El menor de 17 años que mata a golpes al asesino de su padre: «Se me fue la cabeza y no sabía lo que hacía»
El video de las cámaras de seguridad de la farmacia revela que el menor golpeó a la víctima hasta en 18 ocasiones, la primera una patada en la cabeza
El crimen tiene su enjundia. Un menor de 17 años entra en la farmacia con su madre. El dependiente los atiende. Minutos después un hombre mayor entra en el mismo negocio. Como ve que el trabajador está ocupado se sienta en una silla y espera. El menor asegura en fiscalía que el hombre mayor le reconoce y le dice: «Te voy a matar como asesiné a tu padre».
Según su testimonio: «Me provocó y me volví loco, no sabía lo que hacía y empecé a golpearle. No era la primera vez que me amenazaba, ya lo hizo una vez en una calle». El abogado del fallecido le preguntó: «¿En qué calle? ¿Cuándo? ¿A qué hora? ¿qué le dijo?», pero al parecer el menor farfulló que le había amenazado y punto.
Hay otra versión que dice que el hombre mayor, que al parecer padece alzheimer, se sentó y no reconoció ni a la mujer ni al chaval. El joven a él sí y empezó a mascullar en voz alta: «A este le mato»; «Le tengo que matar». Todo antes de abalanzarse sobre él y empezar a darle patadas y puñetazos e incluso con el antebrazo cuando estaba en el suelo.
La Guardia Civil ha podido reconstruir lo sucedido a través de los testigos y ha podido determinar que fueron 18 golpes. Al tercero ya estaba inconsciente en el suelo. El menor dejó la agresión cuando no pudo más, cuando agotado y sudoroso desistió de seguir golpeando. En ese momento, su madre le agarró de la camiseta lo sacó de la farmacia y ambos huyeron.
Al muerto, José, esta familia de etnia gitana le tenía enfilado. Hace unos años el padre del menor de 17 años y un tal Raúl entraron en su finca a robar. Hicieron un agujero por debajo de la valla perimetral de su huerto y se colaron. Allí les esperaba José con la escopeta en mano. Intercambiaron unas palabras y José dijo en el juicio que disparó al cielo para asustarles con la mala suerte de que le dio en la cabeza y lo mató.
No le creyeron y le condenaron por asesinato a quince años de prisión. Pasó uno en prisión provisional. Antes del juicio quedó en libertad y tras la condena siguió en libertad. El Tribunal Superior de Justicia confirmó la sentencia y él siguió libre bajo fianza de 5.000 euros, prohibición de salir del pueblo y obligación de firmar cada día en el cuartel.