La Policía busca partes del cuerpo de Santos, la víctima del descuartizador del casero en Asturias
El asesino confeso descuartiza el cuerpo y arroja el cadáver en varias bolsas en los descampados del pueblo donde se ha producido el crimen
Los vecinos de La Felguera, en Asturias, miraban sorprendidos lo que ocurría hoy en su pueblo. Agentes de la Policía Nacional tomaban la localidad e iban de un lado a otro con varios perros de Guías Caninos: Viena, Darwin y Benji. Se iban asomando a terrenos no construidos llenos de maleza y allí metían a alguno de los canes a rastrear.
Los perros son especialistas en la detección y rastreo de cadáveres. ¿Qué buscan? Las partes del cuerpo que faltan del cuerpo de Santos Conrado de 71 años. Él ha sido víctima de su inquilino, Javier, de 58 años, un hombre al que había alquilado una habitación hace semanas. «Lo conocía desde joven», cuenta Jasmine, la vecina de al lado. «Tenía antecedentes por apuñalar y había estado en la cárcel. El asesino daba miedo e iba bastante desaseado».
La propia víctima había pedido ayuda: «Nos dijo que le buscásemos una habitación o un lugar donde alquilar porque llevaba tiempo sin pagarle el alquiler». Se supone que el viernes Santos le plantó cara y que el inquilino le apuñaló varias veces hasta quitarle la vida. «Nosotros escuchamos sobre las tres de la madrugada cómo lo descuartizaba, pero no identificamos el sonido hasta después. Eran como golpes de un hacha contra metal. Pensamos que estaba haciendo mucho ruido, pero nos volvimos a dormir sin decir nada».
Javier descuartizó a Santos en el patio trasero, sobre una mesa de metal. «Al día siguiente le vimos y le preguntamos por Santos porque nos extrañó su ausencia. Primero nos dijo que tenía una ecografía en el hospital y estaba fuera. Luego nos explicó que lo habían secuestrado y después que se había ido con una chica. Estaba claro que mentía». Jasmine y su pareja ataron cabos cuando la Policía le detuvo y comenzaron a aparecer restos de su cadáver.
No colabora
El hombre fue detenido y participó en una reconstrucción en la casa de la víctima. Al principio negó los hechos e incluso se enfrentó a los agentes con chulería. Finalmente, acabó reconociendo el crimen, pero no está colaborando. Los agentes han ido encontrando partes del cuerpo con la ayuda de los vecinos.
«Yo les llamé», cuenta Ana, otra vecina. «Mi marido y yo vinos una bolsa de basura negra tirada en uno de nuestros terrenos. No nos atrevimos a abrirla. Luego nos dijeron que dentro estaba la cabeza del pobre». Es importante localizar todas las partes del cuerpo, por humanidad, y porque los médicos forenses deben estudiar el cuerpo entero para determinar con exactitud la causa de la muerte. Los trabajos van a continuar durante las próximas horas.