Fundado en 1910

El expresidente catalán Carles PuigdemontEP

Investigación

La mano derecha de Puigdemont mantuvo contactos con una espía rusa en plena investigación judicial

El jefe de la oficina que tiene Carles Puigdemont en calidad de expresidente de Cataluña, Josep Lluís Alay, mantuvo contactos estrechos con la espía rusa Elena Vavilova en plena investigación judicial del caso Voloh. Tal y como ha podido saber El Debate, en estos momentos las pesquisas de los investigadores pasan por rastrear el origen de los primeros contactos entre los líderes separatistas y los emisarios del Kremlin, cuyo interés era ejecutar una operación de desestabilización en España que pasaba por apoyar económicamente el procés.

Alay conoció personalmente a la espía Vavilova cuando ya se había judicializado la causa en la que se investiga la injerencia de Rusia en España. En teoría, esta relación surgió a partir de la traducción de un primer libro de la agente de Inteligencia. Vavilova es una coronel del SVR, el servicio de Inteligencia exterior ruso, que se encuentra retirada desde 2010. En la actualidad, se dedica a escribir novelas. Precisamente, este es el motivo por el que, teóricamente, Alay entró en contacto con ella. La mano derecha de Puigdemont, que cuenta con un nivel medio-bajo de ruso, figura como traductor de tres de sus libros.

Elena VavilovaWikipedia

El primero de ellos, llamado El secreto de la clandestina, fue publicado en España bajo la traducción de Alay el 7 de abril de 2021. A continuación, pocos meses después, Vavilova sacó el segundo libro, también con la ayuda de la mano derecha de Puigdemont. La novela se llamó La mujer que sabe guardar secretos y salió a la venta el 17 de junio de 2021. Por último, el 9 de junio de 2023 se publicó Corazón encriptado, donde nuevamente Alay figura como traductor.

En todos estos libros, la espía rusa narra cómo fueron sus años como «ilegal», un tipo de agente encubierto que adopta una nacionalidad distinta a la suya para poder moverse en círculos donde los rusos serían recibidos con sospecha y que, por lo tanto, les resultaría más difícil operar. Los servicios de Inteligencia rusos emplean esta denominación para diferenciarlos de los espías «legales», que son los que actúan como diplomáticos encubiertos desde las Embajadas que Rusia tiene por el mundo.

A día de hoy, Alay está siendo investigado en varias causas judiciales. La primera de ellas en Voloh, donde se le atribuye un papel embrionario como la persona que comenzó los contactos con los agentes rusos. De hecho, hay varios viajes de Barcelona a Moscú que fueron monitorizados por los investigadores de la Policía Judicial. En paralelo, la mano derecha de Puigdemont también está siendo investigado por la Audiencia Nacional en la causa de Tsunami Democràtic, donde se le considera uno de los cerebros del brazo callejero del separatismo. Para el juez que lleva el asunto, el magistrado Manuel García Castellón, estos hechos son constitutivos de un delito de terrorismo.

Esta semana, días después de que El Debate revelara en exclusiva que el magistrado Joaquín Aguirre, encargado de investigar Voloh, veía en Puigdemont indicios de un posible delito de traición como consecuencia de sus reuniones con agentes rusos durante 2017, se ha conocido que Alay ha sufrido una hemorragia cerebral por la que ha tenido que ser hospitalizado. Ha sido el propio Puigdemont el que ha dado a conocer este hecho a través de sus redes sociales.

«Se recupera de una intervención de urgencia después de una hemorragia cerebral consecuencia de un aneurisma que sufrió la semana pasada», dijo el expresidente catalán. Puigdemont asegura que tras sufrir el aneurismo los profesionales sanitarios «reaccionaron a tiempo» y eso ha hecho que la «recuperación sea muy buena». El director de la oficina de Puigdemont se encuentra estable aunque todavía «quedan semanas de incertidumbre que lo mantendrán de baja por una temporada». Este hecho provoca que, de ser llamado por el juez Aguirre para que ofrezca detalles sobre el apoyo que Rusia ofreció a Cataluña, su declaración se tendría que posponer.