El Gobierno jubila al teniente general de la Guardia Civil repudiado por PNV y Bildu
El general Arturo Espejo fue nombrado jefe del Mando de Apoyo hace 10 meses y este viernes el BOE publica su cese por jubilación
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este viernes el cese por pase a situación de retiro del teniente general Arturo Espejo, jefe del Mando de Apoyo señalado la pasada legislatura por el PNV al relacionarlo con la desaparición y muerte de Mikel Zabalza en 1985 tras supuestas torturas en el cuartel de Intxaurrondo.
El PNV y Bildu lo señalaron en varios ocasiones con interpelaciones directas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez tras su nombramiento como Jefe del Mando de Apoyo el pasado mes de marzo, apenas 10 meses antes de ser jubilado. En mayo de 2023 el jefe del Ejecutivo desvinculó al teniente general Espejo del 'caso Zabalza' en una intervención en el Pleno del Congreso en la que el diputado Aitor Esteban reprochó al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la actitud de «cara dura» por no apartar a este responsable policial y mantener el secreto.
Según publica el BOE, Arturo Espejo pasa a la situación de retiro por cumplir la edad reglamentaria, con efectividad de 11 de febrero de 2024. La decisión se ha adoptado a propuesta del director de la Guardia Civil, Leonardo Marcos, y con la conformidad del secretario de Estado de Seguridad y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
El PNV pidió tanto en el Congreso como en el Senado el cese de este general de la Guardia Civil al que le acusan de ser quien redactó la versión oficial de la muerte de Mikel Zabalza en 1985 según la cual, se ahogó en el río Bidasoa en Navarra al intentar escapar de la Guardia Civil que le había detenido cuando buscaban un zulo. Investigaciones posteriores ponen en serias dudas esta versión hasta el punto de que el Gobierno vasco ha reconocido a Mikel Zabalza como víctima del terrorismo de los GAL.
Tanto Sánchez como Grande-Marlaska se negaron ha hacer ningún cambio en la situación del teniente general Espejo asegurando no había sido imputado ni tenía ninguna relación con la desaparición y muerte en 1985 de Zabalza, que era un conductor de autobús en San Sebastián cuando desapareció.
Sánchez dijo en el Congreso que comprendía el dolor de la familia Zabalza ante una reivindicación «muy sensible» por los «momentos muy duros» vividos en el País Vasco en los años 80, pero también defendió que no se podía extrapolar al presente ni «empañar el buen hacer de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado» frente a ETA en un país como España en el que «se respetan los derechos fundamentales»