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La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz

Sumar acumula tensiones con sus socios: malestar en Podemos y el PSOE con Yolanda Díaz

La sangría en las gallegas es solo un botón de la muestra del caos que vive el partido

Unirse al carro de Sumar no parece augurar un futuro prometedor. Los que lo hacen suelen salir escaldados. Se ha visto con Unidas Podemos, su ex socio de partido, y también con el PSOE, su socio de Gobierno.

El malestar causado entre las filas del Ejecutivo por el reciente anuncio de Yolanda Díaz de su futuro viaje a Palestina no ha sido ni disimulado por su socio quien inmediatamente salió a la opinión pública a desligarse de ese supuesto periplo indicando que Exteriores no está preparando «ningún viaje» de Díaz a Palestina. Se trata, pues, de un encuentro palestino que la vicepresidenta segunda del Gobierno prepara a espaldas de su socio y competente en materia exterior y que realizaría antes que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que es a quien correspondería por orden tras Pedro Sánchez. Una acción que ya se vio en septiembre del pasado año cuando Díaz se reunió con el fugado Carles Puigdemont en Bruselas y el PSOE tuvo que aclarar que la ministra fue «en nombre de Sumar», no del Gobierno.

El resultado en las recientes elecciones gallegas tampoco ha ayudado a acercar posiciones. PSOE y Sumar, junto con Podemos, han obtenido resultados desastrosos en las urnas.

El PSOE, por su parte, ha logrado solo 9 escaños, 5 menos que en los pasados comicios mientras que Sumar y Podemos no han logrado ningún escaño, quedando fuera del parlamento gallego.

A Díaz el enfrentamiento con Podemos le está pasando factura. Su apuesta por Íñigo Errejón en Galicia para estos comicios también. Sumar quedó de nuevo –como ya se vio en las elecciones del 23-J– por debajo de Vox en votos, con un 2,4 %, y Podemos, por debajo incluso del partido animalista Pacma.

El ninguneo a los diputados de Ione Belarra y sobre todo a la ex ministra Irene Montero por parte de Díaz hizo que Podemos decidiera salirse y formar parte del Grupo de los no adscritos en el Congreso de los Diputados. Después, ambos partidos ejemplificaron la escenita de los despachos del Congreso en donde los de Sumar echaron a los de Podemos sin previo aviso.

Así, Sumar va acumulando tensiones de un lado y otro con los que se aproximan a él y esta estrategia, al menos por lo que se ve en las urnas, no le está sirviendo de ayuda.