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Violencia Vicaria

La abuela materna de Yaiza, asesinada por su madre: «Odio a mi hija»

Cristina quito la vida a su hija para vengarse del padre de la criatura que la había abandonado por infiel

Hace 38 años Conchi dio la vida a un monstruo y la llamó Cristina. Cuando Cristina era un bebe y si madre la acariciaba, le daba amor y le cambiaba el pañal, nunca pudo imaginar que entre sus manos tenía a un diablo, un ser inhumano que daría a luz a su propia hija y que le quitaría la vida para vengarse del padre de la criatura. Cristina está siendo juzgada en la Audiencia Provincial de Barcelona por asesinar a su hija Yaiza de 4 años: todo porque su pareja, Sergio, la abandonó.

¿Por qué la abandonó Sergio? Lo cuenta él mismo: «Rompimos la relación cuando Yaiza tiene 2 años. Cristina me mentía, me intentaba manipular, y la verdad es que me estaba poniendo los cuernos. Cristina tiene un carácter que necesita que todo le salga bien, es retorcida, manipuladora, egocéntrica. Yo le di una segunda oportunidad. Y ella entonces me volvió a ser infiel».

Cristina se vengó del rechazo de Sergio en lo él más quería, la hija de ambos. Sedó a su hija con pastillas y luego la asfixió con una bolsa de plástico. Una vez muerta, y antes de intentar suicidarse, escribió varias cartas para justificarse. Esta es la que Cristina le escribió a Conchi: «Mamita te quiero decir que lo siento, espero que puedas perdonarme. Es tanto el odio que siento por el padre de mi hija que por su culpa me quito la vida y no pienso dejar que se quede con ella porque la he parido yo».

Conchi, Cristina (su hija) y Yaiza (su nieta) vivían juntas. Ella no puede olvidar el día en que descubrió que su hija era un monstruo: «Ese día desayuné con Cristina. Ella se quedó dormida por la tarde, estaba un poco triste. Luego fue a recoger un disfraz de mi niña (Yaiza), uno de unicornio y otro de mariposa. Esa tarde ella se fue con la niña al parque y la bicicleta. Al regresar me dijo no hagas cena que me la llevo a comer una hamburguesa»

Cochi no las acompaño. Se quedó tumbada en el sofá. «Se presentó a las once de la noche con la niña. Yaiza estaba medio dormida. Ahora pienso que ya llevaba pastillas encima. Le pregunté algo a la niña, pero contestó la madre. Me dijo que la niña había comido una hamburguesa y se fueron a dormir. Me levanté al día siguiente, tomé un vaso de leche, me vestí y me fui a trabajar. Yo no entré a su habitación. Fui al trabajo en la iglesia».

A las seis de la tarde se alarmó por primera vez. «A esa hora Sergio llama a mi teléfono móvil. Yo pensé que mi nieta esta en el colegio y mi hija trabajando. Sergio me pregunta que dónde está la niña. Una profesora le dijo a Sergio que Yaiza estaba enferma y no había ido».

Conchi corrió a su casa. Abrió la puerta y descubrió el horror. «Encendí la luz y les pregunté: «¿Qué hacéis durmiendo? ». Vi a Cristina en una punta y al lado la imagen a Yaiza. ¡Dios! Tenía marcas en el cuello, estaba morada. Ni vi nada más, me acerque a Cristina y le grite: «¡Hija de puta! ¿Qué has hecho? Empecé a dar golpes a todo. Lloré y grité como una loca. Y no paraba de preguntar, ¿por qué me has hecho esto? ¿Por qué?».

La mujer, ante tanta maldad, tomó una decisión.«Ese día murió mi angelito y aunque Cristina sea mi hija y esté viva, también murió para mí. La odio».