Fontanar, el pueblo del terror: el alcalde humilla a gritos, pinchazos en neumáticos y ruedas que se aflojan

Fontanar (Guadalajara) es un pueblo tranquilo y amigable, o lo era cuando mis padres tenían una casa de verano allí. Lo conozco bien. Mucho ha debido torcerse en la última década. El miércoles me enviaron un vídeo en el que se escuchaba al alcalde del municipio, de menos de 3.000 habitantes, chillar desencajado a una trabajadora.

Ocurrió el domingo pasado por la tarde. La víctima se llama Silvia y es la educadora de la Casa de la Juventud del ayuntamiento. Un chico que pasaba por la calle, al oír la escena de violencia, decidió grabar con el móvil. Víctor San Vidal Martínez, el regidor, le espetó a la cara a Silvia: «¡¡subnormal!!», «¡¡retrasada!!», y «¡tonta!», entre otras lindezas.

El vídeo de los gritos se viralizó, entre otros, por El Debate, el primer diario de ámbito nacional en contar la historia. Esto ha obligado a la Fiscalía a mover ficha. Hoy mismo han dado un comunicado en el que se anuncia: «Tras conocer a través de los medios de comunicación los hechos absolutamente vejatorios y humillantes, el Fiscal Superior de Castilla la Mancha ha decidido la apertura de diligencias de investigación».

Continúa el comunicado: «Esas conductas son absolutamente rechazables en una sociedad democrática, en el que el respeto y la igualdad son esenciales para la convivencia, más tratándose de un funcionario público respecto a una trabajadora. Puede tratarse de un delito de acoso laboral o de trato degradante».

El problema es que quizá este no sea el único delito que investigar. Los vecinos de Fontanar, tras el fuerte apoyo recibido por los medios, han salido debajo de la sombra del terror en la que se escondían y han empezado a hablar. Hay varios casos de denuncias de acoso laboral de trabajadores que señalan al alcalde, Víctor San Vidal.

«El pueblo vive aterrado», dice un vecino que prefiere mantener el anonimato. «Y la culpa es del alcalde». Un padre y una hija sospechan de una mano negra en un accidente de coche que tuvieron. Ocurrió en 2019. Se les salió una rueda que alguien había aflojado. Su relato señala hacia el Ayuntamiento: «Hace unos días en el último pleno que hubo en el ayuntamiento de Fontanar, justo al acabar, una persona se acercó a mi padre y le dijo: 'De la cárcel se sale, del cementerio, no'. Unos días más tarde nos encontramos que nos habían aflojado los tornillos de las ruedas del coche».

Por suerte iban a poca velocidad y no les pasó nada. La mujer se pregunta: «¿Casualidad? ¿Todos los tornillos? No lo creo y la Guardia Civil tampoco lo cree. Temer por tu seguridad y la de tu familia es el precio que hay que pagar por luchar por una gestión trasparente y honrada en Fontanar».