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Naranjo y «desparpajo» de Sánchez en el homenaje a las víctimas del terrorismo, en 40 segundos

Sánchez es el maestro ciruela, que no sabía leer pero ponía una escuela

Hay que tener el desparpajo de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno intentó presentarse como el gran defensor de las víctimas del terrorismo. Utilizó un acto oficial junto al Rey Felipe VI en el Palacio Real para mostrar de nuevo otro ejemplo de sectarismo, excluyendo nada menos que al jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, de un evento en el que el consenso debería haber primado precisamente en honor a las víctimas de aquel salvaje atentado del 11 de marzo del 2024.

Pero si alguien no tiene un currículum muy decoroso en estos asuntos de terrorismo es Sánchez. Hay que recordar que le deben parte la propia presidencia del Gobierno a Bildu y a Otegui, un dirigente político condenado por pertenencia a banda armada. Hay que recordar también que el socialista es el único líder occidental que ha sido felicitado por una banda terrorista, Hamás, por posicionarse más cerca de ellos que de Israel.

Y hay que recordar también que en estos momentos la Audiencia Nacional intenta instruir una causa por terrorismo contra los CDR y el Tribunal Supremo, otra contra por los mismos delitos. Y que Pedro Sánchez está a punto de amnistiar.

Si alguien no puede presumir de su compromiso con las víctimas del terrorismo, es quien ha dedicado más tiempo en todos estos meses de legislatura a trasladar etarras a cárceles vascas que a honrar, a defender y a atender a las víctimas de uno de los errores que han marcado la historia reciente de España. Pedro Sánchez es en esto el maestro ciruela, que no sabía leer pero ponía una escuela.