PP es parte del problema para renovar el CGPJ?

-No. A nosotros nos ha engañado, nos ha mentido, y eso se lo dije al presidente del Gobierno en público y en privado. A nosotros el señor Bolaños nos ha mentido durante la negociación anterior CGPJ. Cuando alguien te miente en una negociación, y cuando tienes un Gobierno y un presidente que miente de forma reiterada, que abandonan los consensos e inicia una senda de confrontación y levantamiento del muro, evidentemente tienes que tener cautelas. La Comisión Europea es una institución española. También es francesa, italiana y alemana. Está reconocida en nuestro ordenamiento jurídico, le hemos entregado parte de nuestra soberanía. Por ejemplo, la soberanía de las auditorías del control del Estado de Derecho. Y el ministro de Justicia Europeo ha dictaminado que es necesario renovar el CGPJ y modificar la ley para profundizar la independencia del Poder Judicial. Pues que sea él el que haga el contraste y la supervisión de este intento de negociación.

-¿Será el definitivo?

-Nosotros hemos cumplido. Aunque la gente pueda pensar que no, me siento muy tranquilo. Yo no he modificado la Ley Orgánica del Poder Judicial. Yo no soy el responsable de que las vacantes del Tribunal Supremo estén sin cubrir, porque ha sido el Gobierno el que ha capado al CGPJ, prohibiéndole cumplir sus funciones constitucionales. Yo no he sido el que le quita las competencias para los magistrados del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional y después, porque le interesa, le devuelve las competencias por el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional. Creo que Sánchez no debería engañarme otra vez. Porque le dije que tengo muchos defectos, pero cuando me engañan y me mienten no lo olvido.

-¿Y por qué se volvió a sentar con él? Muchos votantes del PP pudieron no entenderlo

-Sí, lo comprendo, pero es mi obligación y mi deber. Si un partido es la primera fuerza política de España, gobierna para dos tercios de la población española en las comunidades autónomas, si un partido quiere seguir siendo un partido de Estado, si le llama el presidente del Gobierno tiene que acudir. No tanto por respeto concreto a la persona que ostenta la Presidencia del Gobierno, sino por respeto a la institución de la Presidencia del Gobierno. Es como yo concibo la política. Y si acepta que supervise la negociación el ministro de Justicia europeo creo que es un buen contexto. Yo lo voy a intentar.

-¿Qué pasará si la Comisión Europea y el Tribunal de Justicia Europeo refrendan la ley de amnistía?

-Cuando tienes un Gobierno que, en nuestra opinión, actúa de forma ilegal y contra el Derecho, si eres un demócrata y crees en el Estado de Derecho te queda ese instrumento. El Gobierno de España ha nacido como consecuencia de la obsesión de un ciudadano por volver a ser presidente. Éste es el Gobierno más débil y dividido de la democracia. El presidente Sánchez es una persona que está secuestrada por cinco partidos de cinco, seis, siete diputados. Si no aprueba la ley de amnistía no es presidente el próximo mes, y la va a aprobar. A mí me cuesta, pero le mentiría si no le digo que tengo mis dudas con el Tribunal Constitucional actual.

Le mentiría si no le digo que tengo mis dudas con el Tribunal Constitucional actual

-¿Cree que el Constitucional de Conde-Pumpido ya tiene la decisión tomada?

-No se ha desmentido que el presidente del Constitucional fue consultado en la redacción de la proposición de la ley de amnistía. No lo ha desmentido, lo cual es gravísimo. Y es evidente que hay un ministro y un alto cargo de Moncloa que son magistrados del Tribunal Constitucional. Yo le agradezco al señor (Juan Carlos) Campo que vaya a abstenerse. Me habría gustado mucho más que hubiese participado y hubiese votado «no», que es exactamente lo que dijo cuando era ministro de Justicia.

Creo en el Estado de Derecho y por tanto creo en el Tribunal Supremo de mi país, que puede presentar un recurso de inconstitucionalidad y una cuestión prejudicial en el Tribunal Supremo de Justicia de la UE. Por supuesto, el Grupo Parlamentario Popular presentará recurso de inconstitucionalidad. La mayoría de los parlamentos autonómicos y gobiernos autonómicos del PP presentará recurso de inconstitucionalidad y le tocará actuar al Tribunal Supremo, al Tribunal Constitucional y al Tribunal Superior de Justicia de la UE. La democracia es un sistema complejo, pero no conozco ninguno mejor que éste. Y cuando hay un choque muy claro en un asunto mollar, que es la igualdad ante la ley, deben ser los tribunales los que repongan la igualdad cuando el Gobierno invade y deja sin efecto ese principio básico.

