El sumario
La trampa sexual de una mujer para robar 20 millones al multimillonario dueño de Tuenti
Para que la víctima abriese la puerta de su casa le mandaron una foto de dos mujeres con escasa ropa
El juicio está al caer. Será entonces cuando Zaryn Dentzel, el multimillonario que fuera dueño de la red social Tuenti, deba recordar su peor pesadilla. El día en el que sus glándulas sudoríparas se dispararon: fue secuestrado y pensó que moriría hecho cachitos. El Debate ha accedido al sumario completo de la investigación.
El domingo 2 de noviembre de 2021, Zaryn recibe un mensaje de WhatsApp: «Soy Sofía, estoy con mi prima, me ha dicho que eres un tío guay y si quieres vamos los dos y te follamos por 200 euros». El mensaje venía acompañado de una fotografía que muestra a dos jóvenes posando medio desnudas en actitud sugerente.
El americano acepta la propuesta encantado y las invita a acercarse a su piso. Se trata de un piso espectacular cuya terraza da directamente al Parque del Retiro. Minutos después suena el portero automático. «Pregunté y era una voz de mujer, supuse que Sofía y abrí», reconoce Zaryn.
Poco después suena el timbre de la puerta. El multimillonario se asoma a la mirilla y observa a una mujer, nada más. Decide franquearle la entrada. «De la nada salieron dos varones y se abalanzaron sobre mí. Me rociaron con gas pimienta los ojos y aprovecharon para maniatarme». También entra la mujer. Zaryn grita socorro varias veces pero nadie le oye. Sus gritos tienen el mismo peso que el silencio.
El miedo se apodera de sus músculos y de su cerebro. Le trasladan a una habitación y comienzan las torturas. Él piensa que no va a salir de allí: «Te vamos a rajar de los huevos al cuello», le amenazan mientras le dan descargas eléctricas con una pistola taser, le golpean y le enseñan un cuchillo de grandes dimensiones. Lo usan. Le hacen una raja superficial del pecho al ombligo: «No nos vamos a ir de aquí sin 500 bitcoins», le advierte.
Zaryn les explica que es imposible acceder a los 20 millones de euros que tiene en bitcoins. Ellos le golpean y le presionan, pero no logran nada, porque es imposible. Se ponen tan nerviosos que uno de los asaltantes varones llama a la mujer que va con ellos por su nombre: «Carolina». Ella le responde: «Te voy a pedir que no vuelvas a llamarme por mi nombre real», le reprocha, pero en la mente de la víctima queda almacenado el dato.
Siguen los golpes y Zaryn cede y les ofrece una salida: cinco relojes valorados en 200.000 euros. Lo cogen, pero quieren más. Les da sus tarjetas para que saquen dinero. Hacen varias extracciones de 2.000 euros. Siguen queriendo más. Llaman a un informático para que vaya a la casa y trate de extraer de internet los 20 millones de euros en bitcoins. El hombre llega, lo intenta, pero no lo logra.
«Si no nos transfieres el dinero te vamos a cortar los dedos, te vamos a secuestrar en una furgoneta de carnicero que tenemos abajo y te llevaremos a Toledo, a una finca donde podremos torturarte a gusto hasta que nos des el dinero», le advierten.
Después de horas de secuestro, los asaltantes se dan cuenta de que se tienen que ir. Le desvalijan la casa y se llevan unas maletas valoradas en 2.500 euros cada una, color plata. Dentro todos los objetos robados de su casa.