La mano derecha de Ábalos otorgó contratos por valor de 54 millones de euros, de los que se metieron al bolsillo el 32 %
En el centro de las sospechas estaba una empresa llamada Soluciones de Gestión. La Fiscalía cree que el verdadero dueño de esta compañía, que apenas hacía nada antes de 2018, es Juan Carlos Cueto
El dinero siempre deja rastro. A veces, cuando la pericia del delincuente es escasa, se trata de un camino iluminado en fluorescente. En otras ocasiones, se complica: salta de empresa en empresa hasta perderse en el infinito, aunque un avezado investigador puede dar con ello. La mano derecha de Ábalos es una persona de grosera inteligencia: no ha hecho falta especial destreza para desenmascararlo. Dejó migas de pan en todo su camino.
El Debate ha tenido acceso a la querella presentada por el fiscal contra Koldo García, la mano derecha de Ábalos, su hermano, su mujer y varios empresarios, entre ellos Juan Carlos Cueto Martín. En el centro de las sospechas estaba una empresa llamada Soluciones de Gestión. La Fiscalía cree que el verdadero dueño de esta compañía, que apenas hacía nada antes de 2018, es Juan Carlos Cueto.
Entre «2018 hasta el año 2021 Soluciones de Gestión resulta adjudicataria de varios contratos para la adquisición de mascarillas por un valor superior a 52 millones de euros», dice el fiscal. «Se puede inferir que tuvieron unos beneficios superiores al 32 %».
Según el Ministerio público: «La situación de emergencia provocada por la pandemia del virus Covid-19 supuso la necesidad de dotar de material a los trabajadores de las Administraciones Públicas de material de protección sanitaria». En ese contexto de urgencia es donde entra la empresa sospechosa que «en los días previos a la adjudicación del primero de los contratos, concretamente el 16 de marzo de 2020, firma un acuerdo de prestación de servicios donde se hacía alusión a una adjudicación pública de mascarillas que no se publicaría hasta cinco días después». ¿Telequinesia o corrupción?
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El Ministerio público además asegura: «En un contrato firmado por Soluciones de Gestión con otra empresa se mencionaba expresamente que había resultado adjudicataria de varios contratos del gobierno español. Sin embargo, en ese fecha, solo había firmado uno con Puertos del Estado».
¿Cómo llegaban los contratos a la empresa Soluciones de Gestión? ¿Quién señalaba con su dedo a esta compañía? «Hay indicios que señalan a que fue Koldo García (mano derecha de Ábalos), cargo público del Ministerio de Trasportes». Este Koldo fue asesor de Ábalos, consejero de RENFE y vocal del Consejo Rector del Organismo Público Puertos del Estado. ¿Quién se beneficiaba económicamente de estos «dedazos»?
Dice la Fiscalía: «Un dato sumamente relevante y revelador del papel que Koldo pudo desempeñar en la adjudicación de contratos fue haber disfrutado de un fuerte incremento patrimonial durante los dos últimos años, pudiendo hacer uso de su familia (hermano, mujer e hija menor de dos años), para ocultar los inmuebles que adquirió».
De hecho, el incremento de su patrimonio, el de la mano derecha de Ábalos, entre 2020 y 2022, fue notable y no se correspondía con sus ingresos oficiales. En ese periodo pasó a ser titular de varios inmuebles por valor de 1,5 millones de euros: fueron tres, uno a su nombre, otro a nombre de su mujer, Patricia Uriz, y el tercero a nombre de su hija de dos años de edad. Todas estas casas se compraron solo 5 meses después de que le adjudicaran a la empresa Soluciones de Gestión contratos por valor de 52 millones de euros.
Su manera de tratar el dinero presuntamente recibido de comisiones fue grosera. En 2020 ingresaron en billetes 75.282,78 euros, en 2021, 95.033,40 euros y en 2022, 88.443,35 euros. En esa época no solo ingresaron dinero del que se desconoce su origen, sino que dejaron de sacar dinero a través de los cajeros, «lo que denota otra fuente financiera de origen desconocido». Tanto es así que se compraron tres casas por valor de 170.000, 115.000 y 150.000 euros respectivamente. Por ejemplo, la de 115.000 euros a nombre de su hija se pagó en efectivo, sin mediar una hipoteca.