PSOE y Junts pactaron en secreto en Suiza los retoques en la Ley de Amnistía al dictado de Puigdemont
El mediador internacional pretextó una enfermedad para no estar presente en la reunión
Una reunión secreta a dos bandas entre PSOE y Junts con información en tiempo real a la tercera pata de la silla, a ERC, cerró hace dos semanas el acuerdo para incluir los delitos de terrorismo en la Ley de Amnistía y así poder aprobar este pasado jueves el dictamen en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, según informa el periódico El País.
Según esta información, hasta Ginebra acudieron Carles Puigdemont, Jordi Turull y Miriam Nogueras, mientras que por parte de los socialistas estuvieron presentes Santos Cerdán, Juan Francisco Serrano y Eladio Garzón. Fue un encuentro discreto que, incluso, había sido coordinado para evitar cualquier posible presencia de medios de comunicación.
En secreto
Y la reunión se realizó sin la presencia comprometida del mediador internacional que habían acordado en diciembre. El verificador internacional, el salvadoreño Francisco Galindo Vélez, del Centro Henri Dunant, institución especializada en conflictos políticos, alegó que se encontraba enfermo para no acudir a la reunión.
De esa reunión salió un primer acuerdo que era que ambas partes tenían interés en alcanzar precisamente eso, un acuerdo. Los socialistas estaban dispuestos a hacer cambios para incluir el terrorismo en los delitos que se amnistiarían y los independentistas tenían voluntad de no tensar la cuerda hasta el límite como hicieron en enero y aceptarían que no todo tipo de terrorismo debía ser incluido.
Era un primer acuerdo imprescindible y urgente, sobre todo para los socialistas, que por esas fechas, el 23 de febrero, se encontraba ya acuciado por la irrupción del caso PSOE en los medios de comunicación españoles. Había que salvar el primer escollo de la legislatura ante lo que pueda sacar a la luz la actuación del asesor de Ábalos, Koldo García, entre los distintos ministerios con los que tuvo relación.
A partir de este momento, el ministro de Justicia, Félix Bolaños y su equipo tomaron las riendas de la negociación y a través de videoconferencias hablaron a diario con los representantes de Junts e informaron a Esquerra Republicana (ERC) para que estuvieran al tanto de los progresos y dieran el visto bueno.
La irrupción de la Comisión de Venecia
Las negociaciones avanzaban, pero la publicación del borrador del informe de la Comisión de Venecia, que había sido solicitado por el Partido Popular, dio el gran empujón al acuerdo.
Tal y como lo vendió Bolaños, el dictamen aceptaba que se respetaba la separación de poderes y que la búsqueda de la reconciliación es un objetivo suficiente para aceptar una amnistía.
Así pues, llegados a este punto, Junts aceptó sacar el enriquecimiento personal de la amnistía y el PSOE, con la última palabra del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aceptaba modificar y ampliar el delito del terrorismo amnistiable para que beneficiara a Carles Puigdemont.