Sánchez posó en una galería donde el 90% de los enterrados eran del bando nacional, entre ellos 14 mártires

Primer nivel de los cinco que componen los enterramientos ubicados detrás de la capilla del Sepulcro, en el lado derecho del crucero de la basílica del Valle de los Caídos. El presidente Sánchez atiende con atención –real o fingida, tras el maratoniano viaje que acaba de concluir por países árabes– la explicación de una de las forenses encargadas de analizar los restos mortales de los fallecidos en la contienda fratricida. Los fotógrafos de La Moncloa inmortalizan el momento en el que, por primera vez desde que se fundó el colosal monumento en 1959, un presidente del Gobierno accede a unos enterramientos en donde se supone que los muertos deberían descansar en paz, alejados de cuitas políticas.

Lo que quizás Pedro Sánchez no sabía es que, en ese primer nivel de la capilla del Sepulcro, la inmensa mayoría de los enterrados pertenecía al bando nacional. «Alrededor del 80% eran soldados nacionales caídos especialmente en Castellón y Villarreal, y otro 10% eran ciudadanos que fueron asesinados en la represión de la zona republicana, simplemente por ir a misa o llevar un distintivo religioso», explica a El Debate Pablo Linares, presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, autor de varios libros sobre el monumento y probablemente el estudioso que más ha investigado los archivos de los más de 33.000 fallecidos de ambos bandos enterrados en la basílica. Y aporta un dato sorprendente más: «En ese nivel se encuentran también los restos mortales de 10 mártires que ya han sido declarados Siervos de Dios por la Iglesia católica (entre ellos, un niño) y de otros 4 beatos».

Durante la Guerra Civil y los años previos se produjo la mayor persecución religiosa en menos tiempo de la historia desde tiempos de Diocleciano, según han reconocido historiadores como Antonio Montero Moreno en su enciclopédica «Historia de la Persecución religiosa en España». Alrededor de 10.000 personas fueron asesinadas por odio a la fe, y cerca de 6.000 de ellas ya se encuentran en diversas fases en sus procesos de canonización, como ha explicado a este periódico Jorge López Teulón, sacerdote y uno de los mayores expertos en la persecución religiosa en España en los años 30 del siglo XX.

En la misma galería donde posó Pedro Sánchez está enterrado también Ramón Martínez de la Riva, un periodista del diario ABC especializado en información cinematográfica. Gallego de nacimiento, tenía 48 años cuando fue asesinado en el cementerio de la Almudena de Madrid el 26 de septiembre de 1936. De la Riva fue uno de los 9 «colaboradores y redactores de ABC asesinados por la horda», como recogió el diario monárquico en su edición del 22 de abril de 1939.

El conjunto monumental de la Santa Cruz del Valle de los Caídos fue construido entre 1940 y 1959 en el risco de La Nava, en la sierra de Guadarrama, a unos 50 kilómetros de Madrid. Está compuesto por la colosal cruz de 152 metros de altura, la más alta del mundo, y una basílica subterránea de 262 metros de longitud, de nuevo, la más larga del planeta. Detrás de sus ocho capillas laterales se encuentran los restos de más de 33.000 personas de ambos bandos que fallecieron en la Guerra Civil española (1936-1939), enterrados en nichos situados en varios niveles. Entre ellas hay 69 beatos y 44 siervos de Dios que ya han sido reconocidos como tales por la Iglesia católica.