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El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tomando posesión de su cargoEFE

García Ortiz soslaya por completo las tensiones que la ley de amnistía ha causado a los fiscales

«No pretendo ser un comentarista de la actualidad política y judicial», ha asegurado el nuevo fiscal general del Estado en su primer discurso

En su primer discurso como fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha pasado por alto aludir a las actuales tensiones que la ley de amnistía está causando entre los propios fiscales. El suyo ha sido un discurso aséptico, de agradecimiento y de enumeración de objetivos a lograr. Y tal y como ha adelantado en cuanto a intenciones futuras, sin nombrar ningún tema escabroso de actualidad. «Quiero reiterar que nadie me verá tomando postura en cuestiones políticas porque el cimiento de la Fiscalía General del Estado es la imparcialidad. No pretendo ser un comentarista de la actualidad política y judicial ni aparentarlo», ha asegurado.

El nuevo fiscal ha argumentado su postura en la imparcialidad que debe de regir el cargo y la institución. «Si el fiscal abandona ese escenario –de imparcialidad– se coloca en un mal lugar. Nada debe perturbar la postura procesal de los juzgados. Convertir al fiscal en un opinador es situarlo en el centro de la polémica y no es mi modelo de ministerio fiscal», ha manifestado. «Quiero revindicar la neutralidad de la figura del fiscal general del Estado. Una institución formada por 2.600 fiscales, un órgano de relevancia constitucional que debe de actuar solamente al imperio de la ley y de forma imparcial», ha insistido.

La toma de posesión de su cargo se ha realizado en un acto que ha contado con la asistencia del presidente del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en la sede del Tribunal Supremo a pesar del informe contrario del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la fuerte contestación interna y el reciente fallo del alto tribunal que le atribuye una «desviación de poder» por el ascenso de su antecesora, Dolores Delgado. El discurso, minutos más tarde del acto, ha tenido lugar en la Fiscalía General del Estado.

Objetivos «ambiciosos»

El nuevo fiscal general ha apuntado en su intervención que la fiscalía será «ambiciosa en muchos objetivos» entre los que se encuentran liderar la transformación del sistema penal del país, cambiar las nuevas formas de comunicación en la gestión de datos o potenciar así mismo la función social de la fiscalía en aquellas áreas de protección, entre otros. «El devenir de los tiempos, las nuevas formas de delincuencia, el incremento de la plantilla de fiscales... provocan que en la actualidad algunas formas de trabajo no sean eficientes y nos impone gestionar el cambio que ya se está produciendo», ha manifestado.

Y para lograr las reformas, García Ortiz ha pedido la colaboración de todos los fiscales que estén dispuestos a aportar. «Quien quiera contribuir tendrá su espacio pero quien espere encontrarlo para réditos personales o que no sean en provecho de esta institución no tendrán cabida», ha advertido.

Nuevos nombramientos

Además, García Ortiz ha anunciado que se incorporarán nuevas fiscales al equipo de la Secretaría Técnica y a alguna de las Unidades Especializadas de la Fiscalía General del Estado. «En el día de mañana, el primer día de mi nuevo mandato, se remitirá la propuesta así como la solicitud de convocatoria de un nuevo concurso para la cobertura, a la mayor brevedad, de plazas vacantes de libre designación», ha adelantado.

Las sesiones y los trabajos del Consejo Fiscal serán reactivados y «en las próximas fechas» recibirá, ha señalado, a los representantes de las asociaciones profesionales con los que intercambiará algunas propuestas. Finalmente, García Ortiz ha manifestado su «empeño» en «unificar las dos sedes actuales de la Fiscalía General del Estado. «Juntos, especialistas y generalistas, seremos más eficaces», ha concluido.