Se consuma la impunidad
«Ya está»: el Congreso escribe la negra página de la amnistía que consagra la impunidad del procés
Sánchez no asistió al debate, solo a la votación, que ganó por 178 a 172. Feijóo y Abascal identificaron esta ley con la corrupción. «Lo que tiene por delante no es una legislatura, es una agonía»
El Pleno del Congreso dio este jueves un paso definitivo en la aprobación de la ley de amnistía, un día después de que Pere Aragonès pateara el tablero político catalán y nacional al convocar elecciones el 12 de mayo. El panel de votación alumbró el resultado a última hora de la mañana: 178 votos a favor y 172 en contra. Medio hemiciclo estalló en aplausos. El otro medio salió en silencio. Patxi López se dio la vuelta en su escaño para estrechar la mano de Santos Cerdán, mientras resoplaba. «Bueno. Ya está», le dijo por lo bajo el portavoz del PSOE en el Congreso al secretario de Organización del partido, con gesto de alivio.
«Ya está». Así acabó todo. De momento. Así, y con los diputados de ERC y Junts abrazándose en el patio, exultantes. Pedro Sánchez apareció en el hemiciclo, sonriente, justo a la hora de votar. Se perdió todo el debate, como si no fuera con él. Pero claro que iba con él. Especialmente, las intervenciones de los portavoces de Junts y ERC, puesto que ambos mostraron al presidente la última estación de este tren: la de la autodeterminación. «¿Y ahora qué? Ahora, a por todas», se preguntó y se respondió a sí mismo Josep Maria Cervera, de Junts.
«No vamos a parar hasta ejercer el derecho de autodeterminación», advirtió Pilar Vallugera, de ERC, a un Gobierno solo representado durante tan trascendental sesión por las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz y los ministros Félix Bolaños, Óscar Puente y Ernest Urtasun. «Lo haremos por los conductos democráticos, pacíficos, dialogados», añadió.
En la tribuna de invitados asistieron al debate el líder de ERC, Oriol Junqueras, y la vicepresidenta de la Generalitat, Laura Vilagrà, exactamente igual que lo hicieron en el Pleno del pasado 30 de enero, en el que Junts echó atrás la proposición de ley por insuficiente. Junqueras esbozó una sonrisa cuando Santiago Abascal, desde el atril de oradores, se dirigió a él para advertir a sus señorías de la presencia de un «delincuente» que después fue indultado por el Ejecutivo de Sánchez.
Tanto Abascal como Alberto Núñez Feijóo volvieron a clamar en el desierto, ante la indiferencia de los diputados del PSOE, Sumar, Junts, ERC, el PNV, Bildu y el BNG; de todos los firmantes de una amnistía que el presidente del PP y el de Vox identificaron con la corrupción.
«No se atrevan a vendernos la reconciliación, porque esta ley divide a España en dos y divide a Cataluña en dos. Esto no es reconciliación, es sumisión», lamentó Feijóo. «Asistimos a un colosal acto de corrupción, el mayor de toda nuestra democracia. Aquí se ha producido una compra de votos», denunció Abascal.
El líder de la oposición habló a un presidente ausente y a un grupo parlamentario socialista que no le prestaba demasiada atención. «Lo que tiene por delante no es una legislatura, es una agonía. Las elecciones catalanas marcarán el inicio del final de este Gobierno. Cuando Sánchez deje de serles útil lo dejarán caer, y lo saben», sostuvo, y remachó que el presidente está a merced de Carles Puigdemont, por completo.
Le salió al paso Patxi López, que empezó su intervención defendiendo a capa y espada a Francina Armengol y la terminó poético. «Los socialistas hacemos política para que cuando ustedes juegan a hacer de nuestro país un erial, nosotros sigamos haciendo que brote la flor de la esperanza», afirmó.
Ahora la ley medular de esta legislatura que no termina de arrancar -ni siquiera habrá Presupuestos de 2024- enfila el camino hacia el Senado. El tiempo que pase allí será crucial para que Puigdemont pueda cumplir su deseo de estar en el debate de investidura del próximo presidente de la Generalitat, como adelantó el miércoles. De momento los populares no tienen ninguna prisa. Al contrario.
«Celebramos una victoria útil, necesaria y colectiva. Hoy no pierde España ni se rompe nada. Hoy pierden la derecha y los jueces», señaló la diputada de Sumar Aina Vidal a modo de corolario. Todo el debate hablando de reconciliación para, al final, acabar señalando a los perdedores de esta ley.