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Fotomontaje de Pedro Sánchez y Puigdemont

 Junts planea ya el regreso triunfal de Puigdemont, aclamado desde la Junquera por una cadena humana

El prófugo volverá cuando tenga todas las garantías de que no será detenido y se baraja la posibilidad de que coincidiera con la Diada, el próximo 11 de septiembre

Junts celebra la amnistía como la antesala de su regreso a la presidencia de la Generalitat mientras ERC se siente derrotada y los Comunes (marca de Sumar en Cataluña) están sumidos en el desconcierto. Es cierto que la amnistía permite, si la justicia no lo evita, tanto el regreso de Puigdemont como de Marta Rovira, secretaria general de ERC, pero en la opinión pública ha calado la opinión de que quien tiene capacidad para poner entre la espada y la pared a Sánchez es Puigdemont. Mientras, ERC ha quedado absolutamente desdibujada y sin capacidad alguna de influencia en las decisiones que toma el Gobierno de Pedro Sánchez.

En el cuartel general de Ada Colau, se lamentan que el precio pagado por mantener a Sánchez en Moncloa es muy alto; ellos, que siempre habían sido un adalid de la lucha contra la corrupción convergente, ahora se ven avalando la exculpación de la familia Pujol y eso les deja sin discurso frente a su electorado.

Junts ha tenido mucho tiempo para imaginar y planificar cómo sería el regreso de Puigdemont a Cataluña y lo que el 22 de julio de 2023, el día antes de las elecciones generales, parecía una quimera ahora es una posibilidad real. En todo caso en Waterloo, guarida del ex presidente fugado, no las tienen todas consigo con la redacción final de la ley de amnistía ni la interpretación que los jueces puedan hacer de la misma, así que Puigdemont no pisará España si no tiene claro que no va a ser detenido.

Carles Puigdemont, en una rueda de prensa en BruselasEFE

Entre las características de Puigdemont la valentía no es la que más destaca; el ex presidente planificó su huida en 2017 engañando a los miembros de su propio consejo de gobierno a los que, con el fin de burlar a la policía, citó para una reunión a la que no acudió y que debía celebrarse en un momento en el que él ya se encontraba camino del aeropuerto de Marsella, desde donde tomó un vuelo en dirección a Bruselas. Los ex consejeros, muchos de ellos luego condenados e indultados por Sánchez, se enteraron de la fuga por los medios de comunicación.

Puigdemont viaja muy frecuentemente a Perpiñán, a 30 kilómetros de la frontera española, para «sentirse» cerca de Cataluña, no obstante los nacionalistas califican al Sur de Francia como Catalunya Nord y creen que forma parte de la ensoñación de los Països Catalans. Desde ahí ha planificado con sus colaboradores del Consell de la República cómo sería su regreso a España.

El plan triunfal

Puigdemont prevé, cuando tenga todas las garantías de que no será detenido, cruzar la frontera a pie, de forma simbólica, en Le Perthus (Francia) y entrar en España por La Junquera, desde ahí a su domicilio en Sarrià de Ter hay 55 kilómetros, unos 40 minutos, que él recorrería en un vehículo mientras la gente formando una cadena humana a ambos lados del margen de la carretera le aclama.

En Junts no tienen prisa. La seguridad de Puigdemont es lo primero, y se especula con la posibilidad de que dicho regreso triunfal coincidiera con la Diada, el próximo 11 de septiembre. A partir de entonces Puigdemont empezaría una gira por Cataluña donde sería homenajeado en todos los municipios que visitará dejando al resto de fuerzas independentistas, ERC y la CUP, en la incómoda situación de o bien sumarse a la pleitesía o bien pasar desapercibidos.

El 11 de septiembre como fecha de retorno dejaría sin protagonismo mediático los actos oficiales de la Generalitat y condenaría, en consecuencia, a Pere Aragonés al ostracismo a la vez que sería el disparo de salida de la campaña electoral de Junts para las elecciones autonómicas que deben celebrarse entre finales de 2024 y las primeras semanas de 2025. En esa campaña Junts avalado por su capacidad de arrodillar a Sánchez y con él a España entera plantearía como leitmotiv de campaña la convocatoria de un referéndum que en esta nueva ocasión si sería el definitivo que conduciría a la separación de Cataluña de España. ERC se queda huérfano de relato porque no puede oponerse a esa propuesta y el PSC afrontará una campaña difícil dado que el marco de la misma es resultado de sus concesiones a Junts.

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras en octubre de 2017GTRES

El partido post convergente presentará a Puigdemont como cabeza de lista de la candidatura europea de Junts, a la que se sumará con toda probabilidad el PNV, pero el objetivo real de Junts es la candidatura a la presidencia de la Generalitat que también encabezará Puigdemont.

Los de Puigdemont aspiran a ser la primera fuerza política del Parlament gracias a los votos que robarían a ERC. En las últimas elecciones autonómicas de 2021 ambas fuerzas empataron a 32 escaños pero ERC superó a Junts por 30.000 votos. En Junts creen que el PSC, con Salvador Illa al frente, no tendrá más remedio que facilitarles la investidura dado que, en caso contrario, ellos podrían dejar de brindar apoyo a Pedro Sánchez.