-Entonces tiene esperanzas

-Sí. Nosotros vamos a jugar hasta el último balón, es nuestra obligación. Cuando en un país quiebra el principio de igualdad ese país no tiene Constitución. Da igual que tenga un texto muy grande con muchos artículos, pero si quiebra el principio de igualdad o no hay separación de poderes no hay Constitución. Si el ejecutivo es el legislativo y ambos controlan el poder judicial, no hay Estado de Derecho, y la Constitución es la garantía del Estado de Derecho. Y el Estado de Derecho tiene una garantía previa que es la igualdad de los ciudadanos ante la ley.

-¿Cree que en esta legislatura se va a romper España, o están siendo ustedes unos «profetas del caos», como dijo Sánchez en su balance de fin de año?

-Se está haciendo una labor de deconstrucción de la democracia española y de la Constitución Española del 78. Pero no lo digo yo, lo dicen socialistas coherentes y valientes, que han tenido enormes responsabilidades en nuestro país. Hay un objetivo: derogar la España de los últimos 45 años y construir una España insolidaria, donde los que tienen menos financian sus privilegios a los que tienen más. Una España en la que para ser presidente del Gobierno estamos dispuestos a renunciar a cualquier principio básico de convivencia. Estamos viendo la decadencia de la España democrática, de la España constitucional. El objetivo es pararlo, volver a restablecer la convivencia, la concordia, la igualdad de las leyes, la dignidad de un país.

-¿No será demasiado tarde?

No, me niego a pensar que es demasiado tarde. España ha sido capaz de reconstruirse a sí misma después de 40 años de dictadura y eso era mucho más difícil que volver a la España constitucional y a la España democrática del 78 cuando finalice esta pesadilla en la que estamos viviendo. Yo no soy pesimista al respecto. Hemos hecho grandes cosas, cosas muy difíciles. Nos hemos convertido de un Estado regido por una dictadura al Estado más democrático y más descentralizado de la UE. Sin un solo problema, más que las minorías que no aceptan los resultados de las mayorías. Yo creo que cuando finalice el sanchismo, cuando el PSOE vuelva a ser aquel partido socialdemócrata homologable a sus colegas europeos, es posible. Y yo trabajaré para eso. Y ésta es mi misión. No solamente es una misión de ganar elecciones, es una misión de reconstruir la convivencia en el país y de volver a poner valores y de volver otra vez a que los españoles discrepemos, pero que los españoles coincidamos en que somos iguales ante la ley.

Mi misión no es solo ganar las elecciones, sino reconstruir la convivencia cuando finalice el sanchismo

-¿Siente que este 2024 será un año decisivo para su liderazgo, con las elecciones gallegas, vascas y europeas?

-Yo siento una responsabilidad desde el primer momento que entré en este despacho, y es lo que me ocupa y me preocupa. Nunca he tenido que estar preocupado por mi liderazgo, no lo he estado en Galicia ni lo estoy aquí. Yo no entiendo el liderazgo como agarrarse y aferrarse al poder cuando hay malos resultados. Entiendo el liderazgo en función de los resultados: cuando hay malos resultados te tienes que ir, cuando hay buenos resultados tienes que continuar. He tenido la suerte de presentarme cinco veces en mi vida a las elecciones y hemos ganado las cinco, cuatro con mayoría absoluta y una con mayoría simple. Pero le aseguro que en el momento en que vea que no soy útil en mi partido, no voy a necesitar que nadie me lo recuerde. Sé muy bien distinguir entre perder y ganar.

-¿Cuáles son los objetivos de 2024?

-Tener una mayoría absoluta en Galicia, un incremento de voto importante en Euskadi y ganar las elecciones europeas. Yo no me presento en Galicia, pero soy el presidente del partido y he sido el presidente de la Xunta, así que asumo la responsabilidad adicional. También sé que si ganamos, ganará el PP de Galicia, lo cual no me parece mal.