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El presidente interino del CGPJ, Vicente Guilarte, en el Foro Justicia del ICAMColegio de la Abogacía de Madrid (ICAM)

Poder Judicial

Guilarte afirma que su propuesta para el CGPJ no tiene «éxito» porque los políticos buscan «su cuota de poder»

El presidente del órgano de gobierno de los jueves también ha expresado que «cada negociador tiene más interés en culpabilizar al otro del desencuentro que en solucionar el desencuentro»

El presidente interino del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, ha asegurado este martes que su propuesta para renovar el órgano de gobierno de los jueces no tiene «éxito» porque los partidos políticos buscan «su cuota de poder».

Guilarte se ha pronunciado así en la jornada «¿Cómo nombramos el Consejo General del Poder Judicial? Un debate sobre las fórmulas de renovación y reforma posibles», que se ha celebrado en el Ateneo de Madrid con la participación de los representantes de las asociaciones judiciales.

En el marco de su intervención, ha señalado que cree que pecó de «soberbio» al presentar su propuesta para renovar el CGPJ. «He pecado de soberbio porque pensé que, cuando accedí al cargo de presidente, la única función que debía cumplir –aparte de las naturales del cargo– era propiciar la renovación del CGPJ», ha apuntado, al tiempo que ha señalado que pensó que su opinión podía «tener algún peso». «No por mí sino por lo que representaba», ha matizado.

Con todo, ha explicado que cree que su propuesta no tendrá «éxito» porque dicha renovación está «en manos de la política», que «quiere captar su cuota de poder en el ámbito del Poder Judicial». «Cualquier fórmula que busque evitar ese problema, como objetivar nombramientos, creo que va a tener dificultades», ha lamentado.

Así las cosas, ha aprovechado para afear de nuevo que los partidos políticos lleven cinco años debatiendo la renovación. «Lo que percibimos es que cada negociador tiene más interés en culpabilizar al otro del desencuentro que en solucionar el desencuentro», ha apuntado.

Fue el pasado abril cuando Guilarte envió a Congreso y Senado su propuesta para evitar futuros bloqueos del órgano. En concreto, planteaba dos fórmulas: dar continuidad a la elección parlamentaria de los vocales si los nombrados son ajenos «a toda contaminación política previa» y que el nombramiento de los vocales judiciales –12 de los 20– quede en manos de los propios jueces pero con la misma prevención.

En su escrito, sostenía que la propuesta era «a título personal» y no representaba la opinión del órgano de gobierno de los jueces, sino que tenía por objeto contribuir a desbloquear la renovación, pendiente desde 2018.

Para ello, ofreció una «fórmula intermedia» que, por un lado, permitiera superar la división entre el modelo parlamentario o corporativo de elección de los vocales de la institución y, por otro, diluyera «de una vez por todas la injerencia de otros poderes sobre su actuar, necesariamente independiente».

Respecto al tema de los nombramientos de la cúpula judicial, Guilarte planteó que quedase en manos de los propios jueces. En su propuesta, defendió que era «imprescindible no tanto sustraer competencias al CGPJ» como «dar más protagonismo a la carrera judicial allí donde resulta lógico que lo tenga, es decir, en lo que afecta al ejercicio de las tareas gubernativas».

En el caso del Tribunal Supremo, propuso que sus magistrados fuesen «nombrados por una comisión cualificada, mayoritariamente compuesta por vocales y por magistrados del Tribunal Supremo, presidida por un vocal [del CGPJ] magistrado del Tribunal Supremo, si lo hay, o por un especialista en la materia con nivel de cualificación similar a la de magistrado del Tribunal Supremo, en caso contrario».