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Montaje del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los documentos de TransparenciaÁngel Ruiz

Investigación

Sánchez reconoce que no tiene «cosas» contra Feijóo tras amenazarlo en el Congreso y denunciar ahora que sufre bulos

El presidente del Gobierno lanzó un bulo contra el líder de la oposición mientras desaparece cinco días arengando a defenderle de una conspiración ultraderechista

Pedro Sánchez ha desparecido de escena durante cinco días, con la amenaza de dimitir el próximo lunes y una denuncia sobre la mesa: la investigación judicial contra su esposa por tráfico de influencias y corrupción es fruto de una campaña de la «derecha y la ultraderecha» política y mediática sustentada en «insultos y desinformación», según la sorprendente arenga incluida en su carta de despedida temporal.

Y sin embargo, quien lanzó bulos en sede parlamentaria fue él mismo y su Gobierno contra el dirigente político al que ahora acusa de encabezar esa «conspiración», Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP y jefe de la oposición.

Y lo sorprendente es que el propio Sánchez no tiene más remedio que reconocerlo, a instancias de El Debate, en un documento con rango oficial en el que confiesa que no tener nada contra su rival, a cuya esposa había acusado el PSOE previamente de beneficiarse de subvenciones de la Xunta de Galicia, con una advertencia del propio presidente del Gobierno reiterada varias veces: «Y más cosas». Pues era mentira.

Todo ocurrió cuando Pedro Sánchez dejó caer desde su escaño en el Congreso de los Diputados que tiene trapos sucios que afectan a Alberto Núñez Feijóo y que podrían salir a la luz. «Más cosas», dijo desde la bancada azul durante la sesión de control al Gobierno del pasado 20 de marzo, después de intentar acusar falsamente al expresidente de la Xunta de conceder subvenciones a la empresa en la que trabajaba su esposa, para así defenderse de las sombras que rodean a Begoña Gómez. Sin embargo, ahora, ha tenido que reconocer que no tiene nada.

Mientras Sánchez denuncia una conspiración con bulos sobre su esposa, reconoce en un documento que amenazó a Feijóo sin pruebas

Estas acusaciones contra Feijóo fueron secundadas por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, pero resultaron ser falsas, tal y como desmintió el propio medio que las había publicado, pero el presidente fue a más, intentando desviar la atención de las informaciones existentes sobre los contratos adjudicados por el Gobierno a empresas recomendadas, supuestamente, por Begoña Gómez que ya están siendo investigados por la Justicia.

No hay «más cosas»

Sin embargo, ahora, parece que no existen «más cosas» o al menos no le consta a la Secretaría de Presidencia del Gobierno, que en una resolución oficial en propiedad de El Debate asegura que no obra en su poder ningún documento al respecto.

Resolución del portal de TransparenciaEl Debate

De hecho, niega tener «la documentación en poder del presidente del Gobierno que demuestre las acusaciones que vertió sobre el jefe de la oposición y su mujer, comprensivas de las 'demás cosas' que pueden ser consideradas ilícitas y de cuyo deber de publicidad, como presidente del Gobierno, está obligado a publicar».

Del mismo modo, tampoco tiene una «relación de personas» que hayan puesto a disposición de Sánchez «tal documentación con indicación de la fecha en que aquello ocurrió»; y, por tanto, tampoco cuenta con una «relación de las medidas adoptadas (...) frente a las irregularidades que (…) ha reiterado en sede parlamentaria».

De esta manera, se confirma que Pedro Sánchez lanzó un bulo contra el líder de la oposición, pese a que desde el Gobierno se acusa una y otra vez a la derecha de lanzar «patrañas» con la intención de socavar al Ejecutivo, lo que califican de «una de las principales amenazas que tiene la democracia».

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños fue especialmente vehemente en el Congreso de los Diputados el pasado 10 de abril, cuando enmarcó en lo que ha bautizado como «el ciclo del bulo» las «patrañas» que, a su juicio, están armando Vox y el PP con la ayuda de «cooperadores necesarios» sobre Begoña Gómez, pese a que ahora se ha abierto un procedimiento judicial para investigar el posible tráfico de influencias de la esposa del presidente.

Pero precisamente eso fue lo que hizo Sánchez a micrófono cerrado, pero con todas las cámaras pendientes de sus movimientos y gesticulaciones, insinuar y amenazar a Feijóo con la existencia de unas supuestas informaciones comprometidas que ahora reconoce no tener.

Es más, el Gobierno se ha mostrado especialmente preocupado por este asunto, y ya incluye la desinformación como la principal amenaza a la que se enfrenta nuestro país en el Informe de Seguridad Nacional de 2023, en el que destacaba el peligro de la difusión de informaciones falsas y ponía el acento en que «la capacidad de influencia en la opinión pública convierte a las redes sociales en un vehículo de idóneo de propagación que puede ser empleado por determinados agentes estatales para explotar vulnerabilidades».

Además, con motivo de la presentación de dicho informe ante la Comisión de Seguridad Nacional del Congreso de los Diputados, el director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Óscar López, insistió en ello. «O somos capaces de diferenciar los hechos de los bulos o esa es una de las principales amenazas que tiene la democracia, sin ninguna duda, y la salud pública», ha dicho, mencionando las campañas de desinformación durante la pandemia contra las mascarillas o las vacunas.

Pero lo que ahora queda acreditado es que Presidencia del Gobierno no ha podido demostrar que Sánchez tuviera «cosas» que desvelar acerca de Feijóo y que se trató de una ‘fanfarronada’ del presidente para intentar alejar el foco de su esposa.

Sánchez ha recurrido con frecuencia a esta estrategia. Lo hizo con el hermano de Ayuso y con la propia presidenta madrileña, tildándoles de «corruptos» desde el Congreso pese a que el caso estaba ya archivado doblemente por la justicia madrileña y europea.

Lo repitió con Feijóo y su esposa, con una información falsa desmentida por la empresa donde ella trabajaba. E incluso lo hizo para justificar la moción de censura de 2018 contra Mariano Rajoy, acusándole de «indecente» pese a que el entonces presidente no estaba ni siquiera imputado en causa alguna. Si alguien ha practicado lo que denuncia en su ya célebre «carta a los ciudadanos» ha sido, paradójicamente, él mismo.