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Guillermo del Valle

Guillermo del Valle (Izquierda Española): «Lo que defiende una parte del progresismo oficial es antisocialista»

Izquierda Española irrumpe en la política nacional con ánimo de recuperar la esencia del socialismo histórico

En un mundo tan polarizado, como bien indica la elegida palabra del año, el pasado día 2 se presentó una nueva opción política que se define como de izquierdas pero que se sitúa en una posición más moderada. Izquierda Española. Uno de los impulsores de este partido, Guillermo del Valle, explica en El Debate por qué consideran que este es el momento de presentar esta nueva opción política.

–¿Por qué se presentan a las elecciones europeas?

–No solo las elecciones europeas. Izquierda Española nace como un partido político con vocación de ocupar un espacio que creemos que está totalmente huérfano, el de una izquierda inequívocamente comprometida con la igualdad. Esto significa que nuestra reflexión es que hace falta, desde luego, luchar contra la precariedad, la desesperación social de mucha gente, la pobreza, las desigualdades y eso nos ubica claramente en la izquierda.

Pero creemos que una parte muy relevante de la izquierda oficial ha abandonado el principio de igualdad y el principio de solidaridad interterritorial. Hace falta defender la igualdad en el plano social y en el económico. Y eso nos aleja absolutamente de la derecha neoliberal. También somos un partido laico y laicista que entiende el progreso en materia de derechos civiles. Pero muy opuestos a todo tipo de identitarismos, nacionalismos fragmentarios, étnicos. Nosotros decimos que los privilegios económicos, fiscales para los más ricos, para las regiones más ricas, son profundamente reaccionarios y antisocialistas. Y eso es lo que está defendiendo una parte del progresismo oficial, que es más bien antisocialista y antiigualitario.

–Buena parte de Izquierda Española ha salido de la plataforma El Jacobino. ¿Cómo han dado ese paso?

–Sí, El Jacobino es una cosa e Izquierda Española, otra. El Jacobino es un proyecto que lleva ya de tres años y medio trabajando en forma de una plataforma política, pero con una vocación de pedagogía. Izquierda Española es un partido político que surge no sólo de El Jacobino sino de la unión de personas relevantes que vienen de Izquierda Unida, por ejemplo, de la izquierda más transformadora y sindical, que viene del Partido Socialista, que viene de la parte socialdemócrata de Ciudadanos, sobre todo en Cataluña... Nosotros, más que ocupar espacios, atendemos una necesidad política que es muy clara. Hace falta un partido político que defienda la igualdad en todos los planos. Te pongo un ejemplo: en materia laboral planteamos que no se puede competir vía salarios de miseria. Eso quizás nos haga plantear una reforma laboral mucho más ambiciosa que la que ha hecho Yolanda Díaz, que no ha tocado el despido ni los salarios de tramitación. Y nosotros decimos que para hacer eso, por ejemplo, uno no puede tener un Estado confederal. Ese es el problema de los nacionalismos y de los identitarios, esos que se preguntan 'qué hay de lo mío', que son por naturaleza insolidarios, que buscan levantar fronteras. Hay mucha gente que vota a la contra, que vota para evitar que gobierno PP y Vox. Yo tampoco lo quiero. Pero tampoco queremos echarnos en brazos de PNV y de Esquerra.

–No sé si les preocupa alguna forma que, al estar la sociedad tan polarizada, no cale el mensaje.

–Creo que una sociedad democrática en la que haya disenso, que haya contraste de ideas, intereses diferentes y divergentes, es natural. Claro que hay intereses sociales, económicos, políticos, contrapuestos. Indudablemente yo no hago una loa, por así decirlo, de los pactos a cualquier precio. Habrá que ver qué pactos y, sobre todo, el contenido de los mismos. Izquierda Española mira por encima de la mesa de la que PP y PSOE son corresponsables. El debate público tiene que volver a ser racional. Hay que discutir las ideas, no descalificar, porque eso embarra el debate público y sobre todo hace que la gente se desconecte de la política. Yo creo muchísimo en la política como instrumento de transformación colectiva y de mejora de la vida de la gente. Necesitamos indudablemente de la buena política para una España más justa. Es más, España es un país muy desigual. En España hay pobreza y precariedad. Pero los datos del paro no son del todo malos. Hay que preguntarse qué trabajo se crea, cuántos precarios, cuántos fraude laboral, cuánta gente que hace horas extraordinarias. Todo eso necesita de la política, no de la degradación institucional.

–¿Han hecho algún estudio para calcular más o menos que que respaldo tendrían?

–Nosotros aspiramos a ocupar un espacio que es muy amplio. Izquierda Española no nace posiciones de centro político, que no se bien lo que es el centro político. Izquierda Española tiene una amplitud desde el centro izquierda de carácter socialdemócrata hasta la izquierda más transformadora. Por eso hay gente que viene del espacio más socialdemócrata de Ciudadanos hasta la Izquierda Unida democrática, junto con militantes que incluso en el PCE contribuyeron a hacer la democracia en España, consolidar el Estado social en toda esa gente. Y luego muchos socialistas, muchísima gente socialistas. Cuánta gente está en contra no solo de la amnistía sino de la desigualdad fiscal, de un pacto fiscal para Cataluña que lo va a pagar Extremadura y Andalucía, de una quita de la deuda asimétrica y confederal que van a pagar los más pobres. A todos ellos nos los vamos a dirigir sin ningún tipo de complejo.

–Lo que pasa es que quizá haya mucha diferencia entre la situación política que vive España y la situación política de Europa en general

–Hay paralelismo. Las elecciones europeas son un hito importante y muchas veces tienen una dimensión de clave nacional. Pero nosotros vamos a ser muy serios y vamos a presentar un programa muy serio, también en materia europea y en materia comunitaria. Por ejemplo, Izquierda Española va a abogar por una unión fiscal y presupuestaria. solo una unión monetaria y una unión de libre circulación de capitales que genera muchos desequilibrios. Lo hemos visto en un sur mucho más periférico, menos industrializado, con salarios más bajos, con problemas sociales importantes en los que está entrando la extrema derecha. Y eso es un problema europeo. Pero también pasa en España. Pero lo que preguntamos es ¿por qué si se defiende la unión fiscal y presupuestaria por qué se defiende en España el concierto económico vasco, el pacto fiscal para Cataluña, los privilegios para las naciones ricas?

La piñata de Ferraz

–Y, aunque no tenga mucho que ver con el tema que nos ocupa, ¿qué le parece el tema de la piñata de la calle Ferraz?

–Me parece lamentable. Vox me parece un partido ultrareaccionario y contradictorio muchas cosas. Y no es ajeno a la degradación de una parte de la política. Como el espectáculo bochornoso de Ortega Smith en el Ayuntamiento de Madrid. Habla muy mal del respeto que esta gente tiene a las instituciones democráticas. Y no es el camino. Uno puede ser muy crítico, nosotros somos muy críticos con Pedro Sánchez, pero hay que respetar las instituciones. Y claro que uno puede manifestarse, puede expresarse libremente. Pero hay unas dinámicas que son peligrosas porque tiene que ver con el odio, que tienen que ver con la quiebra de la convivencia. No sólo no nos representa, sino que que nos produce mucho rechazo y nos parece peligroso.