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Carles Puigdemont, en un mitin en Argelers Sur Mer (Francia)EFE

¿Qué pasaría con la ley de amnistía si Sánchez dimite?

Este lunes, 29 de abril, Pedro Sánchez anunciará si continúa en el cargo o, por el contrario, dimite como presidente del Gobierno de España. Esta posible renuncia plantea incertidumbre sobre el futuro de la ley de amnistía, actualmente en proceso en el Senado. Este proyecto de ley ha sido fundamental para los acuerdos del PSOE con Junts y ERC, garantizando los votos necesarios para la investidura de Sánchez. Ante la posible dimisión del presidente, son muchos los que se cuestionan el impacto en la tramitación de esta polémica ley y si podría ser retirada del Senado.

Desde su inicio, la ley de amnistía ha sido central en el segundo mandato de Sánchez, suscitando muchos debates sobre su constitucionalidad. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y otras entidades han advertido que podría violar principios del Estado de Derecho, mientras que la Comisión de Venecia ha señalado que las leyes de amnistía deben respetar la constitución nacional y aprobarse sin apuros.

Introducida en el Congreso de los Diputados como proposición de ley y tramitada de urgencia, esta normativa podría ser aprobada en plazos más breves, omitiendo algunos informes institucionales. Tras un rechazo inicial en el pleno del Congreso, se negociaron ajustes para garantizar que cubra los casos penales relevantes del «procés», incluyendo a figuras como Carles Puigdemont.

El proceso sigue su curso en el Senado y, finalmente, al Congreso para su aprobación definitiva. A pesar de las controversias y la posible renuncia de Sánchez, la ley podría seguir adelante.

Convocatoria de elecciones

Tras su dimisión, Sánchez podría decidir convocar elecciones, aunque debería mantenerse en el cargo –con funciones– hasta, al menos, el 29 de mayo, ya que la Constitución dictamina que «no procederá nueva disolución (de las Cortes) antes de que transcurra un año desde la anterior». En consecuencia, tendría que quedarse un mes más en el cargo; lo que le permitiría aprobar la ley de amnistía antes de los comicios.

En el caso de que el presidente se mantenga en el cargo, continuaría la ley de amnistía con su tramitación en el Senado, y posteriormente en el Congreso, por lo que, previsiblemente, saldría adelante.